lunes, 23 de febrero de 2015

Giuliani en Puerto Rico


En el sorteo del absurdo --- nuestro “power ball” público --- nos sacamos el primer premio:  la visita a Puerto Rico de Rudy Giuliani --- el protofascista americano de excelencia.

Uniéndose a otro farsante analfabeto de Nueva York --- Donald Trump ---, Giuliani acaba de declarar al Presidente Obama como enemigo de su pueblo, negándole su condición de americano.  Dice este farsante de la política republicana de los Estados Unidos que Obama no quiere a su pueblo, ignorando que en dos campañas presidenciales el pueblo lo ha respaldado, a pesar de los Giuliani de la vida.

La estupidez moral de Giuliani carece de importancia en los Estados Unidos, donde ya lo han despellejado por su condición de derechista buscón de dinero, supuestamente a base de su obra como alcalde de Nueva York, donde en cuatro años violó todos sus derechos civiles y humanos a sus ciudadanos.  A nombre de eso quiso ser candidato republicano a Presidente y no pasó de la segunda primaria.

Todo eso poco importa en Puerto Rico.  Eso es cosa de la derecha republicana allá, y que con pan se lo coman.  Lo triste, lo inexplicable, es que el liderato sesos huecos de la oligarquía económica de Puerto Rico --- PNP y PPD, por igual --- han invitado a este troglodita buscón como orador principal del Foro Económico que pronto celebrarán en San Juan.  ¡Qué desvergüenza!

martes, 17 de febrero de 2015

Mientras Roma Delibera, las Tribus Bárbaras Afilan sus Colmillos


Durante los últimos dos siglos de la República de Roma, imperaron principios de gobernanza que distribuían el poder real de decisión entre el Senado, su líder --- el Cónsul --- y la Asamblea del Pueblo, todos bajo el manto del Derecho, anclado en la historia y ejercido por los tribunales.

Tres fuentes especificas de poder dirigían la Res-Pública, la cosa pública, a saber; el Cónsul o líder ejecutivo, el Senado, donde se sentaban los grandes de la República, y la Asamblea del Pueblo de Roma, que incluía al Tribuno del pueblo para objetar y así detener leyes objetadas por este.

Para propósitos de legislación positiva y prospectiva, el proceso político era el diálogo o enfrentamiento entre el Cónsul, los senadores, y la Asamblea.  Las decisiones, sin embargo, tenían que constituir una defensa y beneficio de los “clientes” de los senadores y del Cónsul, lo que constituía una obligación política para Cónsul, Asambleistas y Senadores: como en la democracia moderna de partidos, facciones, grupos de interés, es decir, clientelas, las decisiones resultantes tenían que servir los intereses de esas clientelas, que eran parte integrante constitutiva de lo que se presentaba como Bien Común.

En estos días el gobierno --- Gobernador y Legislatura --- participan en una discusión intensa, a veces agria, sobre un nuevo sistema contributivo.  Existen diferencias en diferentes sectores políticos, económicos y sociales sobre las virtudes o defectos de la propuesta.  Se busca un consenso: un acuerdo que sin satisfacer a todos, represente un acuerdo de todos para beneficio del pueblo.

La discusión, la discrepancia, dentro del partido que propone esa legislación radical --- impuesto al consumo sin posibilidad de evasión --- es intensa y debe suponerse que es honesta.  Esa es la esencia de la democracia.  Sin embargo, y a partir de ese hecho, quiero advertirle al PPD y al País que cualquier fracaso en aprobar una versión final de esa propuesta que sea suficiente a la solución del problema fiscal, y administrable, de salida será una invitación al regreso del Rossellato y del Fortuñato. 

Llamo la atención sobre lo que obligaba al Senado de Roma a lograr acuerdos claros y firmes y a tiempo: sencillamente que a las puertas de Roma, en la frontera misma, salivaban las tribus bárbaras para destruir la República.  Hoy en Puerto Rico, otros bárbaros esperan con los colmillos afilados por el fracaso de esta jornada necesaria e inevitable sobre la necesidad del nuevo sistema contributivo.  Los Rosselló, los Rivera Schatz, los Primitivo Aponte y Jenniffer González están listos para volver por sus fueros de depredación y corrupción.  ¿Querrá el PPD darles ese gusto por incompetencia y tiquis miquis?

jueves, 12 de febrero de 2015

Sistemas Contributivos: Principios y Circunstancias


Los sistemas se imposición de tributos pueden analizarse de dos maneras:  en términos de su lógica ideal, o en términos de las circunstancias que vive cada pueblo y el carácter y los estilos de sus gobernantes.

