miércoles, 31 de octubre de 2012

¿En qué se Parecen Luz Eufemia y Héctor O’Neill?


En tiempos de crisis, más allá de la vida cotidiana, el pueblo busca modelos, íconos, paradigmas que le señalen el futuro, allende los atolladeros del presente.  En esa expectativa, el pueblo a veces encuentra, contrario a lo que busca y necesita, impostores que utilizan el poder y la comunicación pública para saciar sus apetitos de dinero y de poder.  ¡Vaya íconos, vaya paradigmas y modelos!

Hoy, a cinco días de las elecciones, me interesa destacar dos instancias luminosas del modelaje apócrifo, falso, hipócrita y cínico, que se despliega desde el poder para encubrir el crimen y la corrupción.  Me refiero a la señora del gobernador, que despliega su imagen, en fotografías cursi, destacando los logros --- falsos todo lo que menciona --- de la tarjeta de salud de su esposo, que es un desastre, que está quebrada, y que no ofrece lo que ella anuncia.

Se trata, en el caso de Luz Eufemia, de un anuncio político engañoso, de parte de una señora que se negó a ser Primera Dama, como lo mandaba la tradición centenaria en Puerto Rico.  Despreció el servicio al pueblo --- mediante una causa social de su personal decisión --- a favor de una práctica legal privada de escrituras que los bancos le ofrecen a cambio del beneficio que la legislación de su marido les provee.  Y ahora, a días de las elecciones, se convierte en pasquín fotográfico vulgar para ofuscar y negar lo que las mujeres en Puerto Rico saben:  que el plan “Mi Salud” de Fortuño es una farsa, que está quebrado, deniega más servicios de los que aprueba, y que no necesita para resucitarlo las mentiras de Luz Eufemia, que de paso degrada la posición que ostenta, aunque sea por accidente.

La mentira da coraje, y la voracidad por el dinero de los ya millonarios a nombre del pueblo, indigna.

El segundo modelo que quiero discutir brevemente es el del alcalde de Guanabo, el faraón del fraude electoral ya demostrado, que anda por ahí venteando su candidatura a la reelección a base de “fuerza y determinación”.  No hay duda que posee ambas cosas:  fuerza de cara y determinación de fraude.  El municipio más rico de Puerto Rico, el mayor enemigo de los pobres y sus comunidades, el padrino de los “guaynabitos” corruptos, representa la crisis moral terminal del PNP y de Hector O’Neill.

¡Y pensar que Guaynabo y los guaynabeños que le llenamos los cofres municipales a Héctor O’Neill tenemos alternativas serias, capacitadas, competentes, para sustituir la corrupción y el fraude rampante de Guaynabo, cuando somos los guaynabeños, los residentes de Guaynabo, quienes lo sostenemos económicamente con nuestras contribuciones!

Luis Fortuño lo ha protegido porque es tal para cual.  No hay capital moral en Fortuño para poner orden en Guaynabo, cuando no ha podido o querido hacerlo con la Legislatura PNP, ese antro de retrasados mentales y enemigos de la ética que el resto del País siente y repudia.  ¿Por qué endosar la corrupción de O’Neill cuando tenemos ante nosotros el martes la opción de un ciudadano limpio, honesto, capacitado que se llama Richie Vicens?

En la votación del próximo martes el pueblo de Guaynabo --- el verdadero pueblo de Guaynabo --- trabajador, limpio, honesto, ejercerá un voto limpio por Richie Vicens, rechazando la corrupción, el fraude y el aprovechamiento económico de Héctor O’Neill del tesoro, de este pueblo.  Este voto cerificará el carácter moral del pueblo mismo, limpio, honesto, ético, o el del alcalde O’Neill como dueño y señor de esta ciudad.  En la mañana del miércoles sabremos lo que nos merecemos, mayoritariamente.

Si al pueblo de Guaynabo le gusta el fraude y la corrupción, que vote por O’Neill.  Pero si las rechaza, tendrá en Richie Vicens un excelente servidor público, del cual no tendrá que andar avergonzado.

¿Para qué los Partidos?


Grandes o pequeños, viejos, históricos o nuevos, los partidos organizan una parte de la sociedad en torno a ideas, aspiraciones y valores que se presumen valiosos para el Bien Común.

Partido --- su nombre viene de partes --- quiere decir parte que se quiere convertir en portavoz, voz del todo colectivo.  Naturalmente, para aspirar representar al Todo, es necesario que la parte que representa sea numerosa y significativa.

La prueba ácida de un partido, la pregunta a la que tiene que responder, es la siguiente:  más allá de complacer un prurito ideológico preciosista y poético, ¿tiene fuerza para hacer la diferencia el día de las elecciones?  Si no puede significar una diferencia, esta de más, y sólo puede hacer daño al País y a los que pueden hacer una diferencia frente al caos moral y administrativo que dirige Luis Fortuño.

PIP, MUS, PPT, o llámese como se llame, todos juntos o separados el próximo martes, sólo pueden representar un gustazo de protagonismo, pero no una diferencia frente a lo que vive y sufre el País bajo el fascismo troglodita de Luis Fortuño.

Restarle votos al Partido Popular Democrático y a Alejandro García Padilla para liberar al País de la mafia depredadora de Luis Fortuño es fallarle al País, por motivos idióticos de figurar, unas personas buenas como si fueran líderes.

¿Cuántas veces tiene que derrotar el pueblo a los Ruben Berríos, Carlos Gallizá, David Noriega y otros, para que se convenzan de que este pueblo no es independentista, y todos ellos lo son, como parte de lo que el  inolvidable César Andreu Iglesias llamó “los derrotados”?

