lunes, 3 de agosto de 2015

El Estado, el Gobierno y la Política


La obligación mas perentoria que asume todo aquel que quiera participar en el debate político es la de mantener los conceptos y los términos lo más claro posible, aún contando con el carácter práctico --- y por lo tanto impreciso --- de la ciencia y la discusión política.

La confusión más frecuente que puede detectarse en el debate político tiene que ver con las nociones y definiciones --- y confusiones --- del Estado con el gobierno, y de este último con la política como lucha por el poder.

Brevemente dicho, el Estado se refiere a la organización jurídica de la sociedad en una estructura que monopoliza el poder del pueblo, para autorizar las acciones del gobierno y las actividades proselitistas de las facciones o partidos políticos.  El gobierno --- su naturaleza y su  ámbito surge del Estado, mediante disposiciones constitucionales.  Entonces adquiere el carácter de administración, dirigida a satisfacer las necesidades del pueblo, que es a fin de cuentas el dueño del Estado y del gobierno.

A la luz de estas sencillas distinciones, vale decir que el error más costoso que puede cometer una comunidad política es confundir el Estado con el gobierno, que es la administración, y entonces, usualmente, confundir la administración con la política, es decir, con la lucha electoral de las facciones para alcanzar el poder.  Cada una de estas tres categorías, funciones o conceptos tiene su legalidad lógica y funcional, pero confundirlas, reducir unas a otras, crean la patética turbación del pueblo cuando habla y actúa como si esos tres conceptos fueran intercambiables.

Ejemplo palmario de esas confusiones en el Puerto Rico de hoy, a nivel del Estado, de gobierno y de la política partidista, evidente en los medios de comunicación y en las actividades partidistas, es el ataque y la defensa de los diferentes status, la conducta de la administración de gobierno, y las tácticas y expresiones partidarias con vistas a las elecciones siempre venideras como sise tratara de la misma realidad.

En filosofía práctica, en ciencia política, y en la acción partidaria electoral, si no se diferencian los conceptos --- las posiciones adoptadas con respecto al status, al gobierno y a las campañas políticas --- no se entiende nada.  Esa es la condición que sufrimos al iniciarse este agosto del 2015.

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