El
profesor Lawrence Lessing, de la Universidad de Harvard, asqueado por el
proceso electoral norteamericano en el que el pueblo vota por unos candidatos y
unas propuestas compradas a peso limpio --- o a peso sucio, más bien --- por la
oligarquía del dinero, ha anunciado su candidatura para la Presidencia de los
Estados Unidos.
Es
vergonzosa la realidad “democrática” de los Estados Unidos, donde los colmillús
de quienes habló Luis Muñoz Marín compran descaradamente al Congreso y a los
candidatos presidenciales, como método oficial sancionado por la práctica y la
experiencia de dos siglos y cuarto.
El programa
del nuevo candidato, el más puro anti-Trump en la jornada, ha identificado sólo
tres problemas, que representan la matriz de la corruptela política
norteamericana, a tal punto de que el voto emitido en cada elección representa
meramente escoger por cual de los partidos y candidatos igualmente corruptos ejercerá
el poder a nombre suyo.
Adelantando
un poco lo que después diremos sobre Puerto Rico, por quién se y qué se vota,
si al fin y al cabo sólo se vota por el dinero que compró a su candidato. Pregunto:
¿qué sabe el elector puertorriqueño sobre qué plutocracia esta detrás del
candidato que prefiere, cuando se presentan a Puerto Rico a recoger la ofrenda
de los incautos?
El profesor Lessing se presenta como el
candidato exclusivamente de tres principios: financiamiento público, o controlado, de las campañas
electorales, redistribución electoral que le dé contenido de realidad al
principio del voto libre e igual en su peso numérico a todo voto, no importe
donde se ejerza, y en tercer lugar, asegurar y ampliar el derecho al voto de
todo ciudadano, residente o inmigrante no importa bajo qué clasificación jurídica,
esto es un voto verdaderamente universal. Los supuestos hombres de mundo sonreirán
al decir que el profesor Lessing es un ingenuo, y que el realismo político
conlleva aceptar la corrupción como norma del sistema. Algo así le decían a Lincoln sobre la
esclavitud, y a Martin Luther King sobre la libertad y la dignidad del negro en
los Estados Unidos.
Por mi
cuenta, es esperanzadora la propuesta del profesor Lessing. A su país --- y al mundo --- le hace
falta una buena dosis de pensamiento y acción utópica, que andando el tiempo
siempre se convierten en historia, como le ocurrió precisamente a la idea de la
democracia liberal antes de ser secuestrada por los mercaderes del templo ---
dos docenas de republicanos comprados por la oligarquía, y tres o cuatro
candidatos demócratas, que cojean de lo mismo, porque lo mismo ocurre en Puerto Rico: de 1968 hacia acá el pueblo siempre ha perdido, y los
inversionistas siempre han ganado.
Lo
anterior le dará una idea al lector sobre lo que haré con mi voto en las
elecciones del año que viene.
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