jueves, 28 de febrero de 2013

Hablemos de Pensiones


El gobernador ha propuesto, con considerable riesgo político, y con fundamentos económicos y morales parciales, una reforma en las pensiones del Sistema de Retiro de los servidores públicos que un día sostuvieron la excelencia de las funciones públicas para con toda la ciudadanía.

La reforma del Sistema de Retiro es impostergable, por necesaria y por ser actuarialmente obligatoria para un gobierno responsable.  Para demostrar lo que significa su contraparte demagógica y politiquera no hay más que recordar el proyecto de Jenniffer González de prometer una rebaja en la tarifa del agua con un préstamo al Banco Gubernamental a cuenta del Sistema de Retiro quebrado, a semanas de las elecciones.

Digo que es impostergable porque por demasiado mucho tiempo los políticos, legisladores y moradores de la Fortaleza usaron a Retiro como ATH para comprar votos, regalar bonos de esto y de aquello sin la más mínima sombra de responsabilidad para con la aritmética y la salud integral de Retiro y del Fisco.

El problema con la propuesta del gobernador es que es incompleta, desbalanceada e injusta.  Es correcta hasta donde alcanza pero es evidentemente parcial e injusta porque pone a subsanar el desastre fiscal que heredó, a los retirados de la clase media y clase media baja, mientras deja intocada la injusticia de las pensiones de la Rama Judicial, que representan un escándalo moral, y las pensiones de los alcaldes, que se asignan las pensiones que les da la gana cuando se aumentan los sueldos precisamente para eso.  Arlequín de Guayanilla y Chemo Soto de Canóvanas son los “poster boys” de esa gansería endémica y cumulativa.

Los jueces se han asignado a sí mismos unas pensiones equivalentes a sus sueldos, y es heredable por sus esposas, con todo y los aumentos que se hagan ellos mismos --- los activos en el Tribunal Supremo --- hasta que se mueran.  De esa manera un Efraín Rivera anda por ahí de contratista y cabildero, apeando cientos de miles de dólares adicionales, y un Antonio Negrón García produce alegatos para un poderoso bufete, más la pensión, que no es Cadillac, sino Maserati.  Esa desigualdad e injusticia claman a los cielos.

Clama a los cielos también que los gobernadores Hernández Colón, Romero, Rosselló y Fortuño anden por ahí, y en los Estados Unidos, con escoltas millonarias en costo, como cabilderos y abogados activos, más fundaciones fatulas que nada producen para el País, excepto la chupeta presupuestaria que inmoralmente ostentan.

Hasta que el gobernador no confronte esas gollerías e injusticias oficiales, no debe limitar las pensiones modestas del servicio público de la clase media baja retirada.  Igual debo decir de la patente de corso contributiva de los ricos evasores, dueños de yates, mansiones, y refugios contributivos que le trabajan los abogados y contables, o los médicos que sólo cobran en efectivo los deducibles de los planes de salud.  La cosa es demasiado gruesa para ser ignorada.

¿Cuándo va el gobernador y la Secretaria de Hacienda a nombrar la Comisión de Investigación de la Evasión Contributiva para que le informen al País las personas, corporaciones y cantidades de evasión contributiva  que, a falta de sus pagos, diz que obligan al gobernador a partir la soga por lo más finito?

O el Partido Popular y el gobernador se definen como agentes revolucionarios, moral y económicamente hablando, o se dedican a la sastrería de los remiendos parciales que se ven a simple vista, y abochornan.

No pretendo que se resuelvan todos los problemas de una vez, pero sí pretendo que se entienda su interrelación y causalidad recíproca, y que nadie quede exento y a salvo, como de la casa, como en tiempos de Fortuño.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Política y Crisis: Enfoque Integral y Enfoque Concretista


Si algún sicólogo o siquiatra me hace el honor de analizar esta líneas, sabrá de sobra a que se refiere el título que las preside.  Porque hay capacidades mentales que se enfrentan a los problemas de una manera integral, esto es, conceptualizan, y organizan los problemas en sus interacciones causales, mientras otras se concentran y atienden los componentes de un problema complejo, uno a uno, aisladamente, y no ven las conexiones de unos problemas con otros, y menos son capaces de ofrecerle soluciones completas.

En política y administración democrática, donde hay que justificar las decisiones de una manera integral, porque todo se relaciona con todo en la vida colectiva, el líder como educador de las masas, como guía de su pueblo, no puede darse el lujo de decisiones "ad hoc" y de explicaciones parciales a problemas de profundas consecuencias en el todo social.

Lo que se va proyectando en las primeras decisiones del gobernador García Padilla es la impresión de que no tiene concepto de la interacción e intercausalidad de los problemas económicos y financieros que nos agobian, y que por tanto no puede ser pedagogo de la complejidad ante un pueblo sufrido, ávido de razones y justificaciones para entender y respaldar las decisiones de su líder.

Objetivamente, la administración de Luis Fortuño, tras cuatro años de corrupción rampante y descarada, le legó a Alejandro García Padilla un cuadro fiscal, financiero y administrativo desastroso.  Pero a juzgar por la actitud y las expresiones de García Padilla, aquí no ha pasado nada y hay que proceder en continuidad con lo heredado, sin molestar ni herir sensibilidades de los malhechores, en lo que los americanos llaman “business as usual”.

Lo anterior conduce a una política de elementos y partes concretas de la crisis total:  hoy el Aeropuerto, mañana las pensiones, sin que el pueblo sepa de qué cuadro mayor o integral son esas piezas importantes.

