José Arsenio Torres Opina
En este espacio de opinión aspiro a poner al día los acontecimientos y las actitudes de los políticos y los partidos: ¿qué dicen, qué hacen, cuál es su record? ¿Cuáles serán en la realidad las consecuencias de cada postura? ¿Cuánta honestidad o mendacidad puede atribuírseles? ¿Qué es lo que está realmente en juego, la honestidad o la falsedad de los políticos y los partidos o la inteligencia práctica del pueblo, su sabiduría para afirmar sus intereses reales?
sábado, 23 de marzo de 2019
De Carmen Yulín al PPD
lunes, 17 de abril de 2017
¿El PPD: Una Entidad Evanescente?
El Partido Popular Democrático ha sido en nuestra historia --- 1938 a 1968 --- el partido más creador, más honesto en el proceso de administración pública que concebirse pueda dentro de un proceso político partidista y colonial.
Esa gestión histórica puede sintetizarse en dos logros: modernización administrativa y crecimiento económico que permitió superar la miseria y limitar considerablemente la pobreza. Se trató en esos treinta años de una entrega de la clase política que concibió y dirigió el cambio al servicio público en forma desinteresada, ajena a los contratos leoninos, los tumbes extorsionistas, la degradación de las instrumentalidades públicas hacia el patronazgo y el robo legal, tal como ha ocurrido en AEE, AAA, y la mayor parte de las alcaldías.
Todo lo anterior culminó en 1968 con el golpe caudillista de 1968, que llevó al poder al PNP, mediante el cual la generación gloriosa de 1940 --- Luis Muñoz Marín, Roberto Sánchez Vilella, Fernós, Ramos Antonini, Luchetti, Manuel A. Pérez, Jaime Benítez, Teodoro Moscoso y docenas de otros--- fue sustituida por los Hernández Colón, los Ferré, los Rosselló padre e hijo, los Luis Fortuño y sus aláteres.
Para el PPD el balance ha sido cenizas. Por ahí anda hoy buscando a ver qué es y qué representa. Dando tumbos como el borracho. Frente al reto audaz y tramposo que le hace Rosselló --- como ayer se lo hizo Fortuño --- vacila y entra en un penoso proceso de búsqueda de su razón de ser como partido. ¿En qué creer? ¿Participar en el plebiscito tramposo de Rossellito, abstenerse, votar en blanco, dañar la papeleta, o aspirar a conservar lo que tiene, sea lo que sea, de 1952-2017?
De todas las opciones que representa el plebiscito tramposo de Rossellito al PPD, la única que tiene dignidad y posibles oportunidades de victoria es la del Estado Libre Asociado Soberano. Lo primero porque frente a la colonia clásica de antes de 1952, conserva las ganancias políticas que el ELA representa y le añade un futuro digno y jurídicamente válido al nivel internacional. Si los Estados Unidos quieren consagrar la colonia, mediante la insolencia de su presente PROMESA, allá ellos. Nosotros debemos repudiarla, y desde el presente ante esa insolente PROMESA, aspirar a lo digno que es posible ---mucho más posible que todas las demás alternativas.
Insistir en ratificar lo que hay, junto al rechazo de mejoras, de 1953 hasta hoy, significa abrazar como ideal la colonia al desnudo. El ELA Soberano se ancla en la estima de lo positivo que ha representado y en la necesidad y dignidad de una soberanía con ciudadanía, que es posible y necesaria.
Tal decisión le devolvería al PPD su identidad como fuerza transformadora y verdaderamente patriótica: “Patria pueblo, patria gente”, en vez del regüerete oportunista y tímido que las actitudes del pasado reciente --- 1968-2017 --- han representado. ¡Lo contrario es la evanescencia! En parte por la muerte natural de sus miembros más maduros, y por la emigración de sus miembros más jóvenes.
Esa doble soledad es evitable con sólo poner cabeza y corazón a la gestión de un ELA verdaderamente soberano. Porque la estadidad es imposible allá y destructiva acá, mientras la independencia e indeseable acá. Sólo el ELA Soberano tiene razón práctica allá y dignidad acá, además de que es válido en el derecho internacional que obliga a los Estados Unidos frente a una petición del pueblo puertorriqueño.
jueves, 30 de marzo de 2017
Colonos de la Caña, Hacendados del Café y el Tabaco, y Padrotes Municipales
Estas líneas podrían titularse también, “la mujer en la economía puertorriqueña, de 1900 a 1944”.
