lunes, 16 de junio de 2014

La Falacia de Tomar lo Abstracto como si fuera lo Concreto


La advertencia lógica que encabeza estas líneas --- acuñada por el filósofo anglo-americano Alfred North Whitehead para allá por los años cuarenta del pasado siglo --- tiene un significado y contiene una advertencia bien sencilla:  en nuestro pensamiento, sea teórico o práctico, tenemos que evitar la fácil tentación de tomar lo abstracto --- principios, ideales, ideologías --- como si fuera realidad concreta.  Su título original llamaba a esa fácil tentación “the phallacy of misplaced concretness”.  Utilizo esa referencia hoy para caracterizar las posturas de los sindicatos laborales ante la crisis económica, financiera y fiscal que padece Puerto Rico --- todo Puerto Rico, gobierno y pueblo --- y sus implicaciones para todos los sectores económicos que son parte de ella.

El gobierno ha hecho lo que tenia que hacer, sumar, restar y dividir lo que le queda como haber público de tal manera que pueda atender sus múltiples compromisos con todo el pueblo, con el País.  Para ello ha tenido que afectar, recortar, exigir multiplicidad de aportaciones de todos sus componentes.  El ejercicio no es fácil, ni simpático, ni quizás suficiente.  Pero el País ha entendido, excepto aquellos a quienes no les conviene materialmente entender, porque se afecta su bolsillo, es decir, las concesiones que lograron en los años de bonanza y de irresponsabilidad gerencial en las agencias e instrumentalidades del gobierno.  Y a esas concesiones privilegiadas le llaman, demagógicamente, derechos.  Tal concepto ladino de las concesiones obtenidas los haría inmunes a la historia, al cambio social y a los sacrificios que los otros sectores del gobierno aceptan con sabia y prudente actitud de solidaridad y cooperación.

Se lamenta ese sindicalismo arrogante de que el gobierno no se sienta a dialogar, a legislar, con ellos.  Como si se tratara de entes comparables:  los sindicatos privilegiados por un lado y el gobierno por el otro.  Se les escapa un dato:  el gobierno representa al todo colectivo; ellos a una parte.  Un elefante y un conejo son sólo iguales en cuanto ambos son animales.  Pero tratados en su concreta individualidad representan entidades y cualidades muy distintas.

La falacia de que por tratarse de intereses distintos tienen que sentarse a parlamentar como iguales representa un mito, una retórica fantasiosa, que toma lo abstracto --- la ideología de los intereses propios --- como si fuera la realidad concreta, como advertía Whitehead, a propósito de otras confusiones en la vida de la filosofía.

Las Raíces de la Crisis: Un Piquete Contrario


Estamos acostumbrados a escuchar, desde la izquierda ideológica, que lo que anda mal en Puerto Rico es “el sistema”.  ¿Qué sistema?  El sistema conocido, desde los tiempos de Franklin Delano Roosevelt en Estados Unidos y el estado socialistoide inglés de 1946 en adelante --- el “Welfare State”, o estado providencial --- está en franca bancarrota.  En Inglaterra lo sepultó Margaret Thatcher y en Estados Unidos Ronald Reagan.  En su tiempo escribí miles de columnas condenando los valores implícitos de ambos gobernantes.  Pero la experiencia vivida en Puerto Rico de 1969 en adelante, me ha curado de aquellas impugnaciones.  Porque Estados Unidos ha conservado su sistema económico de libre empresa, e Inglaterra ha hecho las rectificaciones de rigor, pero Puerto Rico no ha aprendido la lección:  tenemos un gobierno obeso, adiposo, en que todas sus partes están endeudadas con todas las otras, a la vez que su empleomanía --- manía de empleo público --- le pasa la cuenta a sus políticos para que le den más y más y cuando llega la necesidad de menos, se levanta airadamente, empleando una demagogia pareja a la demagogia del gobierno al emplearlo.

Ese sistema ya no es viable económicamente, presupuestalmente.  El sistema fiscal público está quebrado, como lo están todas sus agencias componentes.  Este año ha sido un vía crucis.  El año que viene será peor, no por culpa directa de nadie, sino del sistema del gobierno como benefactor.