Por ejemplo, habían diferentes maneras alternas para enfrentarse a la entrega por Luis Fortuño, del Aeropuerto Luis Muñoz Marín a unos intereses foráneos mejicano-americanos.  Una era la que en efecto se adoptó, entregarse a Fortuño y a los mejicanos.  Otra hubiese sido la de presentarle al País el cuadro completo, integral, de la herencia infame de Luis Fortuño y de los cuatro gobernadores anteriores, populares y novoprogresistas, usando como texto el Informe de Transición de Fortuño a García Padilla.  ¿Por qué no se hizo?  Porque esa información --- y la conducta de García Padilla como gobernador popular y no novoprogresista --- hubiese alertado al pueblo sobre la quiebra total que fue el legado de Fortuño, y hubiese además preparado al pueblo para asimilar los sacrificios de todos para salir del abismo.  Pero sacrificar el Aeropuerto sin una explicación convincente de la falta de alternativas, y la indeseabilidad de sacrificar otros renglones de la penuria social con tal de retener el Aeropuerto, representó sencillamente una incapacidad de ver el todo y refugiarse en el concretismo de las partes.

A la vista está: las propuestas del gobierno que he escuchado esta tarde sobre el Sistema de Retiro parecerían razonables y necesarias, pero no en sí mismas --- otra vez el concretismo --- sino a la luz de otras propuestas, tales como el ataque a la descarada y masiva evasión contributiva de los ricos, los profesionales independientes y las corporaciones cuyas planillas están sobadas por abogados y contadores hasta que parecen confesiones de hermanitas de la caridad.  Mientras tanto Hacienda persigue implacablemente a los trabajadores y la clase media baja y media hasta arrancarle el último suspiro.

Esa evasión de por lo menos tres mil millones de dólares le quita toda fuerza moral a todo intento de exprimir a los pobres, los pensionados, y los trabajadores.

Esto es tan así, que pienso que la justificación que pueda tener el gobernador para salvar el Sistema de Retiro apretando a los retirados, actuales o futuros, cae de bruces ante el rechazo masivo del pueblo a la entrega, mediante argumentos falaces y deshonestos, del Aeropuerto Luis Muñoz Marín.  El rechazo a esto último le quita posibilidad de respaldo a la razonabilidad de lo otro.  La razón es sencilla:  no hay plan sobre el todo.  Si lo hubiera, el pueblo estaría dispuesto a escuchar, y a sacrificarse por el todo.  Pero no pedazo a pedazo, clientela a clientela, contra los de abajo y los medianos, sin tocar la oligarquía de arriba, que Alejandro comparte con Fortuño. 

¡No fue por eso que votó el pueblo!

martes, 26 de febrero de 2013

Alejandro no da el Grado: Yo Boté mi Voto


El espectáculo publicitario montado por el gobernador para justificar la entrega del Aeropuerto Luis Muñoz Marín a manos extrañas a nuestros intereses marca la claudicación de los mejores intereses de Puerto Rico como pueblo y como País al mejor postor.  La ristra de racionalizaciones falaces que adujo para justificar su entrega fue digna de los mejores días de la mendacidad de Luis Fortuño, quien perdió la batalla electoral y está ganando la guerra para los grandes intereses que comparte con Alejandro.

Mediante una larga repetición de clisés, Alejandro entrega los intereses del País a nombre de dos increíbles razonamientos torpes:  (1) Que como la propuesta de alquiler por 40 años del Aeropuerto está firmada por Fortuño, él viene obligado moralmente --- porque legalmente sería un disparate --- a honrarla.  ¿Quién le dijo?  ¿Y si fuera para él onerosa la propuesta?  ¿Se sentiría igualmente obligado?  ¿Qué lógica lo asiste?  ¿No se trata más bien de la sicológica del oportunismo y la cobardía?  (2) En segundo lugar, porque le va a dar ahora y por unos años tantos o cuantos millones, ¿es un negocio que no se puede rechazar?  ¿Y cuándo y por cuánto le va a vender la Fortaleza, o la Universidad, o el Morro al mejor postor si hay muchos chavos para el usar políticamente?

La explicación del gobernador es peor que la duda.  Es una falta de respeto a la inteligencia y los intereses del pueblo.

Eso me obliga, por primera vez tras treinta elecciones --- desde 1948 --- a reclamar la devolución de mi voto, porque voté creyendo, víctima como tantos de un anuncio engañoso.  Este voto perdido me duele más porque a invitación del entonces candidato comparecí, junto a un selecto grupo de distinguidos puertorriqueños, a endosar su candidatura para gobernador.  Ello tuvo dos explicaciones:  la perversidad de Luis Fortuño para con todo lo que era decente en Puerto Rico era una; la otra fue la ingenua creencia en su sinceridad y capacidad.  Ambas me han resultado erróneas.  El hombre me ha salido embustero --- a doce por docena --- y falso, un paquete bien envuelto, pero vacío por dentro.

He estado releyendo durante los últimos días las Memorias de Don Luis Muñoz Marín.  ¡Que experiencia!  Cabeza clara, profunda, de expresión articulada, culta, convincente.  Porque los políticos, especialmente en la democracia, viven o mueren por su palabra:  ese es su capital, su tesoro, en las antípodas del oportunismo y la veleta.

¡Que largos van a ser estos cuatro años, con la multiplicación de los problemas y la penuria del liderato!

domingo, 24 de febrero de 2013

Del Alivio del 6 de Noviembre a la Desazón del 25 de Febrero


El Pueblo de Puerto Rico se despojó el pasado 6 de noviembre del fardo sin precedentes de la corrupción legal que dirigió por cuatro años Luis Fortuño.  La expresión general al amanecer del día 7 fue una de alivio y esperanza, más la primera que la segunda.  Presumía sanamente ese pueblo que el nuevo gobierno, ejecutivo tanto como legislativo, tenían un plan de cumplimiento y regeneración administrativa y política para hacer olvidar la pesadilla de Luis Fortuño.  No ha resultado así, pues el nuevo gobierno luce paralizado antes de arrancar.  Para todos los propósitos prácticos, la administración Fortuño sigue mandando en las agencias y departamentos, según lamentos que surgen de las voces desengañadas que allí siguen sufriendo las patanerías de los funcionarios del PNP.