Si usted no puede asegurar que marca una diferencia, que usted es una alternativa real, no destruya, no se una al enemigo real del País, que es Luis Fortuño y el PNP.

¿Hasta cuándo van a permitir estas buenas personas del PIP, MUS, PPT, etc.,que su gustazo de protagonismo sin pueblo derrote lo posible?  Si no votan por la única alternativa que puede poner término a esta pesadilla moral, ¿cómo van a sentirse el otro día de las elecciones, sin un partido inscrito, y sin País, confirmando la continuidad de Fortuño?  Yo no me los quiero encontrar en mi camino.  Y el País no se lo perdonará.

¿Para qué son los partidos?  Para proyectar un futuro posible.  No para confirmar en el poder --- para destruir lo que queda del País---, a un partido y a un gobernador corruptos hasta el tuétano.

martes, 30 de octubre de 2012

Luis Fortuño: La Campaña más Sucia de la Historia


Con las elecciones del próximo 6 de noviembre llevo observando --- y a veces participando --- en 18 campañas políticas en Puerto Rico.  Las ha habido candentes, como la del 1940 y 1968.  En cada una de ellas a algún candidato a gobernador se le ha ido la mano con la mentira como recurso de la desesperación.  Pero nunca pasó de uno o dos incidentes desesperados, como cuando Don Luis A. Ferré, en las elecciones de 1984 reclamé --- como embuste redondo --- que Fidel Castro estaba financiando la campaña de Rafael Hernández Colón.  Puede añadírseles a esa que Pedro Rosselló se declaró Mesías en el 2004, y católico-protestante, ungido por la sacerdotisa buscona de Toa Alta, Wanda Rolex.

Puede decirse, sin embargo, que en el conjunto de esas 18 campañas, jamás se dio el volumen y la ferocidad de la mentira y el cinismo --- el pozomuro PNP desbordado --- que Luis Fortuño, la Gata Persa --- aquel que piensa con las patas --- y de Kid Cajita --- corrupto hasta la médula --- le han imprimido a esta campaña del PNP una dimensión de putrefacción moral sin precedentes en la historia moderna del País, en las 18 elecciones y campañas en que he participado.

¿Cuál es la lógica de esa campaña desesperada de Luis Fortuño?  ¿Se trata de que es millonaria, es decir, que lo puede comprar todo?  ¿Atacar, destruir, difamar al principal candidato de la oposición, Alejandro García Padilla?

Yo conozco personalmente a esa familia García Padilla desde los tempranos años 60, cuando me inicié en la política competitiva.  El abuelo de Alejandro fue mi compañero de banca --- y de actitudes y actuaciones programáticas --- en el Senado de Puerto Rico de 1964 al 1969, cuando había Senado de Puerto Rico y no una cloaca de patanes corruptos en la mayoría PNP.  En el proceso revolucionario de 1968, cuando para diferir tuvimos que sacrificar nuestro escaños, Antonio Padilla dijo presente a la verdad y la democracia política, junto a mí en el Senado y en el exilio político.  De ese entronque viene Alejandro.  Es una persona decente, honesta, inteligente y capacitada, incapaz de mentir o dirigir una campaña de pozomuro, como está haciendo contra él, personalmente y contra su persona, este embuste con corbata que se llama Luis Fortuño.

Si esa campaña sucia, de vertedero, que dirige Luis Fortuño tiene éxito, si el pueblo vota por sus enemigos, adiós esperanza de decencia pública en este pueblo.

Si el lector se fija --- oyendo anuncios políticos del PNP por radio y televisión --- en la hemorragia de mentiras literales y difamatorias de Fortuño contra la persona de Alejandro, tiene que preguntarse ¿es esa la misma persona que cacarea por todo el País y los medios que la crisis puertorriqueña es una crisis de “valores”?  ¿Cuáles valores?  ¿La verdad?  ¿Los hechos objetivos de la economía, donde todos los economistas independientes lo desmienten?  No.  El dinero, el suyo y el de sus amigotes, lo que ni niega ni explica.

Ni Luis Fortuño ni las agencias de publicidad que usa tienen noción alguna de la verdad.  Sus lentes sólo ven signos de dólares.  Ese es el valor fundamental de Fortuño y su señora, establecedores de un precedente moralmente fatal para Puerto Rico.

Esta advertencia no va dirigida a Luis Fortuño, ni a su Gata Persa, ni a Ángel Cintrón.  Sería perder el tiempo.  Va dirigida a las víctimas de este régimen corrupto, mendaz, cínico, exclusivamente numismático --- heredero de Midas ---, a los que pagan por la corrupción de la mafia fortuñista: el Pueblo de Puerto Rico.  

lunes, 29 de octubre de 2012

El Luis Fortuño del 2008 y el del 2012


Una cosa es correr para gobernador con el beneficio de un contrincante desacreditado y corrupto en una primaria, o contra un gobernador asediado por la fiscalía federal --- apalabrada con Carlos Romero para difamar a Acevedo Vilá con cargos fabricados por el odio de ese mismo Carlos Romero y Rosa Emilia Rodríguez --- cargos que un jurado de sus pares mandó a buen sitio, con todo y fiscales, y otra cosa es enfrentarse en una campaña a un joven decente y honesto, contra quien los embustes de Fortuño no pegan.

Fortuño ganó la primaria contra Rossellló y la elección después porque el pueblo no conocía su capacidad para la traición a sus promesas y las mentiras desfachatadas, que no le mueven ni un nervio de la cara.

