El
Representante Luis Gutiérrez, de genética pepiniana, liberal de clavo pasado,
nos envió el pasado domingo, mediante parte de prensa de José A. Delgado, un
regaño y una advertencia. La
advertencia: que no hay la más mínima
posibilidad en Washington para movimiento alguno que posibilite la
estadidad. El regaño: que los puertorriqueños debemos de
abandonar el método político partidista, rencoroso, que se interesa más en
desacreditar al otro que en buscar acuerdos, consensos, que faciliten gestiones
comunes hacia soluciones que en su día el pueblo escoja para trascender el
predicamento colonial.
En ese
sentido, y como forma de darle carne de realidad a su consejo, expresa su buena
voluntad de trabajar con Pedro Pierluisi en asuntos que convengan a Puerto Rico
por sobre las rencillas partidistas.
De eso se trata en el ejercicio del patriotismo práctico y no meramente retórico. Lo otro es cinismo puro y pinto, que
consiste en profesar amor al país y odio a la mitad de sus representantes políticos: el otro partido.
En términos
bien concretos y específicos, los abanderados de las diferentes tribus
partidistas del País tendremos próximamente una oportunidad de practicar --- en
un caso y una persona específica
--- ese patriotismo práctico, eligiendo para la Junta de Directores de la AEE
al licenciado Carlos Gallizá en representación de los usuarios de esa
agencia. El patriotismo, como el
movimiento, se demuestra andando.
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