El ambiente que cunde en la calle es de desazón:  ¿Para eso enfrentamos la insolencia del poder PNP?  Para muestra un botón: en el Recinto de Ciencias Médicas se premia al hijo de Rosselló para que dirija, con fondos públicos corruptamente usados, una cruzada pro estadidad.  Y como si eso no fuera insulto suficiente, se contrata por el alto del alma, a un buscón corrupto como Kid Cajita Cintrón, el arquitecto de la derrota de Fortuño, como asesor legal del Rector.  Todo legal, todo corrupto, bajo la administración inerme y secreta de Alejandro García Padilla.

El periódico El Nuevo Día entrevista al gobernador en Washington y este le expresa que “estoy bien contento y satisfecho”.  Y para probarlo empieza a enumerar medidas que ha tomado para complacer clientelas particulares, como los estudiantes de la U.P.R., los terrenos de Gurabo, los fondos de la U.P.R. que le habían quitado y la creación de empleos por ley.

Todo eso junto no roza la epidermis de la crisis del País, económica, fiscal, social, educativa, de salud y de seguridad. ¡Pero el gobernador está “contento y satisfecho”!  El pueblo no.  Y si usted no lo cree vaya a la calle y pregunte.  Así  constatará que a más contentura y satisfacción del gobernador, más inseguridad y ansiedad del pueblo.  Al pueblo le complacería más un gobernador desvelado, que un gobernador contento y satisfecho.  Porque la realidad objetiva del País que vivimos, es para perder el sueño por parte de aquellos que prometieron lidiar con esas realidades.

He estado leyendo --- por segunda o tercera vez --- el segundo volumen de las Memorias de Don Luis Muñoz Marín, de 1940 a 1952.  Se trata de una época que conozco biográficamente, porque ya a los 14 años seguía el drama político puertorriqueño capítulo por capítulo, como nuestras amas de casa siguen los dramones lagrimeros mejicanos en televisión.

Esos 12 años de creación de un partido y de un gobierno, y de una relación más digna con los Estados Unidos, fueron años de lágrimas y preocupaciones más que de contenturas bobas, politiqueras.  A un pueblo no se le gobierna con optimismos bobos y entusiasmos fatuos, sino con pensamiento articulado, con planeación institucional colectiva, frente a problemas que convocan más la abrumadora reflexión que demanda la responsabilidad, que la superficialidad evasiva del autobombo.

Ese contraste explica porqué el alivio se ha convertido en desazón.

jueves, 21 de febrero de 2013

La Crisis del País es Total y Requiere una Respuesta Total


Tomado literalmente, el titulo que encabeza estas líneas es erróneo, porque el tiempo y el espacio político y administrativo es siempre limitado, discreto.  Se trata de cuatrienios, de fechas límites, y de capacidades limitadas, tanto personales como en términos de recursos.

Es patente, sin embargo, que la crisis que nos azota como pueblo --- producto de la complacencia y la superficialidad gubernativa de los últimos cuarenta años --- es total, orgánica, o estructural como repiten por ahí como estereotipo superficial porque suena profundo.

La crisis cumulativa de la educación pública y la Universidad ha producido en los últimos 40 años una ciudadanía intelectualmente chamuscada, no educada.  Y ahora, cuando se piensa que el rol de la Universidad es producir técnicos y obreros diestros, sabemos que ni eso produce porque ha sido desmantelada por unos filistinos incultos que ni papa saben de la educación superior y su impacto creativo --- en todos los ámbitos --- en la cultura total del País.

Todo lo anterior apunta al hecho de que si la crisis es total y los recursos intelectuales y políticos para enfrentarla son limitados y discretos, por lo menos debe existir la conciencia en los gobernantes de que, ante una crisis total, orgánica, no se puede andar por ahí ofreciendo y prometiendo tales ventajas o beneficios para este grupo o aquel, cuando las bases económicas y fiscales del todo gubernamental y social son tan precarias.

Dicho en los términos filosóficos en que lo expresó el filosofo norteamericano John Dewey durante todo el siglo pasado, la política, la ciencia y la experiencia humana en sí, sólo son entendibles y manejables en términos de dos principios: la continuidad y la interacción entre todos los sectores de la realidad a que uno se enfrenta.  Porque a través del tiempo existe una profunda conexión o continuidad de las cosas, en la naturaleza, la historia, la sociedad y la acción.  Por lo mismo, existe también, entre todas esas cosas, una interacción dinámica y palpitante entre todos los sectores o partes del todo social.

Aplicada esa doctrina a nuestra crisis, los actuales gobernantes no pueden proceder en forma suelta, ad hoc, oportunista, en la lidia con nuestra crisis sin precedentes.  No puede haber distribución sin contribución, no puede haber economía organizada sin pisar callos, no puede haber iniciativas facilitantes sin exigir responsabilidades mortificantes, a todos, porque el principio de interacción nos toca a todos.

Si los cambios y depuraciones se hacen con equidad, con razonabilidad, con sinceridad, porque todos estamos implicados, el pueblo entiende si se le explica, mas allá de las frasecitas practicadas para encubrir más que para explicar.

El principio de la continuidad dice que esta crisis no nació ayer.  Que estaba clara ya desde que Rafael Fernández Colón ordenó el Informe Tobin, y luego lo escondió por razones politiqueras para complacer las clientelas electorales que ahora le pasan la cuenta al País.

El principio de toda reforma tiene que ser la verdad, contra los escamoteos continuos de la crisis desde los años 80.  La entrada efectiva a una salida depende de que se comprenda la interacción de todos los renglones que conforman la crisis: economía fiscal, corrupción gubernamental,”rackets” oficiales --- tales como el Fondo del Seguro del Estado, la Comisión de Boxeo, el Seguro Compulsorio, las aseguradoras de salud, el Fondo de Retiro gubernamental y el Judicial, entre docenas de otros.

Soluciones hay.  Desagradables todas.  Lo que falta es voluntad política, y aquella capacidad de abnegación que supere la mentalidad electorera.

Pienso que el espectáculo de incapacidad y egoísmo económico que ha exhibido el liderato del PPD, desde Ponce hasta el Capitolio, y  la incapacidad para enfrentarse, de frente, ha sellado la suerte del PPD para el 2016. 