Cuando se combina el clientelismo político con la improductividad de todo el sector público, el producto no da, porque no produce, y porque los beneficiarios de la chupeta pública no pueden entender que esa vaca tiene la ubre seca, y no produce más para repartir.

Es doloroso a mi edad y a mis 65 años de participación en la vida pública, tener que confesar ese desconsuelo: el estado benefactor no produce todo lo que quisiera repartir.  Más que al reparto, entonces debe dirigirse a la producción, a la productividad, a la reglamentación rigurosa de la empresa privada y a su evaluación estricta.

El gobierno no es buen empresario, porque su política necesariamente demagógica, clientelas, favoritos, incompetentes y cobardes no puede exigir de aquellos de los cuales depende para su continuidad en el poder.

Puerto Rico, de 1969 hasta hoy, es un elocuente “exhibit” de esa degradación de los supuestos del buen gobierno.  Aunque nos duela, urge la privatización de todas las estructuras burocráticas del gobierno --- menos educación, seguridad y salud, que ya ha sido indebida y criminalmente privatizada --- para que el gobierno se dedique a la reglamentación y evaluación de los mandamientos que envía al sector privado, como condición contractual seria y justiciable.  

jueves, 12 de junio de 2014

Un País Solidario: Principio Encomiable pero Aplicación Defectuosa


El Gobernador Alejandro García Padilla ha declarado hoy que el gobierno se enfrenta, en su crisis fiscal, al hecho de que algunos sectores --- en el mundo sindical --- han entendido bien la realidad de que hay que actuar desde la premisa y el principio de un País solidario: todos remando en la misma dirección, manos al timón, para salvar la viabilidad sustentable de la obra de gobierno.

Como principio, como valor rector de la encomienda gubernativa, esa necesaria solidaridad exige universalidad en su aplicación.  De otra manera se queda al nivel de afiche retórico que suena bien, pero puede estar vacío por dentro, por dejar fuera de su alcance ofensivos --- moralmente ofensivos --- privilegios desmoralizantes de la justicia y la igualdad en la aplicación de las leyes.

Me refiero, claro está, al escándalo del derroche de dinero público en escoltas de cuatro exgobernadores narcisistas, que no se sienten gente si no están rodeados de una costosa servidumbre pagada por un pueblo pobre y en crisis fiscal, siendo cada uno de ellos multimillonarios.  A falta de pudor en ellos, el gobernador y la Legislatura tienen que suplirle esa deficiencia moral.

Lo mismo ha de decirse de los subsidios inconstitucionales a las empresas religiosas, a las fundaciones millonarias, a los hoteles de todo tipo.  La solidaridad de que habla el Gobernador es una vaca flaca, en contraste evidente con sectores privilegiados y protegidos, como por ejemplo la clase de contratistas chupópteros --- los de la casa y los heredados de Luis Fortuño --- que desangran el presupuesto del País más allá, por mucho, que el déficit que hoy se reclama.

El pueblo es solidario con la igualdad y la justicia, con el trato a todos en forma proporcional a su riqueza y sus privilegios.  Si eso no se da, el pueblo tendría razón si le responde al Gobernador como los nobles de Toledo a Felipe Segundo: lealtad si nos trata con justicia, “et si non, non”.

miércoles, 11 de junio de 2014

La “Fiestecita” en Fortaleza


Una de las peores consecuencias de las crisis sociales, incluyendo las crisis políticas, es la que a modo de contrapeso de los que lidian esforzadamente con los efectos de esas crisis, aparecen  los que se gozan de su propia mezquindad --- a nombre de la objetividad --- ejercitando su estrafalario calvinismo santurrón para adelantar posturas de pureza.  Se trata de una hipocresía oportunista, porque está de moda atacar al Gobernador a nombre de esa pureza. 

Aplico lo anterior a los comentarios que he oído atacando al Gobernador porque reunió en su casa, su hogar, el único que tiene desde el cual servirle al País --- la Fortaleza --- para un momento de asueto con sus antiguos compañeros de clase en la distante metrópolis de Coamo.