El pueblo PNP, y mucho del PPD creían que se podía experimentar con Fortuño favoreciéndolo en la primaria PNP, --- y que luego se quedó con él huyéndole al patrón de corrupción de Rosselló ---, ahora no tiene esas razones para jugar a la ruleta rusa con la gobernación.  Porque no se trata meramente de incumplir sus promesas --- no botar a ningún empleado público, bajar el agua y la luz, mejorar la salud y la educación, respetar la Universidad y el Tribunal Supremo, sino que una vez alcanzado el poder ha transferido los recursos para el servicio del pueblo --- y para eso es el tesoro que el pueblo paga en contribuciones --- hacia su camarilla personal de amigotes y corporaciones que no asumen responsabilidad alguna con el pueblo porque su motivación es lucrarse con los dineros del pueblo.

Patentizadas esas dos traiciones, ahora no  asusta con Rosselló corrupto como excusa --- hasta el punto de llamarle “un cáncer” en el cuerpo del PNP---, sino que tiene que correr en defensa de su propia corrupción y mendacidad.

Ahora el propio Romero, desde el 2004, le ha dicho “embustero” e “hipócrita.  Él debe saber, por la misma razón que Jorge Santini le dijo “mamao” en el 2008, aunque ahora --- batiendo el record del político fresco, marcha con Fortuño en busca de ayuda porque se siente naufragar en San Juan frente a una mujer de carácter e inteligencia, y de motivaciones pulcras al servicio de todos los sanjuaneros.

Ahora Fortuño anda solo.  En el último debate se vio más solo y temblusco que nunca.  La “moira” política se aproxima, para que se dedique a hacer más dinero, que es la pasión de su vida.   

jueves, 25 de octubre de 2012

Luis Fortuño en “Striptease”


“No hay nada oculto que no haya de ser manifestado”, decía San Pablo.  A la vista está el hombre que ha estado acusando a Alejandro García Padilla de un pecado capital --- un viaje oficial a Dubai que no rindió el fruto deseado ---, ahora se descubre, con testimonios oficiales, que como Comisionado Residente, de sobrao, de aprovechao, se coló en un viaje del Subcomité de Energía de la Cámara Federal a Dubai mismo, sin ser miembro del grupo, a puro oportunismo ventajero, para presumir de diplomático ante el gobierno del Golfo y Egipto, del que sólo logró mentirse a sí mismo.

Eso es lo que significa el “striptease”: desvestirse como embustero delante de la gente.

Ese peje tiene el cuajo de montar una costosa campaña contra Alejandro mientras en la trastienda hizo la falsa representación y reclamo --- en Dubai precisamente, y en Egipto --- de diplomático “oficial” norteamericano ante aquellos gobiernos.

El viaje de Alejandro quizás no rindió frutos.  En asuntos de gobierno algunas iniciativas tienen éxito y otras no.  Lo importante es no mentir sobre ello, o encubrir la mentira como hace Fortuño.  El hombre no tiene límites en su abuso y desprecio al pueblo.

La patología del embuste se pega.  Ayer salió la esposa del gobernador reclamando que la tarjeta de salud por primera vez permite ver especialistas sin permiso previo del médico primario.  Le salió al paso con hechos irrefutables el doctor Héctor Pesquera, médico primario en el sistema, para ponerla en su sitio, al lado de su marido, en la tribuna del embuste nuestro de cada día.

Mejor es que la señora se atenga a las escrituras --- no las bíblicas, que viola todos los días ---  que el gobernador le ha hecho posible obtener en cantidades millonarias.

Dubai --- el embuste de Dubai --- está en la categoría de la Ley 7, de la emergencia energética --- el Tubo de la Muerte ---, el no despedir a un sólo empleado más allá de Acevedo Vilá, las bajas en la luz y el agua, y la reducción de la criminalidad y de todas las calamidades de la educación y de la salud públicas, toda en estado calamitoso mientras… ¿mientras qué?  Mientras Fortuño miente y se hace multimillonario.

El hombre se burla del pueblo, con su risita nerviosa, ilustrativa de lo que Carlos Romero llamó en el 2008 el gran “embustero e hipócrita”.  ¡Palabras con luz! 

miércoles, 24 de octubre de 2012

Plutocracia y Democracia: ¿Por Quién Votar?


Si a una persona de inteligencia normal, ordinaria, se le preguntara --- como se le preguntará en el colegio electoral el próximo 6 de noviembre --- ¿por quién votara usted, de manera que el gobierno que resulte de su voto le represente, en sus aspiraciones y necesidades ante el Estado, el gobierno?

El supuesto fundamental de la democracia, el entendido previo a todo acto electoral, es que el gobierno responderá y servirá al Bien Común, esto es, a las necesidades de todos, mediante los servicios que paga con sus contribuciones.  Si las contribuciones que todo el pueblo paga son la fuente de la capacidad del gobierno para ofrecer esos servicios, ¿por qué, a cuenta de que hay que privatizar ese tesoro del pueblo, es decir, entregárselo a los intereses particulares y restarle al gobierno mismo la capacidad para rendir esos servicios?  Se trata de una traición al pueblo, con los votos y los dineros del pueblo.  Hacer eso, como ha hecho Luis Fortuño, es cosa de farsantes.

Esa disyuntiva, servir al pueblo con los votos y dineros del pueblo, o entregarle el tesoro de ese pueblo a los amigotes, a su propia familia, y a los aventureros privados que no aventuran su capital, sino las contribuciones pagadas por el pueblo, y tapar esa flagrante traición con mentiras, cada día más grandes y más obvias, esa disyuntiva, digo, es la que se le presentará a cada votante en la leyenda escrita de cada papeleta electoral el próximo 6 de noviembre.