Tras el papel esencial y amoroso, de esposa, trabajadora en el hogar, y madre dedicaba a la crianza, nuestra mujer puertorriqueña fue jornalera en la fase industrial del tabaco, despalilladora en los grandes ranchos y aún en el hogar. De esa manera la explotación del hombre trabajador y sus hijos mayores se extendía a la mujer.
Conocí en el Senado de Puerto Rico, como colegas, a dos representantes de la explotación cañera y del café: Miguel Ángel García Méndez, como colono y Ramiro Colón como hacendado del café, a cuya hacienda corporativa el llamaba “cooperativa” para encubrir su faena explotatoria.
En la fase agrícola de la caña la explotación era salarial, miserias para producir riquezas. En la fase de hacendados de café y tabaco, la explotación se extendía al sentido de propiedad sobre mujeres e hijas de los trabajadores explotados, con un sentido totalmente amoral de propiedad del hacendado.
La legislación que de 1941 a estos días aprobó el Partido Popular Democrático superó la colonia cañera y la hacienda del tabaco y el café, y produjo una economía industrial, con legislación económica y social que redimió a hombres y mujeres, del régimen feudal todavía imperante en 1940.
A la altura de los tiempos que vivimos, tal parece que hemos advenido a una recaída feudal, de jefes administrativos --- los alcaldes --- como dueños de la dignidad, del cuerpo y del alma, de las mujeres que trabajan en los municipios. No se trata, claro está, de todos los alcaldes, ni de la mayoría, pero sí de una minoría numerosa que se comportan como padrotes de su personal femenino. Hay varios --- uno sería demasiado --- en las cárceles. Otros están en proceso de llegar a ellas.
Como todos los fenómenos humanos, existe en este caso la instancia luminosa --- aunque se tratara de un solo caso --- que dramatiza y explica la aberración moral que comentamos hoy: es la del padrote en jefe del municipio de Guaynabo. Ha producido el gagueo del Gobernador, la parsimonia de la Secretaria de Justicia, y de la Oficina de Ética, y la continuación del régimen de terror que Héctor O’Neill dirige en Guaynabo.
¡Colonos, Hacendados y Padrotes! La historia progresa hacia atrás.
jueves, 23 de marzo de 2017
Cabezas Claras…
Mas allá de toda fisiología existe un reino conceptual, racional que le permite a nuestras cabezas percibir lo correcto y lo ético en nuestras relaciones con el mundo: a ese reino llamó Don José Ortega y Gasset el de las “cabezas claras”.
Distinguía Ortega, como en la antigüedad lo hizo Aristóteles, entre la claridad en asuntos teóricos --- ciencia natural y lógica y matemáticas --- y la claridad de que son susceptibles las ciencias prácticas --- la ética y la política. Las primeras pueden articularse en proposiciones universales, las segundas sólo en juicios probables, “en su mayor parte”, como él mismo afirmaba.
Toda política es compleja, variable, particular, y en ella los juicios del que la estudia y la practica interfiere y llega a formar parte de los objetos y los procesos que se estudian. De ahí que sea esencial al que los estudia que lo haga con cabeza clara, sin pretensiones de ciencia exacta sobre asuntos variables, porque en ese ámbito lo cambiante es lo permanente. Es decir, ante la complejidad y la variabilidad de la realidad ética y política, la cabeza clara es fundamental a la comprensión de los procesos y objetos políticos, especialmente así en épocas de crisis.
Ortega destacó dos instancias en el mundo antiguo --- Grecia y Roma --- como ejemplos luminosos de claridad práctica, de cabezas claras: Temístocles y Julio César. El primero, general y político del siglo quinto antes de Cristo, el segundo general y político del siglo segundo antes de Cristo.