La propuesta del Gobernador para alterar el sistema contributivo por concepto de ingresos, de tal manera que se reduzca, escala por escala, el monto de la responsabilidad contributiva, tiene lógica y atractivos porque a nadie le amarga un dulce.  Al acompañar esa propuesta con un proyecto de impuesto al consumo --- en base al valor añadido en una cadena de ventas y compras --- se acoge al uso y la experiencia de 160 países en los que ya es práctica usual, eficiente y de casi universal aceptación.  Por eso el equipo ejecutivo del Gobernador y muchos legisladores lo proponen como cosa conocidamente eficiente, normal y superior a cualquiera otra norma impositiva.

Lo que el Gobernador y sus consejeros íntimos no perciben, no captan, es el hecho de que en las reformas o reestructuraciones políticas y económicas lo decisivo no es la idea absoluta, en teoría superior a otras ideas, sino las circunstancias sobre las que opera la discusión y la decisión sobre las propuestas.  Porque en ese terreno las circunstancias predominan sobre las idealidades abstractas.

¿Y cuáles son esas circunstancias?  Primero, el hecho de que se opera dentro de una crisis fiscal asfixiante, al borde de una quiebra total.  Por lo que el dinero a cobrarse a través del IVA no ira dirigido a fortalecer la economía famélica, sino que se enviará fuera del País para conjurar la deuda que irresponsablemente crearon los últimos seis gobernadores, que suponían que la hora del juicio final no llegaría nunca.

En segundo lugar, el gobierno de Alejandro ha decidido que en vez de aumentar el IVU y cobrarlo eficientemente, es preferible meter debajo de la alfombra la ineficiencia e irresponsabilidades de Hacienda y acudir en vez, masivamente, al bolsillo de todo el pueblo, por igual, regresivamente, donde el consumo del rico y del pobre aporten lo mismo.

Finalmente, por ahora, que no hay consenso de partido ni de la Legislatura, que no siendo en sí radical, resulta explosiva políticamente, partidistamente, y carece de la aceptación de los 5 alcaldes más poderosos del PPD y del País.

Es hora para el Gobernador zafarse del grupito íntimo de asesores ajenos a la calle y al pueblo y restablecer el diálogo con los verdaderos representantes del pueblo, de todo el pueblo.  Una rectificación valiente vale más que una terquedad ciega.

martes, 10 de febrero de 2015

El Mensaje


Escuché con mucha atención el mensaje del Gobernador de esta tarde sobre la transformación del sistema contributivo del País, basado en el ingreso neto y la legislación adicional que sustituya el IVU por el IVA o el valor añadido a las mercancías, desde los muelles y aeropuertos hasta su última estación cuando las adquiere el consumidor.

El discurso tenía dos partes.  En primer lugar la injusticia del actual sistema de tributación al ingreso, plagado como está de fraude, evasión, burla sangrienta.  Al sustituir ese sistema por uno más justo y equitativo, el Gobernador me parece logró persuadir al pueblo de que había que arrancarlo de raíz, por uno que le hace justicia a la clase media y alivia aún así a los más pudientes.

Esta parte de la legislación propuesta, y del discurso del Gobernador, me parece que complace las expectativas de alivio de los contribuyentes, además de que sirve de ablandador, de cojín de lo que viene después, el IVA.

En segundo lugar, la explicación del Gobernador sobre la naturaleza del IVA, de su necesidad para conjurar la deuda y proveer para los servicios públicos me pareció persuasiva.  Sólo faltó el detalle de cómo se van a computar y por quien los reintegros a los menos pudientes.  Ese refinamiento será parte, supongo, del proceso legislativo.