Luis Fortuño prometió en el 2008 mejorar las condiciones de vida del pueblo puertorriqueño.  ¿Las ha mejorado?  En empleos, en educación, en seguridad, en salud, en la administración de la justicia, en la Universidad, en las vastas mayorías de las comunidades pobres, en el agua, la luz, en el trato de las agencias con los ciudadanos, ¿cumplió?  Saque los embustes de su propia boca a un lado, y lo que queda es un cuadro de robos, fraudes, engatusamientos, como si el pueblo fuese tonto, torpe, olvidadizo, y se mamara el dedo.

Fortuño ha gobernado para sus amigotes, para su familia, para la ideología republicana retrógrada de allá y de acá.  Y ahora pretende, como pretende Romney en los Estados Unidos, que el pueblo vote por sus enemigos.  Si eso hace, adiós pueblo de Puerto Rico.  ¡Sarna con gusto no pica! 

Pero si hay pueblo, mandará a Fortuño y a su ganga de ladrones a donde merecen, al desprecio y al olvido, y quizás a las cárceles.

martes, 23 de octubre de 2012

El Tsunami de la Chiquitota


Anuncia la inmensa “speaker” de la Cámara que el País verá en los próximos días un verdadero “Tsunami Azul”.  ¿De dónde sacaría ella la noción de que las aguas de ese siniestro marítimo son azules?  Que le pregunte a los japoneses, porque si no habrá que concluir que sacará esa información de su propia ignorancia.

Pensándolo bien, sin embargo, apolíticamente, hay que estar preparados, porque un tsunami de Jenniffer González, Cususa y Heidi Wys --- en apretado y solidario amarre --- puede hundir al País, en base a la vieja fórmula de la gravitación universal de Mr. Newton.

El anuncio de la Chiquitota llega tarde.  Porque el tsunami de la Cámara de Representantes ocurrió ya, cuando nombraron “speaker” a Jennifer, bajo el asesoramiento mezquino y resentido de las dos líderes racistas que la rodean y la dirigen, lo que el pueblo llama “la Cucusa” y “la Wys”.

Jamás, desde su creación en la Ley Foraker de 1902 --- que creó lo que es hoy la Cámara de Representantes --- había estado ese Cuerpo tan atolondradamente dirigido por la pasión partidista, la incultura política, y el odio partidista, que ha producido la legislación más destructiva y chabacana de su historia.  Un tsunami pues, a base de esa materia prima, inundará el ambiente del País con lo único que puede producir, basura política.

En la Cámara de Representantes, tanto como en el gobierno de Luis Fortuño en general, exhiben deficiencias que no son sólo de actitudes morales cínicas y desfachatadas, sino una general condición de ignorancia de los principios y contenidos del derecho y de los derechos.  El analista tiene que decidir entonces, en su diagnóstico del bache legislativo, si se trata de maldad, de insensibilidad para la justicia y para las exigencias de la práctica democrática, o se trata más bien --- en el plano intelectual --- de crasa incompetencia, ignorancia palpable.  Todo ello acompañado en el plano moral por lo que los filósofos llamamos “torpeza moral”, la no diferenciación entre el bien y el mal, o lo que los juristas llaman “inimputabilidad”.

Pero esa es la realidad que vivimos.  La mentira patológica reina en Palacio, el odio racial reina en la Cámara, la patanería vulgar dirige al Senado.

Por todo lo anterior, cuando amenaza al País con un “Tsunami Azul”, apretémonos los cinturones.  Se trata de la explosión de un vertedero.  ¡Uy, por ahí vienen Jennifer, y Cucusa y Heidi, a invadir al País con su tsunami gravitacional!

Jorge Santini: ¿Ausente o Forajido?


“Me gustas cuando callas”, decía Pablo Neruda, “porque estás como ausente”.  Pero ahora recuerdo que el bocón, el fantoche alcalde de San Juan no sólo calla, sino que se ausenta de su obligación cívica de responder por sus actos y justificar su pretensión de reelección compareciendo ante los sanjuaneros y el País a dar cuenta de su record y sus planes, en el supuesto de que se reelija.

¿Cómo puede jugar Jorge Santini el papelón de ausente --- de cobarde --- para no enfrentarse a su pueblo a justificar esa pretensión de continuidad?  ¿A quién le teme, al pueblo que lo juzgaría, o a la dama que lo reta?  ¿Cómo es que tan machote de palabra se le va huyendo a Carmen Yulín, una dama seria, inteligente, motivada por un mejor servicio público  a un San Juan que ella define como de todos?

Hay dos actitudes despreciables en la cobardía política de Santini --- que recuerda las expresiones de nuestros jíbaros galleros cuando uno de sus gallos salía huyendo como “manilo”, juyilón, después de lo cual no podía asistir a ninguna gallera sin convocar la burla universal.  Por un lado, la arrogancia, que desprecia un evento de confrontación democrática, ante el pueblo, de record y propuestas para la enorme ciudadanía de San Juan.  Pero además, de la arrogancia --- la ventosidad egolátrica que el alcalde ventea continuamente --- está la insolencia de despreciar al pueblo mismo, más allá de su patanería usual con todo el que se le enfrente.  El Presidente Obama y los candidatos que lo retan, en el plano federal y estatal, aceptan los debates como una obligación cívica, porque le deben esa deferencia al pueblo.  Y porque, además, creen que pueden dar buena cuenta de sus obras y propuestas.

Despreciar --- no a Carmen Yulín, sino al pueblo de San Juan --- mediante la juyilanga, denota inferioridad intelectual y moral.  Y es posible que en eso tenga razón.  Porque el hombre no tiene estilo, ni tiene cultura urbana, no puede lidiar al nivel de los conceptos de lo que es una gran ciudad.