Sobre la posibilidad de resurrección, la creeré cuando la vea, como el prudente Santo Tomas. 

Sígale la Pista al Dinero: “Follow the Money”


En 1973, durante el escándalo de Watergate que fulminó la segunda presidencia de Richard Nixon, se acuñó un principio de investigación que resultó infalible para esclarecer la corrupción del Presidente y de toda su pandilla de malhechores.  “Follow the Money”, “sígale la pista al dinero” y no fallará en dar con los truhanes que fulminaron una presidencia.

En los días aciagos que vivimos en Puerto Rico, en que un pueblo que se volcó en las urnas creyendo que había cambiado la inmoralidad y la incompetencia de Luis Fortuño y su ganga de pilletes, se impone otra vez esa consigna.  Porque todos los malabares que hacen Cámara y Senado para encubrir su gula, demanda del pueblo rasgar los velos de la hipocresía, el cinismo, la jaibería que sólo pretenden encubrir el afrentamiento por el dinero.

Tenemos ante nosotros, gobernador, legisladores, prensa  y pueblo, una condición terminal de cáncer económico que carcome la estructura financiera del País, producto de la demagogia y la irresponsabilidad de los últimos 25 años de gobierno --- desde Rafael Hernández Colón a Alejandro García Padilla, ya inclusive.

Hay quiebra financiera, hay depresión económica, hay desgobierno en las agencias básicas de servicios públicos, hay quiebra en Retiro, y al Banco Gubernamental de Fomento lo han saqueado.  Noventa por ciento de los municipios están quebrados, y viven de deudas.  La Universidad ha sido desmantelada, y toda su gerencia no sirve ni para administrar un puesto de vegetales.

Ante todo eso se enfrentó el pueblo el pasado 6 de noviembre, y creyó que lo había cambiado, o empezado por lo menos.  Pero a tres meses y medio del nuevo gobierno no aparece por ningún sitio la definición y afirmación de un rumbo nuevo, porque parece que la principal ocupación del gobernador es no molestar a la funesta claque de Fortuño y parecerse a él lo más posible.

En la Legislatura, por el otro lado, tal parece que el País y el pueblo no existen.  El gobernador no se atreve a ofender sus intereses, que son primeramente de dinero, el dinero de cada uno.  Hay en camino un aguaje de “reforma legislativa” que más allá de eliminar las dietas y los estipendios inmorales de transportación, lo único que hace es mantener los sueldos escandalosos con menos trabajo y con empleos privados adicionales.  ¿Fue por eso que el pueblo votó?

Durante el pasado cuatrienio, Alejandro García Padilla no hizo fiscalización ni oposición.  Se declaró mudo y ausente.  Ahora es gobernador y sigue mudo y ausente, excepto por frasecitas manidas que nada explican.  En lo principal, preside la continuación de Luis Fortuño.  Pregúntense ustedes si no, porqué está respaldando la venta descarada del Aeropuerto por treinta monedas, y porqué respalda la ley represiva de Tito Kayak.  “Follow the Money”.

Mañana discutiremos el equivalente judicial de la gollería legislativa: el privilegio increíble que la Rama Judicial se ha concedido a sí misma en términos de sueldos, retiros y herencias familiares.

martes, 19 de febrero de 2013

¿A Quién Representan los Legisladores?


Desde los comienzos mismos del movimiento democrático-liberal europeo, principalmente en Inglaterra para los últimos años del siglo XVII, se proclamó al Poder Legislativo como el principal poder del Estado.  Porque el poder legislativo representaba la voluntad del pueblo, en el contrato social que tanto John Locke como Juan Jacobo Rousseau definieron como la base de la legitimidad política de los gobernantes.

De paso, y por eso, si usted abre cualquier texto constitucional moderno encontrará, en la enumeración de los poderes del Estado, que el Poder Legislativo es el primero en definirse y explicarse.

Con el avance comercial, industrial y financiero de la época moderna, sin embargo, y con los fenómenos del imperialismo económico y globalización tecnológica y bélica, el Poder Ejecutivo ha pasado a primer lugar en responsabilidad e impacto en la vida colectiva, nacional e internacional.

Si a los procesos arriba enumerados añadimos el hecho de que la ciudadanía políticamente participante no es de minorías, sino de masas multimillonarias en número, la propaganda política comercial y la demagogia han desplazado al diálogo político racional, posible hasta el siglo XIX.

Es en el contexto de las transformaciones apuntadas que hay que juzgar el deterioro de la función legislativa, tanto en el Congreso de los Estados Unidos como en la Legislatura de Puerta de Tierra.

Nuestro Poder Legislativo se ha convertido en una miasma moral, patética y pestilente.  Para él, la historia, especialmente esta semana, resulta cruel y despiadada.  Porque mientras el País recuerda con sentida nostalgia la enormidad política y moral de Roberto Sánchez Vilella y Luis Muñoz Marín esta semana, en Puerta de Tierra nuestros legisladores se revuelcan en sus patentes pequeñeces, en titánicas luchas por defender privilegios económicos que ofenden y sueldos que no merecen.  Basta señalar que su apasionado drama no gira en torno a la penuria económica del pueblo, la caída de la clase media en la pobreza y de los pobres en la miseria, sino en torno a sus abusivas dietas, lujosos carros, y sueldos escandalosos, los más altos de todos los estados de la Unión y del resto del mundo civilizado, mientras supuestamente representan legislativamente a un país en quiebra económica y financiera.

