lunes, 26 de enero de 2015

Otra Lección de Grecia como Maestra de Occidente

Al comienzo de la jornada de 22 siglos en lo que convencionalmente llamamos Occidente, en el medio milenio que va desde Clístenes y Solon, pasando por Pericles y la hegemonía de Atenas en el archipiélago egeo hasta la supremacía de Macedonia que culminó en el imperio de Alejandro el Grande, Grecia ha sido la maestra del mundo europeo y eventualmente, en el sentido intelectual y cultural, de todas las civilizaciones modernas.

La Razón, según definida en la obra de Platón y Aristóteles --- como la diferencia que distingue al hombre del animal --- fundó las instituciones civilizadas de las polis griegas, la filosofía y la lógica y las ciencias de la naturaleza y la sociedad, para no hablar de las artes, las bellas y las prácticas.

En esa enorme explosión creadora, Atenas fue la “escuela de Grecia”, y Grecia la maestra de Europa.  Luego, andando el tiempo, la Era Cristiana oscureció la civilización greco-latina, y las velas y las biblias y los catecismos --- que culminaron en la “Santa” Inquisición --- devolvieron a Europa a las tinieblas.  Tuvo que activarse la inteligencia árabe para preservar y adelantar el pensamiento filosófica y científico racional para culminar en el rescate de la cultura intelectual y artística de Grecia y legárselo --- mediante el Renacimiento y la Ilustración --- a la Europa moderna y a la America naciente.

Hoy, al inicio del Siglo 21, Grecia se alza refulgente para enseñarle otra vez a Europa donde está la Razón.  Un nuevo partido político --- en la democracia que los griegos de Pericles acunaron hace 25 siglos --- ha roto la parsimonia conservadora y oligárquica de los dos partidos derechistas de Atenas, el Partido Syriza, con un nuevo líder joven a la cabeza, Alexis Tsipras, que rompió con los moldes “conservador demócrata” y “demócrata conservador” que le habían impuesto a Grecia una rutina electoral de austeridad que significó por demasiado tiempo riqueza para la clase política y el sudor y las lágrimas para el pueblo trabajador.  El pueblo se cansó y se enfureció, y le dio un golpe democrático a esa oligarquía de dos partidos corruptos.  Qué harán con el poder está por verse.  Pero Grecia demostró que hay allí un pueblo atento y cansado de ser engañado por lo unos y por los otros.  ¿Alguna lección para Puerto Rico en ese gesto?  Pronto lo sabremos.

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