¿Podría uno imaginarse a Jorge Santini en la Plaza de la Signoría, en Florencia, o frente al Alcazar de Toledo, San Francisco o Atlanta, y discernir la estructura funcional y estética de una gran ciudad?  Claro que no.  El puede autorizar millones para poner anuncios que despisten al pueblo de la realidad fea y espantosa que preside, pero no articular visiones plausibles de funcionalidad en lo que podría ser una gran capital.  Por eso se huye.  Su propio historial pedestre lo alcanzó. 

¡Mucha mujer Carmen Yulín, para Santini!  

domingo, 21 de octubre de 2012

Al Cierre del 2012: La Familia de Luis Fortuño y la Familia Puertorriqueña


La función primordial de todo gobierno es adelantar “el bienestar general de los ciudadanos”.  Así reza el mandato en la Constitución  de los Estados Unidos y en la del Estado Libre Asociado de Puerto Rico.

Uno puede pensar que --- dadas las circunstancias cambiantes de la historia --- el gobierno puede ser más grande o más pequeño.  Lo que no puede ser es un enemigo --- por razones ideológicas tontas ---, del bienestar general que desde la antigüedad se llama Bien Común.

Dadas las teorías acomodaticias y simplonas de Luis Fortuño de que él no cree en el gobierno --- ni tan siquiera en el que supuestamente dirige, sino en los individuos, sueltos, solos, a la intemperie frente a los grandes intereses económicos que lo exprimen --- hay que sacar cuenta sobre lo que han producido sus cuatro años de anti-gobierno, que es como decir anti-pueblo.

En los Estados Unidos, donde se plantean alternativas políticas parejas a las de Puerto Rico --- los pocos ricos contra los muchos pobres --- se habla de que está en peligro y hay que salvar el “American Dream”, eligiendo a Mitt Romney, que es como elegir aquí al paladín del dinero oligárquico, Luis Fortuño. ¿“American Dream”, o sueño reaccionario republicano a lo Luis Fortuño?

Me decía una amiga hace un par de días, sobre una mesa bien servida en Salinas, empleada ella del gobierno federal, que su traducción realista del “American Dream” de los Bush y los Mitt Romney era más bien el “American Greed” --- la glotonería de los ricos y de los políticos que se sirven de ella.

Esa realidad se concreta de manera cruda en la respuesta a la siguiente reflexión.  Después de desmantelar las instituciones creadas en Puerto Rico por diferentes lideratos, desde Luis Muñoz Marín hasta Carlos Romero --- sí Carlos Romero, con todos los descuentos que hay que hacerle ---, y que incluyen el Tribunal Supremo, el Colegio de Abogados, la Universidad, la AEELA, el Fideicomiso del Caño, la Procuraduría de los Envejecientes, y las Comunidades Especiales: ¿qué puede decirse de la condición resultante de la familia puertorriqueña?  Inseguridad radical, educación pedestre a todos los niveles, empleos en caída estrepitosa, salud deteriorada en parte por un Departamento de Salud y Secretario ausentes, muertos, papanatas incompetentes y discípulos aprovechados de su jefe Fortuño en el arte de la mentira.  Así anda la familia puertorriqueña.  ¿Y la familia de Fortuño, cómo anda?  Bien, gracias.  En universidades privadas y caras de los Estados Unidos, con un fideicomiso supuestamente ciego en el bufete preferido de Fortuño, McConnell, Valdés y Kelly.  Allí está el producto de la influencia, al son de millones, desde que era Comisionado Residente y luego gobernador, con su esposa ganando millones con las escrituras de los bancos que se benefician de la legislación aprobada por Fortuño.

¡Para eso es el poder, para hacerse más rico él y sus amigotes, no para servirle al Pueblo, a la familia grande!

viernes, 19 de octubre de 2012

El Vocero: Una Conspiración Criminal


La palabra política de El Vocero es la palabra política de Luis Fortuño: comprada y vendida, falsa y manipuladora, producto de la entrega de los intereses públicos a una ganga de depredadores que utiliza el buen nombre del concepto político de la “libertad de prensa” como hoja de parra para cubrir su desnudez moral.  Pero no hay problema moral para los Peter Müller de este mundo, porque el comprador de sus porquerías editoriales, Luis Fortuño, tampoco tiene palabra.

¿Se acuerda el lector de “palabra de hombre” para conformar a las mujeres maltratadas?  ¿Se acuerdan de su programa de “valores” para amortiguar la ira del pueblo contra la Ley 7 y sus “emergencias” fatulas?  La emergencia es él, Luis Fortuño, embaucador, mentiroso, glotón de dinero y de poder.

En el día de ayer ha declarado que el voto de los 300,000 electores que están en las listas electorales y que el quiere que no voten, porque les teme, no deben votar porque crearían muchos problemas.  ¡Claro, le crearían problemas a él y a su pandilla de contratistas y políticos aprovechados de su amistad y protección!

Si hubiese faltado una paja para quebrarle la espalda al espinazo del elefante republicano que es Luis Fortuño, la ha provisto hoy, con lujo de detalles irrefutables, El Nuevo Día--- el concubinato inmoral, ilegal y político de Luis Fortuño, Miguel Romero y Peter Müller para defraudar al pueblo de Puerto Rico de la cantidad de 46.1 millones de fondos públicos, a cambio de convertirse en pasquín partidista del PNP --- gratis, porque no vale nada, a pesar de que nos cuesta tanto.  ¿Cómo es que Hacienda, que es tan represivo con los trabajadores, maestros, comerciantes pequeños y policías se hace el sueco con los 21 millones que le debe el peje este de Peter Müller, un buscón profesional de los pasillos del poder de Luis Fortuño y Miguel Romero?