¡No hay pudor! ¡No hay vergüenza! ¡No hay lo que nuestros viejos llamaban, desde las curules de su carácter ético, calor en la cara!

lunes, 18 de febrero de 2013

La Segunda Crisis Histórica del PPD


El Partido Popular Democrático se insertó en el protagonismo político de Puerto Rico sobre la base de dos principios esculpidos en su nombre.  Popular porque representó la inserción, por primera vez, del pueblo como actor en el drama de su propia vida.  Democrático porque significó que por primera vez en su historia todo el pueblo, el demos de que hablaron los griegos, participó directamente en la decisión electoral, en 1940.  Hasta entonces en Puerto Rico la política era un asunto de las minorías que ostentaban las curules del poder económico --- tierra, café, tabaco, caña --- cuyos representantes iban a legislar por ellos y para ellos en la Legislatura colonial, con los escasos poderes que entonces tenía.  Los colmillús en sus faenas oligárquicas de tierra y estirpe, y sus abogados y contables en la Legislatura de Puerta de Tierra.  Eso era la Coalición de republicanos y pseudo-socialistas de entonces.

La irrupción dramática del PPD y Luis Muñoz Marín --- y toda una luminosa generación de servidores públicos --- en los escenarios del poder democrático, significó una “revolución pacífica”, como la llamaron tanto nativos como extranjeros.

Aquella revolución --- política, moral, administrativa --- duró 28 años.  Su líder, don Luis Muñoz Marín --- haciéndose cargo de una profecía que él mismo había acuñado, en el sentido de que al Partido Popular lo derrotaría, si acaso, sólo el mismo Partido Popular --- se encargó de derrotarlo en 1968, mediante un brote caudillista que anuló la democracia y trajo al poder a Luis Ferré y el Partido Nuevo Progresista.  Cuando se escriba esa historia, sin ditirambos, sino sólo con los hechos, el País sabrá, o recordará, la geometría de la parábola histórica que va desde el 1936 en Yauco al 25 de julio de 1968 en el Hiram Bithorn.  El Antonio R. Barceló de Yauco se convirtió en el Luis Muñoz Marín del Hiram Bithorn, y el Muñoz de Yauco se convirtió en el Roberto Sánchez Vilella del 1968 --- víctimas de dos maquinarias políticas equivalentes.

La del Hiram Bithorn constituyó la primera crisis moral y política del PPD y produjo su primera derrota en 1968.  Del 1969 al 2008 el PPD caminó con muletas, casi cuadraplégico, con el nombre --- “popular y democrático” --- pero sin carisma, sin voluntad renovadora, hasta su peor debacle en el 2012, a manos de un farsante hipócrita e incompetente, Luis Fortuño, que en sólo cuatro años se desvistió ante el País como el fraude moral que siempre fue.  El País reaccionó y lo botó --- con b larga --- volviendo a la única opción que parecía prudente.  A los tres meses de esa decisión, el PPD sufre su segunda crisis moral en sus 73 años de vigencia pública.

Un partido que irrumpió en la vida política anclado en los más altos ideales de democracia política, justicia social, y autonomía constitucional, se ha tomado 3 meses para desvestir ante el País su crisis terminal:  porque cuando la primacía de las necesidades del pueblo, sus angustias económicas y su inseguridad física se sustituyen --- como prioridades de sus legisladores --- por los chavos de sus dietas, de sus carros, y de los sueldos astronómicos que se comprometieron a corregir como imperativos morales, parece hora de conducir a ese partido a la funeraria que entierra a los falsetes y a los violadores de sus contratos con el pueblo.

Dudo mucho que haya recuperación política para este gobierno y este partido cara al futuro.  Porque no se trata sólo del afrentamiento económico de sus legisladores.  Se trata de la quiebra económica y financiera por la que atraviesa el País, tras cuatro años del vandalismo de Luis Fortuño.  Si no ha habido voluntad y liderato para librar al PPD de la vergüenza --- de su acto de “striptease” moral de estos tres meses --- mucho menos los habrá para enfrentar la quiebra objetiva de la economía, el desastre de la educación, la destrucción de la Universidad y la anarquía en la calle.

Con frases huecas y besos y abrazos, con optimismo bla bla bla y entusiasmo retórico no se transforman esas realidades objetivas. 

domingo, 17 de febrero de 2013

Muñoz, Ferré y Roberto Sánchez


Don José Ortega y Gasset, el eminente filósofo español del siglo pasado, nos legó una manera incisiva de leer y apreciar la historia, que el llamó “el drama de las generaciones”.  Tal método de estudio histórico consiste en identificar, más o menos cada 30 años, a través de todo el ámbito cultural --- teórico, práctico y artístico --- las docenas de figuras creativas, en todos los quehaceres colectivos, que marcan el carácter de una época, la definen por sus ingente aportaciones.  Por eso se habla en España todavía de “la generación del 98”, o “la generación del 27”, entre otras divisiones históricas.

No se trata de gestas individuales impresionantes en una disciplina, sino un conjunto de figuras cimeras en la filosofía, la ciencia, las artes, la acción política, la docencia universitaria y cultural, cuyo impacto marca épocas.

En estos días, ayer, hoy y mañana, la historia nos convoca a recordar y honrar la memoria de tres figuras gigantes en nuestro desarrollo moderno --- 1938-1972 --- de Puerto Rico.  En palabras de un estudioso de la India, y refiriéndose al liderato modernizante de aquel subcontinente de 1947 a nuestros días, hablaba de “los robles altos” --- Gandhi, Patel, Desai, Mehta y Nehru. 

Un ejercicio parejo cabe hacer en Puerto Rico, aplicado a los últimos 30 años del siglo 19 --- Hostos, Betances, Baldorioty, Muñoz Rivera y Barbosa --- que se extendieron hasta el primer cuarto del siglo 20 --- que tuvieron que lidiar con dos imperios, en defensa de los derechos de los puertorriqueños como patria y como personas.

Sabemos que durante ese cuarto de siglo sufrimos una generación de medianías, con la excepción de Luis Muñoz Rivera, y que tuvimos que esperar hasta los tardíos años 30 para producir o reconocer, a un líder indiscutible y extraordinario en Luis Muñoz Marín.  En cierto sentido Luis Ferré y Roberto Sánchez, que representan nuestros “robles altos” con Muñoz, recibieron de él la inspiración, ya fuera en la colaboración o la competencia política.  Ninguno de los dos, ni Ferre ni Sánchez, se explican sin Muñoz.