El primero, dice Ortega, frente a un superávit de presupuesto en Atenas, en vez de repartirlo politiqueramente entre amigos y votantes, lo invirtió en una marina de guerra anticipando el ataque de los persas tras el horizonte. El ataque vino, y fue contenido y derrotado: ¡Cabeza Clara es la que ve y anticipa!
La segunda cabeza clara fue la del general, político, escritor e historiador Julio César. Ante las continuas guerras civiles en las entrañas de Roma, pensó y actuó para sacar esas guerras de la ciudad creando campañas militares fuera de ella: en la Roma Cisalpina, en las Galias, en España y Britania, ganando experiencia y capacidad para regresar a Roma invencible. No se trata de lo bueno o de lo malo, sino de lo efectivo, anclado en una inteligencia práctica luminosa.
Todo lo anterior no es sino una excusa para hablar de Puerto Rico en la encrucijada actual: compleja, deprimente, confusa, y que grita por cabezas claras que desentrañen sus dilemas actuales.
Para mi gusto y mi criterio, la cabeza más clara que hoy comparece --- radiante --- ante el País para calibrar realidades, evaluar opciones y fijar requisitos y solucionar nuestra agonía de pueblo, es la de Aníbal Acevedo Vilá. Un pueblo que la escuche y la comprenda, y que aprecie su desinterés personal en lo que en adelante pueda lograrse, es un pueblo que no sólo tendrá futuro, sino un porvenir digno de anhelarse.
martes, 21 de marzo de 2017
La Justicia según los Exjueces del Supremo
Acaba de acuñarse por boca de los exjueces del Tribunal Supremo de Puerto Rico --- Tono Andreu García, Federico Hernández Denton y Francisco Rebollo, entre otros, --- una novel y amoral doctrina sobre la administración de la justicia.
La tal doctrina me resulta insultante por su sencillez, porque patentemente --- “mera palpatio”, como decimos en filosofía --- reduce la capacidad intelectual y moral para impartir justicia, de parte de los jueces, a cualquier nivel, a una cuestión de dinero. Lo que los tres mencionados exjueces del Supremo han dicho, en representación suya y de sus colegas, es que si la pensión que recibirán tras el retiro es grande y abultada impartirán --- cuando estén activos --- una justicia más justa que si su pensión es menor. ¡Qué miserable concepto tienen estos iconos del privilegio sobre la justicia, y sobre los hombres y mujeres que han representado y representan la idea ética y moral del o la juez dignos de su misión de asegurar a cada uno lo que en verdad merece.
Los tres jueces a que aludo en el primer párrafo denigran con sus expresiones el concepto mismo de la justicia, al equipararla al monto numismático de una pensión. Los dos primeros jueces que menciono denigraron su alta misión al convertirse hace poco en abogados del Doral Bank contra el gobierno de Puerto Rico, defendiendo una tramoya corrupta del Secretario de Hacienda del PNP contra nuestro flaco tesoro público.
Según la novel doctrina de los exjueces, si el retiro es abultado puede decirse, retroactivamente, que impartieron justicia justamente, pero si la pensión es baja, o puede reducirse con arreglo a la crisis económica que sufre toda la sociedad, entonces la justicia se reduce en su administración al nivel reducido de la pensión. Se trata de una pedagogía inmoral, de parte de los más altos privilegiados del sistema político-constitucional.
Conforme a su cínica tesis, la enseñanza del maestro dependerá del bulto de su pensión, e igualmente sucedería con el policía, y así por el estilo para todos los servidores públicos.
En el campo decíamos, cuando yo era niño, ante una aberración igual a la que comento, que se trataba de “las resultas del sarango”. Lo mismo digo de este sarampión inmoral de los que han estado expuestos a la ética del dinero, en el establo político de Rafael Hernández Colón. Porque al fin y al cabo pensiones privilegiadas intocables y escoltas ídem provienen de la misma ética fenicia de Ponce.
domingo, 19 de marzo de 2017
Las Dos Claves para Entender a Donald Trump
Olvídese el lector del hecho palpable de que Donald Trump es un patán, un ricachón ignorante, cuyo narcisismo patológico denigra la presidencia de los Estados Unidos y avergüenza, ante el mundo entero, lo que Estados Unidos por su responsabilidad y su poder quiere responsablemente representar.