La función fiduciaria de Miguel Romero como Secretario del Trabajo es adelantar las causas justas de los trabajadores.  Ha sido su verdugo.  La Ley 7 para empezar.  La corrupción multimillonaria con la gaceta oficial del PNP para confirmar su incapacidad moral para hablar de trabajo y trabajadores.  Hay que destacar que la deuda de El Vocero con Hacienda es literalmente un robo, porque es embolsicarse el dinero retenido del sobre de los trabajadores.

Por todo esto, desde tiempos de Rosselló, dijo el fiscal Guillermo Gil Bonar, mitad como historia vivida y mitad como predicción a corto plazo, “la corrupción en Puerto Rico tiene nombre y apellido, se llama Partido Nuevo Progresista”.

Desde enero del 2009 se llama Luis Fortuño, porque ¿es gobernador y jefe de gobierno y presidente del PNP, o no lo es? 

miércoles, 17 de octubre de 2012

Luis Fortuño es una Regresión Política


¿Caduco? ¿Arcaico? ¿Paleolítico? ¿Cómo pensar así de Fortuño, si es tan joven?  Lo que ocurre es que es un viejo anciano, en ideología y en filosofía de gobierno.  Luis Fortuño se saltó a Luis Ferré, a Carlos Romero, y a Pedro Rosselló, pero el salto fue hacia atrás, hasta enyuntarse con Miguel Ángel García Méndez y Ramiro Colón, y con toda la pléyade de “comillus” republicanos de los años 30.  Representa un caso de regresión precoz, o pensando  en su juventud física, representa un caso de lo que los sicólogos llaman “arrested growth”.

¿Cómo es posible retroceder mental y políticamente a Calvin Coolidge, en los tempranos años 20 del pasado siglo, que decía, lo más orondo y complacido “the business of America is business” --- el negocio de América es hacer negocios.  Así fue, y quebraron al País y lo tiraron a la depresión más profunda del Siglo 20.

Los republicanos que Fortuño resucita en el 2012, y los mogules americanos de los años 20 del pasado siglo, son, en el mundo de Fortuño y en la sabiduría del pueblo, los “guaynabitos” --- la plutocracia insaciable a quien Fortuño enriquece con los dineros del pueblo que le niega al pueblo en servicios honestos.

Se trata de una regresión criminal, un salto atrás defendido con cinismo, inescrupulosidad y desfachatez sin precedentes.

Parte de ese salto hacia atrás es la entrega gustosa de Fortuño a la más rancia oligarquía republicana de los Estados Unidos: una oligarquía racista, anti-negros, anti-latinos, anti- puertorriqueños, ante trabajo organizado,  anti… anti…anti, y sólo a favor del dinero.

Fíjese el lector que Luis Ferré, “Mr. Republican”, nunca abrazó ese credo republicano fascista, racista, pro millonarios a costa de la clase media exprimida y la clase pobre desesperada.  Carlos Romero y Pedro Rosselló se hicieron demócratas y abandonaron el credo de la riqueza insaciable de unos pocos que es el republicanismo de Fortuño.  Luis Fortuño avergüenza a Puerto Rico, fingiendo acá que gobierna para su bienestar y se alía allá --- con los Romney --- contra los intereses de los puertorriqueños en todas las áreas en que la legislación federal nos beneficia, mientras dice acá que conseguirá más derechos y fondos para Puerto Rico.

Un notable político norteamericano de California, Jesse Unroh, dejó dicha una verdad política y moral palmaria:  el capital del político serio es su palabra.  Fortuño no tiene palabra.  No tiene palabra allá cuando falsea lo que ha hecho en Puerto Rico para complacer a sus derechistas de ocasión, y no tiene palabra acá, cuando ofrece cosas a las que se opone allá.  Le va a dar tortícolis política, que el pueblo le aliviará el próximo 6 de noviembre.

lunes, 15 de octubre de 2012

El Nuevo Día: Un Editorial Inexplicable


El periódico El Nuevo Día ha realizado durante el último año --- cuando le vieron las espuelas y los colmillos a Luis Fortuño --- una obra positiva de crítica bien fundada sobre el esquema ubicuo de corrupción y de partidismo crudo de parte de Luis Fortuño y su administración.

Vaya eso por delante como contrapeso a lo que hoy he de expresar, con sorpresa y pesar, sobre el editorial estúpido con que sale hoy en defensa del periodismo prostituto de El Vocero.

Alega el editorialista que importantes líderes del PPD han atacado la integridad personal y profesional de los periodistas que firman las atrocidades politiqueras que El Vocero le ha vendido al PNP a cambio de que --- con dineros públicos --- sus páginas ejerzan el papel de gaceta y pasquín de ese partido.  Yo no he captado tales ataques del PPD a los periodistas.

El Nuevo Día prende en ira santa porque supuestamente se ha atacado la integridad y misión de los periodistas cuyos nombres aparecen firmando las atrocidades mandases y politiqueras de los dueños de El Vocero.  Mi vieja exclamaría, si leyera esa falsa indignación, “¿de cuando acá periquita con guantes?”  Y el viejo bardo inglés William Shakespeare seguramente exclamaría, “! me thinks the lady does protest too much!”.

Vamos a los hechos, como base de las expresiones que haré sobre la indignación comercial de El Nuevo Día.