Es necesario mirar escrupulosamente esa historia, desde Hostos a Roberto Sánchez, para apreciarla, emularla en lo posible, y para sacudirnos de las antípodas de la mediocridad intelectual y moral que pasa hoy por liderato en nuestra presente generación política.

 Porque una mirada, forzando la vista y los oídos, a nuestra generación legislativa --- el jurado todavía delibera sobre la ejecutiva --- produce vértigo.  De Baldorioty, Muñoz Rivera, Barbosa, Muñoz Marín y Roberto Sánchez y Luis A. Ferré a la ciénaga moral de nuestra Cámara de Representantes y la marrullería meramente jaiba y tunante de su Presidente Perelló, amenaza con matar toda esperanza.  Y parece que más arriba no hay nadie que se atreva a poner orden.

Constituye un misterio el hecho de que el gobernador, teniendo en sus manos los poderes institucionales y políticos para imponer dirección y orden en su partido, permita que lo desacrediten a nombre de la gula del dinero.  En el caso del PPD la cosa es moralmente más grave que en el PNP.  Porque el PNP, desde Pedro Rosselló, es en sí una corporación corrupta, sin escrúpulos sobre el bien y el mal, mientras que el PPD tiene una historia de servicio y de decencia que defender, y no efiende. ¿Será posible que Alejandro Garcia Padilla permita que Jaime Perelló se le convierta en el Tomás Rivera Schatz de esta administración?  Todos sabemos el precio que pagó Luis Fortuño por aquella debilidad en el inicio de su administración.

jueves, 14 de febrero de 2013

Los Legisladores Responden a la Opinión Pública


Es escritor católico del pasado siglo Ernesto Renán, dejó dicho que una nación con conciencia de sí misma es “un plebiscito cotidiano”.  Traducido ese aforismo al lenguaje de la ciencia política, concluimos con el insigne politólogo norteamericano Walter Lippman que la democracia es, ni más ni menos “el régimen de la opinión pública”.

Recuerdo que en 1960 mientras viajaba por Europa, buceaba los kioscos de periódicos en busca del New York Herald Tribune, en su edición internacional, en busca de la columna diaria que allí publicaba Lippman.  Poco después lo conocí personalmente en Puerto Rico, en casa de Don Jaime Benítez, cuya incurable adicción a la inteligencia lo llevaba a convocar en la Universidad a la crema de la inteligencia universal, en busca de que se nos pegara algo de lo que más tarde se llamó “the best and the brightest”.

En los días aciagos que vive Puerto Rico, que tanto me recuerdan la novela fascinante de Joseph Conrad “El Corazón de las Tinieblas” --- un inglés surcando en la oscuridad del África tenebrosa en una frágil embarcación, con la negrura de la espesa selva como horizonte.  Porque así anda Puerto Rico.  Económicamente, financieramente, educativamente, socialmente --- en las espesas tinieblas de la bancarrota, huérfano de visión, de recursos materiales y voluntad de lucha, producto de casi medio siglo de complacencia, rutina, irresponsabilidad en la cúpula del poder, y ausencia total de voluntad si con ello se pierden unas elecciones.  Resultado: se pierden todas las elecciones, aunque se ganen numéricamente, y se pierde el País, hasta la bancarrota colectiva.

Lo ocurrido esta tarde en el Senado de Puerto Rico, donde un par de senadores --- Cirilo Tirado y Ángel Rosa --- decidieron ponerle el cascabel al gato y repudiar las blandenguerías de su presidente, para ponerle fin a la desfachatez de las dietas y los estipendios de automóviles, anuncia el asomo de lo que Lippman definía como la auténtica democracia, el régimen de la opinión publica, el plebiscito cotidiano del que hablaba Renán.

El pueblo de Puerto Rico votó en noviembre por una limpieza moral en la Legislatura.  Eduardo Bhatia y Jaime Perelló decidieron que ellos sabían más que el pueblo, y quisieron sabotear y darle largas a su mandato, para pagar por los votos de los que los hicieron presidentes de cada Cámara.  Pero en este caso el pueblo votó por segunda vez --- como opinión pública --- para, como decía Juan Jacobo Rousseau, obligarlos a ser libres, a cumplirle al pueblo su contrato.

Desde “el corazón de las tinieblas” se otea una luz, tenue todavía, pero potencialmente purificadora.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Eduardo Bhatia: Parámetros, Paradigmas y Pendejases


Existió en los debatientes teológicos de la Edad Media un recurso infalible para enredar las cosas y no tener que responder literal y directamente al adversario.  Consistía en la petición, con toda aparente seriedad, a que el contrincante definiera los términos del debate.  Así, en lo que el hacha iba y venía, se usaba el tiempo para enredar el asunto bajo discusión.

Algo muy parecido a eso ha utilizado el senador Eduardo Bhatia para evadir el compromiso moral y político que contrajo con el electorado como promesa contractual de ser electo senador el pasado 6 de noviembre.  Ahora, con toda solemnidad, declara que antes de cumplir con su palabra --- habla, pueblo, habla --- tiene que explorar y agotar todos los posibles parámetros, paradigmas y pendejases que puedan surgir para sabotear aquella promesa sencilla:  eliminar las dietas, los autos o estipendios de autos, reducción del 30 por ciento del escandaloso presupuesto legislativo, y la vuelta al legislador a tiempo parcial, de ciudadanos que sirven al País como parte de su tiempo y ejercicio profesional.

Para ganar votos no se necesitaban parámetros recónditos ni paradigmas esotéricos, y menos pendejases hipócritas y deshonestas, cuando el País sabe que de lo que se trata es que, en la búsqueda de votos para la presidencia del Senado, se les prometió a los senadores que la promesa política y moral del PPD a su pueblo “no estaba escrita en piedra”.  De allá hasta hoy las explicaciones y los disparates se han multiplicado, y la imagen de capacidad y rectitud de Bhatia han tocado fondo.

