lunes, 12 de septiembre de 2016

El Juramento de Rickie y Jenniffer

¿Juramento? ¿Compromiso? ¿Promesa?  Da lo mismo.  Porque partiendo de la certeza científica de que la clave del futuro está en las actuaciones del pasado, la inferencia resulta implacable:  Rickie y Jenniffer harán en el futuro lo que han hecho en el pasado: jurar, mentir, traicionar sus previos juramentos.

Porque, piense el lector: cuando se jura un cargo público se asume el cumplimiento de un contrato, ¿qué es lo que se jura?  Que no se mentirá, que no se robarán los fondos públicos, que no se utilizarán esos fondos para sus alcahuetes partidistas.  A la luz de ese juramento literal o implícito, ¿cuál es el record del liderato PNP, 1993 al 2001(Pedro Rosselló) y 2009 al 2013 (Luis Fortuño).  Corrupción: literal, directa, descarada.  ¿Qué vale, con esa herencia, el juramento de Rickie y Jenniffer?  ¿No será ese renacimiento del agua y del espiritu el mismo que Pedro y sus 40 ladrones le regalaron al País?

Ese es el record que sirve de trasfondo a sus nuevos juramentos.  Con ese record, por ahí andan los contratistas PNP --- los Leo Díaz, Carlos Pesquera, Edwin Mundo, Jorge de Castro Font y Aníbal Vega Borges --- dando cátedra de honestidad y moral.

El juramento que el viejo Hipócrates legó a la clase médica que heredó su arte fue el de “no hacer daño” sobre todo “no hacer daño”.

La fresquería y el cinismo político no tienen límites en el PNP.  En el PPD por lo menos se ha comenzado la cauterización del cáncer de la corrupción.  En el PNP “los mismos” prometen no robar más.  ¿Cuál es más creíble?

El juramento de Rickie y Jenniffer me recuerdan los dichos de la calle:  “Te conozco, bacalao, aunque vengas disfrazao”, o el otro, “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”.

O como decía mi vieja:  ¿De cuando acá Periquita con guantes?

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