Hace años que El Vocero ha venido practicando un periodismo adulterino, tergiversando, falseando, inventando noticias, todas al servicio del PNP y adversas al PPD.  Naturalmente, eso se paga con dinero, y Fortuño ha sabido corresponder a esa permuta de la verdad por dinero, no con dinero de Fortuño ni del PNP, sino con dinero del pueblo de Puerto Rico, en pago a ese adulterio periodístico.  Pero hace poco los dueños y directores del periódico pasaron del adulterio a la prostitución, y le vendieron la conciencia periodística --- si alguna quedaba --- a Fortuño por dinero del Departamento del Trabajo y contratos para su director.  En vista de eso y del descrédito del periodicucho en la calle, optaron por entregarse totalmente:  El Vocero gratis, porque el gobierno lo paga.  Claro está, si no se vende, si no cuesta, es porque no vale nada, y eso es lo que vale, exactamente nada.

Es increíble que ante ese cuadro de prostitución periodística, que  obliga a sus reporteros a firmar los engendros que publica como manera de mantener sus frágiles empleos, El Nuevo Día monte en ira santa para defender la libertad de prensa y la integridad de los periodistas que firman las  “noticias” de El Vocero.

Está claro que hay que defender la dignidad de los periodistas, si tienen dignidad.  Claro que hay que defender la libertad de prensa si es que es “prensa” y “libre” un pasquín político como El Vocero.  Pero eximir a esa hoja suelta partidista de la crítica y de la libertad de pensamiento y expresión de la ciudadanía y de los políticos que El Vocero difama a diario, es sencillamente analfabetismo intelectual sobre el tema o algo peor e inconfesable.

Lo que las constituciones políticas y la democracia liberal mandan sobre este tema es la prohibición al Estado para suprimir la prensa y los periodistas, no importa lo incómodos e impertinentes que resulten.  Pero no le abrogan la libertad a nadie para criticar la corrupción de alguna prensa y algunos periodistas cuando venden al mejor postor su ministerio, o por debilidad moral o intelectual traicionan la profesión del periodismo mismo.

A fin de cuentas, la libertad de prensa es la libertad de los dueños de la prensa, y muy marginalmente la libertad de los periodistas.  Pero cuando estos son íntegros y profesionales, merecen todos los reconocimientos y consideraciones del público democrático.  Sin embargo, cuando estos periodistas se convierten en despotricadores y cizañeros a sueldo contra todo y todos, no merecen la estima del público aunque se respete su manera de ganarse la vida.

Uno se pregunta por la motivación del El Nuevo Día para escribir un editorial tan estúpido como el de hoy.  ¿Cuál es el “consideration” que explica tamaño disparate?

La conducta de El Nuevo Día en las próximas seis semanas nos dará la respuesta.

domingo, 14 de octubre de 2012

¿Para Qué Son las Elecciones?


En una democracia las elecciones periódicas tienen la función de expresar el sentir del pueblo sobre el desempeño del gobierno desde las últimas elecciones.  Una de dos, o confirma al gobierno y con ello expresa su satisfacción con la labor realizada, o lo cambia, lo sustituye por uno que por su historial represente una alternativa racional, más allá de un detalle u otro, hijos de la imperfección humana.

Así de sencilla es la convocatoria democrática del 6 de noviembre próximo.  No se puede culpar a un ciudadano que vote por Luis Fortuño porque piensa que: (1) cumplió sus promesas del 2008;  (2) ha creado miles de empleos bien remunerados; (3) ha respetado las instituciones que no operan como parte de la Rama Ejecutiva --- tales como el Colegio de Abogados y la Universidad de Puerto Rico ---; (4) ha respetado la Rama Judicial, como el Tribunal Supremo, al que le ha respetado su autonomía fiscal; etc.

Si alguien suscribe esos elementos de la vida colectiva y atribuye ese éxito a Luis Fortuño, derecho tiene entonces para con su voto confirmarlo en la gobernación.  Claro está, el derecho se respeta, pero hay que respetar la opinión también de que ese sería un voto torpe, estúpido, idiótico, producto de lo que los debatientes medievales llamaban “ignorancia invencible”, y que aquí le llamamos, “corazón del rollo”, chusma irracional, en suma, fanáticos.  El hecho me recuerda una lectura sobre la muerte de Virgilio, el insigne poeta latino, amigo del Emperador Augusto.  En el último viaje que dio con el César, al llegar al puerto de Rimini, al ver la multitud irracional, mugrienta y enloquecida que recibía con vítores al verdugo romano, Virgilio se viró hacia Augusto y le preguntó:  ¿A eso es que tu llamas el pueblo romano?

Lo mismo preguntaría yo si la ignorancia y la estupidez me regalaran la tortura existencial de un Fortuño victorioso el próximo 6 de noviembre.

Existe otra posibilidad como alternativa inteligente:  repudiar a Fortuño como el peor gobernador de nuestra historia moderna desde Blanton Winship.  ¡Y miren que desde entonces nos han gobernado pamemas y corruptos como para haber escarmentado!

No hay que olvidar que entre Romero, Rosselló y Fortuño le han costado a este pueblo más de un cuarto de millón de empleos directos e indirectos.  Los tres insistieron en entregar la Sección 936 --- la médula industrial de Puerto Rico --- diz que para cualificar para la estadidad, hoy más lejos que nunca en los Estados Unidos y aquí.  A eso hay que añadir las fechorías exclusivas de Luis Fortuño:  la Ley 7 y el Tubo de la Muerte, que el pueblo derrotó.  Falta derrotar al autor del siniestro proyecto.  Esa fechoría nada más lo sembrará en la historia como un gobernador falto de seriedad y de respeto al pueblo que lo eligió.  Ese tubito de marras --- sin cavar un hoyo en la tierra --- le costó al pueblo, ya de manera oficial más de 29 millones de dólares repartidos entre los ahijados de Luis Fortuño.  Él mismo se ha encargado de defender esa corruptela --- desde Ray Chacón, el compañerito de Marista, hasta los profesionales del tumbe Eduardo Ballori y Dennis Rivera Medina, genio de todo sin capacitación para nada, quien a lo largo de todo el gobierno se ha tumbado 27 millones, más allá de los 6.3 millones del Tubo de la Muerte, y de quien Fortuño hizo personalmente una emotiva defensa.