Entendamos más bien las dos estrategias destructivas de la bestia, que laten por debajo de las vulgaridades y ramplonerías del Presidente. ¿Qué es lo que sistemáticamente quiere Trump destruir, a nombre de la democracia y de una victoria electoral, aunque minoritaria en términos de votos? Me resulta por demás sencilla y obvia la respuesta: quiere destruir el orden internacional construido desde 1920 --- la Liga de las Naciones, la Organización de las Naciones Unidas, la Unión Europea --- para quedar libre para imponer el poder americano contra el resto de las Naciones del mundo --- una a una, sin el beneficio de la razón colectiva para enfrentar al imperio americano. Eso en el plano internacional. En el plano doméstico, el de la programación social: Nuevo Trato, Trato Justo, la Gran Sociedad--- Roosevelt, Truman, Johnson --- lo que el diseño que a lo bruto quiere imponer Trump, visible a pesar de la torpeza con que lo impone, significa el desmantelamiento de la responsabilidad del estado democrático para los sectores más pobres y necesitados de esa tan enorme y rica sociedad, y devolverle a los empresarios capitalistas, a los que Roosevelt llamó “malhechores de gran riqueza”, el capital total de la nación.
En síntesis, al nivel internacional destruir los organismos colectivos creados desde la Liga de las Naciones hasta la Unión Europea, para asegurarse el dominio imperial, político y económico, de los Estados Unidos. Y en lo político y social democrático, la anulación de 85 años de legislación social en busca y ayuda de los más menesterosos --- salud, educación, cultura, ambiente ---en aras de una mejor calidad de vida. Pero lo que quiero aclarar en estas líneas es que “hay método en su locura”.
Tal desmantelamiento de la defensa nacional colectiva en Europa le abre las puertas a Rusia y a Putin para sus aventuras de reintegración soviética, en Crimea y Ucrania hoy, mañana Polonia y Estonia.
martes, 28 de febrero de 2017
Las Contorsiones de la Oligarquía: Trump y Rosselló
A principios del siglo pasado el filósofo inglés G.E.Moore acuñó un aforismo tan sencillo como profundo: “Cada cosa es lo que es, y no otra cosa”. Su significado universal intuitivamente correcto, nos obliga a separar la paja y la broza del teatro político para dar con la verdadera realidad que la publicidad y la cháchara partidista esconden, mientras dicen educar al pueblo.
Quien se asome bien prevenido al espectáculo que se da en la polis norteamericana y en el fondo y la actualidad de la polis puertorriqueña tiene que concluir que se trata de dos oligarquías, una grande y una chiquita, desde sus fundaciones como entidades civiles organizadas, siglo 16 para el Puerto Rico español y siglo 18 para la república de Washington y Jefferson y los Adams de los Estados Unidos.
La oligarquía es el gobierno de todos por los pocos ricos. La democracia, el gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo es “el sueño de una noche de verano”. Aclarado eso, vamos a la terca realidad. La oligarquía americana que hoy timonea Donald Trump es un asco, una vergüenza nacional, un bochorno internacional, en que esa oligarquía --- como decimos en el campo --- ha salido desnuda a la sala.
Ahora bien, esa es la oligarquía grande, la imperial. Vamos a la oligarquía chiquita, la nuestra. Un pequeño Trump, mini-oligarca , dice que va a hacer esto y aquello, y lo otro, sin la preparación necesaria, sin dinero público disponible porque la oligarquía grande lo asfixia con su PROMESA, y no existe en el gobernante de la oligarquía chiquita la dignidad ni la entereza de un David contra el Goliat opresor.
Porque “cada cosa es lo que es, y no otra cosa”.
Nuestra crisis oligárquica es más grave que la norteamericana. Porque allá la sociedad es más fuerte que el Estado, más plural, más diversa, más resistente. La oligarquía chiquita nuestra --- como Estado --- es mucho más aplastante que lo que es allá. Nuestra sociedad es ademas de dócil, colonizada, frágil: todavía pensamos que si dejamos de mirarnos el ombligo y miramos al horizonte posible, nos coge el holandés.