jueves, 5 de febrero de 2015

Se Solicita: Un Pedagogo Político


He vacilado mucho antes de usar la palabra y el concepto de “pedagogo” para titular estas líneas.  La razón es sencilla: las escuelas de pedagogía han desacreditado la disciplina educativa que porta ese nombre:  pedagogía.  La han convertido en un ejercicio de copiete y de memoria, como si los estudiantes fueran cotorras repetidoras de lo que oyen.

Me acojo al concepto griego del vocablo.  Se trata de guiar, llevar al niño --- de ahí la raíz “pedis”, que unida a la noción de “gogía”, o guía, resume el concepto de la educación.

Están ante la consideración del País varios esquemas de transformación de su vida económica.  Una se refiere a la restructuración de las instrumentalidades públicas, tales como la AEE, la AAA, y la AEP, entre otras.  Se trata de la necesidad de cambios radicales, en número y en función.  La más importante, sin embargo, tiene que ver con la transformación del aparato contributivo --- ingresos e impuestos --- que transformarían el hábito y la conducta contributiva y de consumo de toda la población puertorriqueña adulta.

Se trata de una transformación compleja y costosa para el ciudadano.  Y sin embargo no hay quien la explique, quien eduque sobre ella.  Se escuchan multitud de voces en una algarabía ininteligible y contradictoria.  Se supone que alguien en el gobierno debe saber de qué se trata, especialmente aquellos que el pueblo eligió para que explicaran y gobernaran.  Pero ese supuesto carece de realidad ante el silencio de los gobernantes.  Polemizar, atacar y defender no representan educación alguna.  Por el contario, causan turbación.

¿Cómo es posible que el gobierno autorice una campaña de publicidad costosa, con los dineros del pueblo, sobre una legislación que no presenta ni publica?

Manipulación publicitaria no es educación.  Es todo lo contrario, manipulación de imágenes vacías o falsas.

En los Estados Unidos, desde el comienzo de la república, sus grandes lideres explicaban, educaban.  Washington, Lincoln, Roosevelt --- ambos, Teodoro y Franklin Delano --- explicaban, educaban como medio de ganar y merecer la confianza pública.

En Puerto Rico el más persistente educador y explicador del siglo 19 fue Don Luis Muñoz Rivera, de ahí sus éxitos políticos y su veneración por el pueblo.  Ese sitial y esa función en el siglo 20 la ocupó Don Luis Muñoz Marín.  De ahí sus éxitos también.

Cuando esa función de alta pedagogía falta, el pueblo perece.

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