¿Cómo es posible suponer que un pueblo se flagele a sí mismo desde la tiniebla moral de esa ejecutoria, reeligiendo al gobernador más embustero, corrupto e incompetente de nuestra historia?

Ahora bien, sobre el País flota una interrogante angustiosa, al pensar en el cambio y en las alternativas para lograr ese cambio.  Existen por ahí, por lo menos, una docena de buenas personas que han renunciado a la virtud cívica de la educación política y han decidido formar tres o cuatro partidos, entes puramente jurídicos sin pueblo, cuyas ideas son tan perfectas y puras que sólo ellos --- cada uno de cuatro --- pueden llevarlas a la acción, sin pueblo.  Así pensó dos veces en Estados Unidos Ralph Nader, que se consideraba muy puro para respaldar a Al Gore y a John Kerry prefiriendo que se eligiera a George Bush dos veces.  Estos amigos deberían entender que la política no es una tertulia platónica para ventilar ideas perfectas.  Es una lucha de intereses y de ideales al alcance del pueblo, a veces impreparado para juzgar poéticas quimeras.  Tienen estos pequeños partidos un poder potencial real:  reelegir a Luis Fortuño sustrayendo votos de quien puede en verdad derrotarlo, los votos que, concentrados, pueden llamarse pueblo, y no átomos dispersos.

La verdad política no es siempre la verdad ideal, perfecta e incólume.  La verdad política radica en el diagnóstico de lo posible.  Lo otro es destruir opciones reales --- alegando una equivalencia política y moral falsa en la realidad histórica --- en aras de protagonismos demasiado virtuosos.

Se quiere salir de Fortuño, ¿sí o no?  Si no se quiere, vote usted por el PNP o por cualquiera de los partidos irrelevantes electoralmente, excepto para hacerle un daño irreparable al País.

El patriotismo que exige la situación angustiosa del País es uno que haga una diferencia.  Votando directa o indirectamente por Fortuño no se hará ninguna diferencia, no habrá cambio.

sábado, 13 de octubre de 2012

Fortuño en una Juyilanga Doble


Luis Fortuño anunció ayer que el engendro criminal del gasoducto no va, que ha retirado la petición de permisos.  La Vía Verde --- o Tubo de la Muerte --- se convierte así en bandera blanca de rendición incondicional.  ¿Se trata en realidad de una rendición o de una retirada estratégica?  ¿Está tratando de salvar su pellejo político, a ver si reflota sobre las elecciones, para después, sin la presión electoral volver a la escena del crimen?  Lo que se queda por la casa, en el bolsillo de sus amigotes, son los 54 millones que les repartió sin dar un tajo en la tierra.

El País no le cree.  Y tiene sobrada razón para ello.  Como quiera que sea, ha sido derrotado en su propio parque, por el pueblo de Puerto Rico, representado por la familia Masol y la conciencia ambiental que ellos han creado en Puerto Rico.  Se repite Vieques.  “Pueblo unido jamás será vencido”.  ¿Recuerdan?

Este no es el único frente en el que el embustero de palacio está recogiendo velas.  En franca retirada.  Enterado de lo que le dicen sus propias encuestas, ayer anunció también su retirada de su propia trampa plebiscitaria.  Consciente de que el SÍ va  ganar en la papeleta pebiscitaria, a pesar de sus trampas en la definición de las opciones, se une a la procesión envolvente que defenderá al ELA, para no salir claramente maltrecho, y afirma que se puede votar por el SÍ y por el NO a la vez, en una nueva versión del cinismo crudo de su maestro Pedro Rosselló como católico-protestante.  Ahora Fortuño defiende el SÍ y todo lo contrario, el NO que él y su carnal Marcelo Rubén Berríos habían diseñado para acabar con el ELA.  Pero no es lo mismo llamar al diablo que verlo venir.

El culimelón fortuñista demuestra una cosa palmaria:  la fuerza nativa, intrínseca, del ELA en la conciencia política de nuestro pueblo.  Algo que el propio liderato del Partido Popular no ha logrado apreciar ni defender, y que ha recomendado votar SÍ por una razón aleatoria y no intrínseca, que es la siguiente:  donde quiera que se ataque, se impugne, se insulte con malos nombres al ELA, sus creyentes tienen la obligación política y moral de defenderlo en sus méritos, no meramente para desenmascarar la alianza de Fortuño y Rubén Berríos.

La retirada del gasoducto, y la retirada del NO como alianza PNP-PIP para derrotar al ELA, deja a Fortuño a la intemperie como un payaso político, deja a Rubén Berríos y a Fernando Martín como alicates a última hora despreciados, prescindibles a la hora de salvar el cuero de Fortuño.  Los supuestos nuevos partidos quedan también en la estacada.  Su socio principal en su faena anti-ELA los ha abandonado.

Estas dos retiradas valen más que mil encuestas.  Fortuño se revuelca en la tierra movediza de la derrota segura, decide agarrarse a un clavo caliente, sacrificando lo que hasta ayer era su tabla de salvación:  el NO al ELA.  Pero increíblemente ahora defiende al SÍ también.  Tratando de confundir al País sobre las opciones de status, Fortuño se ha confundido a sí mismo, y ya no se sabe si va o viene.

A Fortuño le ha ocurrido lo mismo que a Norma Burgos.  Se montó en una bicicleta muy complicada para él y se cayó, igualito que Norma.