La mayoría
enorme que respaldó a Leo Díaz en la votación preliminar para dirigir el PNP en
San Juan y encabezar su papeleta municipal en 2016, representa un triunfo más
del dinero sobre el carácter en las preferencias políticas novoprogresistas.
El
poder numismático de Leo Díaz resultó abrumador a la luz de la debilidad
monetaria de Miguel Romero. Si a
eso se le suma la fisonomía plácida de Romero frente a la energía histérica de
Leo Díaz, el resultado no debe sorprender a nadie. Hurgando, sin embargo, en las primeras causas de esa bonanza
económica de Leo Díaz, no hay que ir muy lejos: esas causas se llaman “contratos, contratos y más
contratos”, que constituyen el cáncer de la corrupción política y
administrativa que padecemos, desde el Faro de Punta Tuna en Maunabo al Faro de
Cabo Rojo, desde la playa de Ponce hasta la Caleta de San Juan.
El
tesoro victorioso de Leo Díaz en San Juan es el producto directo del saqueo del
tesoro municipal de Toa Baja, que le auspició el locario alcalde de ese pueblo
--- en cientos de miles de dólares en contratos fatulos, cortesía de Aníbal
Vega Borges, dinero que no remitía ni al Seguro Social ni a Hacienda, ni a
Retiro, todo ello con total impunidad.
Esa
fiebre adquisitiva, más la mayoría obtenida en la pre-primaria de hoy, harán
que Leo se desvele soñando con el Presupuesto de San Juan. ¡A ese precio se alquila la casa!
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