A lo último que ha apelado el senador es que tiene que esperar por Perelló y la Cámara, cuando sabe que allí opera un saboteo del compromiso del PPD con el pueblo mucho más crudo y marrullero, a cargo en parte de líderes que hasta ayer retaban a la dirigencia del Partido con posiciones radicales y heterodoxas, pero que sorpresivamente aceptaron hoy allí posiciones indistinguibles del PNP.  ¡Dios los cría…!

La súbita búsqueda de “parámetros, paradigmas”,  y otras pendejases, para encubrir la voracidad por el dinero --- a lo Fortuño y su ganga de saqueadores --- mal encubre una realidad muy triste:  el PPD carece de dirección, de autoridad y de definición ética y política, a los tres meses de su victoria electoral.

Si a la crisis económica objetiva --- finanzas, producción y empleos --- y el desbarajuste administrativo heredado, se suma la incapacidad gubernativa, el balance es cenizas.  Eso como comienzo.  ¿Cómo será el fin? 

martes, 12 de febrero de 2013

Desconcierto


Awilda Carbia hubiese tenido una buena idea de lo que pasa en Puerto Rico si no nos hubiese abandonado prematuramente.  Porque a todos los niveles de nuestra vida pública y social --- económica, financiera, legislativa y cultural, educación, Universidad, Municipios --- no sólo nos estremece el desencanto, sino la desmoralización y el descreimiento con relación a aquellos que nos ofrecieron salidas posibles, eficientes y éticamente responsables.

Un cuatrienio no consiste de un mes y pico de tanteos, temblequeos y expresiones melosas de buenas intenciones.  El liderato político, como los árboles recios que van a la construcción de nuestros hogares y edificios, tienen que tener núcleos duros y resistentes, además de corteza y cáscara.  Eso es lo que el País echa de menos en su gobernador a tres meses de su victoria electoral de noviembre.

Aventuro una tesis explicativa del desencanto del pueblo frente al nuevo gobierno.  No debe tomarse literalmente en sus términos, porque se trata de una idea histórica y filosóficamente compleja.

Se trata de lo siguiente.  La democracia representativa, no menos que las monarquías absolutas o moderadas, supone en el fondo una actitud de expectativa de que el rey --- monarca o presidente --- le responda a la sociedad por la dirección y el rumbo del Estado.  En las monarquías la herencia y la tradición se encargan de realizar esa expectativa del pueblo.  Los pueblos son monárquicos en su sicología política aunque sus constituciones sean liberales, de separación de poderes y de mecanismos electorales para escoger dirigentes, que efectivamente dirijan.  La vida política, democracia o no, aborrece el vacío.

En el Puerto Rico que vivimos, a tres meses del cambio político, eso es lo que percibimos y vivimos, el vacío.  Un vacío que me recuerda la poesía de Palés de 1936:  PUEBLO – “Piedad Señor, para mi pobre pueblo, donde mi pobre gente se morirá de nada…”

Hay políticos que son simpáticos, atractivos, locuaces, decentes y honestos, pero no tienen “gravitas”, o “dignitas”, como exigían los romanos de sus dirigentes.  Ese tipo de político, llegada la hora y la necesidad de la acción, se convierte en otro espectador, a merced de que los marrulleros y los tajureadores del poder y del dinero le permitan adelantar su supuesta visión y programa comprometido al pueblo.  En esa tesitura, sólo necesita una derrota, una vacilación, una entrega --- como hizo Fortuño con Rivera Schatz --- para convertirse, prematura y deslucidamente, en historia.

lunes, 11 de febrero de 2013

El “No Más” de Benedicto XVI


El Papa Benedicto XVI ha sorprendido al mundo en la mañana de hoy al anunciar su renuncia al Papado de Roma y del Catolicismo Universal.  Sus razones son más que poderosas: no puede ya con las exigencias físicas y mentales de su oficio.  Merece por ello el reconocimiento unánime de la humanidad, en la que tantos otros se aferran al poder desde la senilidad y la impotencia.

Quizás la mayoría de mis lectores sabe que intelectual y moralmente repudio todo lo que representa la Iglesia Católica Romana, tanto como sus desgajamientos protestantes de a partir el siglo XVI.  En mi niñez y adolescencia repetí como papagayo lo que heredé de mis parientes mayores, catolicismo primero y luteranismo después.  Tan pronto vine en contacto con la cultura intelectual de Occidente, la razón me dictó un retiro prudente de la religión hacia las ciencias y las artes, hasta el día de hoy.

El Cristianismo, el Judaísmo, el Islamismo, el Budismo, y el Shintoismo son formas equivalentes de negar la inteligencia y la voluntad del hombre para que se entregue a la ignorancia y a la explotación a manos de los listos. Estos sistemas de engatusamiento se aprovechan de la ingenuidad intelectual  del hombre medio.  Esos credos han sido históricamente instrumentos de opresión, explotación y negación de derechos a las masas más desprevenidas de la humanidad, especialmente de la mujer, a quienes han engatusado con el mito de la Virgen María, y otros mitos, pero a quienes todavía le niegan la igualdad.

Bueno, pero eso soy yo. Hablemos de la renuncia del Papa.  Para mí, filosófica y moralmente, el asunto carece de importancia.  Pero no así para las masas crédulas y sinceras en su afiliación a la Iglesia de Roma.  Es muy difícil refutar la fe beata.  Sea como sea, la existencia y la conducta de la Iglesia --- espuria o auténtica --- tiene consecuencias porque cientos de millones toman la musaraña como verdad.  Lo que significa que antropológica y sociológicamente, lo que hace y dice la Iglesia es importante.  ¡Pobre humanidad con esos truenos!

Ahora un secreto.  Me informan de fuentes confiables de Roma que la renuncia del Papa es el resultado de la crisis moral e institucional que le crearon Melinda Romero, Carlos Romero, Cucusa Hernández y Albita Rivera al impugnar el catolicismo mismo y pedir la adjuración de su membresía en él, a causa de los “crímenes” cometidos por el Arzobispo González Torres al defender la cultura y la nacionalidad puertorriqueña.  Enterado de esa impugnación, el Papa se rindió, se entregó, y como Roberto Durán, exclamó, “No más”.