Aunque no pienso que valga la pena  enfrascarse en un combate quijotesco con el pasado que heredó --- las energías y el tiempo son escasos y hay que utilizarlos eficientemente ---, me parecía indispensable que el Gobernador abordara la realidad objetiva y asfixiante del presente fiscal del País.  El pueblo no es tan torpe como para no saber quiénes fueron sus autores.

En otras palabras, al punto de aspiración que el Gobernador propone le faltó un punto de partida.  En su ausencia, el pueblo escasamente sabe de lo que se trata: de la obra destructiva del PNP desde Carlos Romero hasta Luis Fortuño.

Para una próxima ocasión, tengo que recordarle al Gobernador que el pueblo necesita no sólo un breve mensaje sobre el IVA, sino un mensaje completo sobre el País.  La unidad de tiempo necesaria para un proceso educativo rebasa por mucho los 10 minutos.

jueves, 5 de febrero de 2015

Se Solicita: Un Pedagogo Político


He vacilado mucho antes de usar la palabra y el concepto de “pedagogo” para titular estas líneas.  La razón es sencilla: las escuelas de pedagogía han desacreditado la disciplina educativa que porta ese nombre:  pedagogía.  La han convertido en un ejercicio de copiete y de memoria, como si los estudiantes fueran cotorras repetidoras de lo que oyen.

Me acojo al concepto griego del vocablo.  Se trata de guiar, llevar al niño --- de ahí la raíz “pedis”, que unida a la noción de “gogía”, o guía, resume el concepto de la educación.

Están ante la consideración del País varios esquemas de transformación de su vida económica.  Una se refiere a la restructuración de las instrumentalidades públicas, tales como la AEE, la AAA, y la AEP, entre otras.  Se trata de la necesidad de cambios radicales, en número y en función.  La más importante, sin embargo, tiene que ver con la transformación del aparato contributivo --- ingresos e impuestos --- que transformarían el hábito y la conducta contributiva y de consumo de toda la población puertorriqueña adulta.

Se trata de una transformación compleja y costosa para el ciudadano.  Y sin embargo no hay quien la explique, quien eduque sobre ella.  Se escuchan multitud de voces en una algarabía ininteligible y contradictoria.  Se supone que alguien en el gobierno debe saber de qué se trata, especialmente aquellos que el pueblo eligió para que explicaran y gobernaran.  Pero ese supuesto carece de realidad ante el silencio de los gobernantes.  Polemizar, atacar y defender no representan educación alguna.  Por el contario, causan turbación.

¿Cómo es posible que el gobierno autorice una campaña de publicidad costosa, con los dineros del pueblo, sobre una legislación que no presenta ni publica?

Manipulación publicitaria no es educación.  Es todo lo contrario, manipulación de imágenes vacías o falsas.

En los Estados Unidos, desde el comienzo de la república, sus grandes lideres explicaban, educaban.  Washington, Lincoln, Roosevelt --- ambos, Teodoro y Franklin Delano --- explicaban, educaban como medio de ganar y merecer la confianza pública.

En Puerto Rico el más persistente educador y explicador del siglo 19 fue Don Luis Muñoz Rivera, de ahí sus éxitos políticos y su veneración por el pueblo.  Ese sitial y esa función en el siglo 20 la ocupó Don Luis Muñoz Marín.  De ahí sus éxitos también.

Cuando esa función de alta pedagogía falta, el pueblo perece.

miércoles, 4 de febrero de 2015

La Política Como Vocación


Con ese título, en 1919, Max Weber, el más insigne científico social alemán de principios del pasado siglo, escrutó las entrañas de la  política, en sus glorias y en sus miserias.  Convocado por sus colegas y estudiantes a compartir su sabiduría, escribió un ensayo que junto a La Política de Aristóteles y El Príncipe de Maquiavelo, constituye el más enjundioso estudio de la política como vocación y los tipos de liderato que la han caracterizado a través de la historia.  Me limito hoy a reproducir literalmente el párrafo final de su estudio, para beneficio de los que puedan relacionar su tesis a la amarga situación que hoy vivimos en Puerto Rico, y a los tipos de liderato político que necesitamos.

