En la
sociedad libre las soluciones a los problemas --- fiscales, económicos,
sociales --- se dan como resultado de discusiones también libres en términos de
amplia participación cívica --- proceso --- rumbo a decisiones pertinentes y
suficientes para atender la gravedad del problema.
El
primer componente de esa discusión se llama --- en el escenario legislativo ---
el proceso deliberativo. El lector
debe saber que sobre cosas imposibles no se delibera, como tampoco se delibera
sobre lo evidente. El propósito de
la deliberación democrática es construir soluciones consensuadas, más allá de
los intereses particulares o la imposición de soluciones absolutas.
Si
juzgamos, a partir de esas sencillas ideas o principios de la praxis
democrática, lo que está ocurriendo en la Legislatura de Puerto Rico ---
especialmente en la Cámara --- con respecto a la necesidad y conveniencia del
IVA como transformación contributiva, lo que observamos es un espectáculo
demoralizante de lo que es el proceso legislativo: un pulguero de rebajas para liquidar la mercancía, de manera
que todos los clientes salgan contentos, aunque con ello se dinamiten los dos
principios que justifican el IVA:
su suficiencia en cuanto a los recaudos, y su universalidad en su
aplicación.
Ese
proceso ignora la profundidad de la crisis fiscal del Estado y la urgencia de
la legislación para evitar el caos y la sindicatura.
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