 ¡“Urbi et Orbe”, que se entere todo el mundo!

domingo, 10 de febrero de 2013

Amnistías, Inmunidades e Impunidades


Es frecuente en la administración de la justicia que a un grupo de ciudadanos que por alguna razón ha obrado al margen de la ley, pero que por consideraciones compasivas o técnicas merecen una oportunidad de vindicarse ante el Estado o la ciudadanía, se le dispensa una amnistía, un perdón civil, para que sean en adelante acreedores de derechos hasta entonce negados por la ley.  A esa figura política y legal llamamos amnistía.  Ella ocurre después de haberse cometido la irregularidad o violación de ley.

Ahora bien, se dan circunstancias en la convivencia social en las que uno o un grupo de ciudadanos viola la ley y sin embargo el Estado opta por no castigarlo con lo que ordinariamente merecería, en atención a consideraciones prácticas que aconsejan tal curso de acción a cambio de información que le es útil al Estado para encauzar a otros que por su número y gravedad de los delitos cometidos es esencial que paguen su deuda a la sociedad.  En ese caso se utiliza la inmunidad al que coopera con el Estado en su misión de castigar el delito y hacer justicia.

En ese mapa de procedimientos especiales ante el delito, queda un principio y una practica que, a diferencia de los dos anteriores, repugna a la razón, destruye la justicia, y desmoraliza tanto al gobierno como a los ciudadanos ante la ola criminal que nos arropa --- crimen de cuello blanco, en el gobierno y en la sociedad y crímenes de dolo y peculado por parte de los funcionarios públicos.  Se trata de la impunidad conque se mira para el otro lado frente a los corruptos y pilletes que, en vez de servir al Estado y al pueblo, se sirven ellos mismos criminalmente.

Cuando eso ocurre, el grito democrático siempre ha sido “throw the rascals out”.  Aquí, en Puerto Rico, eso fue lo que hizo el pueblo el pasado 6 de noviembre.  Pero su grito moral ha caído en oídos sordos.  A tres meses de esa decisión del pueblo, el nuevo gobierno está perdido en el bosque, y no se llevó la tiza de Pulgarcito para marcar los árboles y poder regresar a la claridad.

La Legislatura popular no es distinguible de la pasada del PNP --- excepto que aquellos nunca prometieron un régimen de decencia, y estos sí.  El afrentamiento económico ha carcomido las entrañas a lo que una vez fue el PPD de Muñoz, Roberto Sánchez, Fernós, Ramos Antonini y decenas de patriotas dedicados al servicio público, a costas de su capital privado, cuando lo tenían.

La trágica verdad que vive este pueblo es que el PNP constituye --- desde Pedro Rosselló --- una organización criminal, y que al PPD se le agotó el liderato --- desde 1968 --- y la moral.  Es sencillamente un partido intelectual y moralmente agotado, sin voluntad. 

jueves, 7 de febrero de 2013

De los Vándalos a los Consentidores


La Real Academia de la Lengua Española define “vándalos” como aquel pueblo germano que invadió a la España romana, señalado por su “furia destructora”.  Así invadió Luis Fortuño y su mafia al gobierno de Puerto Rico, y su legado es claro: corrupción, pillaje, enriquecimiento ilícito --- dolo y peculado --- y traición moral a lo que prometió a este pueblo.

La mentira fue su “modus operandi”, desde que explotó la amistad de sus ricachos para que lo mantuvieran como Comisionado  Residente, hasta hacerse millonario, y luego al utilizar a su señora para realizar el tumbe notarial con los bancos para los cuales aprobó legislación especial.  Por cuatro años gobernó para los millonarios amigos que según él iban a rescatar a Puerto Rico de la recesión económica que empezó en el 2006.  Ahora, patética e inmoralmente termina en Washington como empleado de un bufete de cabilderos que él empleó con fondos públicos como gobernador.  El hombre hablaba de valores y no tiene la más mínima noción de la ética.

Actuó, junto a su mafia corporativa, y su ralea PNP de Legislatura y Partido, como un vándalo de tiempos de la España romana:  su principio gubernativo fue la destrucción.  Destrucción del Colegio de Abogados, destrucción del Tribunal Supremo --- destrucción por degradación, por prostitución del concepto de juez en la ganga que nombró para degradar su alta función constitucional --- destrucción de la Universidad, destrucción del servicio público como dedicación profesional y moral.  Ese es su legado desgraciado y funesto: multimillonario él y facilitador del pillaje de los otros.

No hay más que ver lo que nos ha legado en Energía Eléctrica, en Acueductos y Alcantarillados, en la Universidad, en la ACAA, en el Aeropuerto Luis Muñoz Marín, en Salud, en Educación o falta de ella,  en seguridad, que es inseguridad en el hogar y en la calle.

Por todo lo anterior, el pueblo lo vomitó en noviembre 6.  Y creyó que había realizado un cambio administrativo y moral de dramáticas y necesarias correcciones históricas.  A las cinco semanas de inaugurarse el nuevo gobierno, y a los tres meses del cambio político, el pueblo espera, y es como si esperara a Godot, a quien no ha quedado de venir. ¡Parálisis sin haber comenzado el movimiento!

Hemos pasado de los vándalos de Luis Fortuño y el PNP a las naturalezas muertas de Alejandro García Padilla y el PPD.  No hay voluntad, no hay ideas, no hay testosterona para hacer lo que hay que hacer, para hacer lo que el pueblo creyó que había votado.  Porque todavía gobiernan los vándalos.  Si el gobierno no da un paso al frente, y el Secretario de Justicia dice que no mirará hacia atrás, la historia nos condenará a convertirnos, como la mujer de Lot, en una estatua de sal.  Y no es para menos, porque el PPD parece que está “salao”.

En palabras de Don Luis Muñoz Marín, esta administración es sencillamente “mofolonga”.