Le recuerdo al lector que las palabras de Weber ocurren en el contexto de una Alemania derrotada en 1918, cuando a las puertas del poder se presentaban las fuerzas revanchistas de una derecha vengativa, y un señuelo comunista cuyo liderato se formó dentro de esa angustia de la derrota, pero cuya tesis de salvación era exactamente opuesta a los cantos de sirena del nazismo de Hitler.

Dice Weber en el párrafo final de su doctrina sobre el liderato y la política como vocación:  “La política representa un martilleo lento y fuerte contra paredes duras.  Requiere a la vez pasión y perspectiva.  Ciertamente toda la experiencia histórica confirma esta verdad:  que el hombre nunca hubiera logrado lo posible a menos que una y otra vez hubiese aspirado a lo imposible.  Pero para hacer eso el hombre tiene que ser un líder, y no sólo un líder sino un héroe al mismo tiempo, en un sentido sobrio de la palabra.  Y aún aquellos que no son ni líderes ni héroes tienen que armarse con aquella fortaleza de corazón que pueda resistir incluso el desmoronamiento de todas las esperanzas.  Esto es necesario precisamente ahora (1918), o de lo contrario los hombres no serán capaces de alcanzar ni aún aquello que es posible hoy.  Sólo tiene el verdadero llamado a la política aquel que está seguro que no se derrumbará cuando concluya que desde su punto de vista, el mundo es demasiado estúpido o bajuno para lo que él tiene que ofrecer.  Sólo aquel que de cara a todo eso puede decir “a pesar de todo”, tiene el llamado a la política”.

Yo interpreto esa doctrina Weberiana en términos de tres virtudes:  carácter, pasión, y valor que se muestra en la persistencia.

lunes, 2 de febrero de 2015

Conceptos y Realidades en la Política


El viejo Manuel Kant, a fines del siglo 17, escribió un librito que serviría de marco, esquema o introducción a toda filosofía posible, fuera de lo que fuera.  Se trataba de establecer los supuestos o requisitos previos para tratar cualquier tema sobre materias específicas, de tal manera que tuvieran sentido e inteligibilidad.  Su afirmación principal en aquel librito era la siguiente: “Las cosas, es decir, los fenómenos, sin conceptos que las integren son ciegas, y los conceptos sin experiencias, es decir sin las cosas, son vacíos.  Son los conceptos los que organizan las cosas, y son estas últimas las que le dan contenido a los conceptos.

Apliquemos ese sencillo esquema a la discusión cotidiana de nuestra política.  Sencillamente se trata de discusiones sin contenidos que no sean sus propias palabrerías, es decir, sin conceptos-guías, o de una profusión de fenómenos, eventos, cosas o realidades políticas sin ideas rectoras.

Esta semana la prensa nos ha informado dos fenómenos aparentemente escandalosos de nuestra política.  En primer lugar, se trata de una decisión del Gobernador y la Legislatura de tomar prestado --- si, prestados --- 400 o 500 millones adicionales a nuestra asfixiante deuda pública para realizar obras locales para complacer a legisladores de distrito y alcaldes en víspera de primarias y elecciones rumbo al 2016.

En segundo lugar se anunció que docenas de alcaldías y agencias públicas han contratado, en forma masiva, descarada, a políticos y expolíticos, los derrotados, para protegerlos y asegurarlos para las próximas campañas.  Los dos partidos hacen lo mismo, y defienden su prerrogativa para hacerlo.  Sin excusas, sin justificaciones, como si fueran derechos.  Tres de los principales beneficiarios han sido Jorge Santini, Leo Díaz y Evelyn Vázquez, de ingrata recordación.

La condena conceptual airada de estas prácticas, de espaldas a la realidad de lo que es la política partidista, que es central a la democracia, ilustra lo que Kant llamaba conceptos vacíos.  Lo que hacen los alcaldes y jefes de agencia premiando y protegiendo a políticos derrotados, ilustra la otra parte del dictum Kantiano, la de las realidades ciegas, sin pretensión de legitimidad moral.

Los que analizamos la política democrática tenemos que partir de la realidad de que la democracia supone una política de intereses.  Ese es el concepto, y para que no sea una entelequia vacía, tenemos que aceptar el lado sórdido del comportamiento político, sin glorificarlo, pero viéndolo como lo que es, el fondo oscuro y grotesco de la democracia.