Nada de gastos excesivos, nada de conductas fuera de tono.  Un compañero de clases --- que da la casualidad que es Gobernador de Puerto Rico --- celebrando y recordando incidencias juveniles en la lejana pradera.  ¡Ah, pero es gobernador, y no tiene derecho a fraternizar con antiguos compañeros!  ¿Habrase visto santurronería comparable?

Este gobernador por azares de la historia, heredó un país quebrado económica y fiscalmente.  No se ha quejado.  No ha hecho acusaciones histéricas a los verdaderos autores de la debacle --- cinco gobernadores millonarios por concepto  de sus propios manejos irresponsables con las finanzas del País.  Trabaja incansable y calladamente dieciséis horas al día para enderezar los entuertos heredados, pero no puede sacar un momento para compartir recuerdos y emociones con sus antiguos panas escolares.  Esa es la pretensión --- que le niega al Gobernador, en su casa, su hogar, el de su familia y sus amigos --- además de los funcionarios y de todo el pueblo --- para unos momentos de relajamiento sicológico.

¡Jerónimo Savonarola no lo hubiera hecho mejor!

Sindicalismo: ¿Derechos, Concesiones, o Privilegios?


El llamado movimiento obrero --- que apenas se mueve y apenas labora --- ha conseguido por su cuenta y sin ayuda de nadie, lo que sus detractores siempre han tramado en su contra:  la división con respecto a sus reclamos o defensas --- no contra el gobierno, sino contra la realidad crítica del fisco, y contra el pueblo.

Ante el llamado del Gobernador y la Legislatura --- el único gobierno que tenemos, a menos que la UTIER y la UIAA hayan realizado exitosamente un golpe de estado sordo contra el pueblo y yo no me haya enterado --- estas uniones proclaman la calle y la intransigencia como método de lucha.

Los empleados del Gobierno Central y sus representantes laborales han concluido acuerdos sensatos con el gobierno:  ganan por aquí, pierden por allá, posponen por el otro lado, como líderes sindicales pragmáticos, que no rechazan lo posible en aras de lo imposible fantasioso.

Lo anterior les ha valido el insulto, la descalificación moral para defender a sus afiliados. ¿De boca de quién?  De boca de lo que Mario Vargas Llosa ha llamado “los perfectos idiotas”, que braman por lo absoluto y desprecian lo relativo, lo parcial, lo posible, en lo que el futuro prometa las conquistas ideales.

Aquí el contraste se da en términos de personas líderes y demagogos vociferantes.  Los primeros están representados por Manuel Perfecto y Luisa Acevedo, los segundos por Luis Pedraza y Figueroa Jaramillo, que piden calle como método e impugnan la integridad de los primeros.

Piense el lector en lo que se trata, en el fondo.  Los líderes que han negociado exitosa y responsablemente con el gobierno representan uniones que sirven directamente al pueblo, en las salas de espera y en las ventanillas o en las salas de emergencia.  Los empleados de Pedraza y Jaramillo --- y los de la UIAA --- trabajan para instrumentalidades corporativas que funcionan como negocios privados.  Y que están quebradas --- AAA y AEE ---, entre otras.  Normalmente, en esas corporaciones el sueldo y las concesiones adicionales --- bonos de todo tipo, hasta los de la perra y la gata --- dependen de si tienen ganancias.  Pero están en quiebra de facto.  ¿De dónde más beneficios o mantenimiento de los acuerdos?

Estas uniones privilegiadas alegan que le están alterando sus derechos.  ¿Derechos de qué?  Concesiones y privilegios producto de unas gerencias cobardes e incompetentes, y que repartían para ellos también.  Todo eso se acabó.  ¡Despierta boricua!

Toda esta demagogia sindical sobre “la calle” contra quien va dirigida es contra el pueblo, que es quien paga por los beneficios privilegiados de los sindicatos, de los  trabajadores mejor pagados del País.

domingo, 8 de junio de 2014

En San Juan Ganó el Dinero


La mayoría enorme que respaldó a Leo Díaz en la votación preliminar para dirigir el PNP en San Juan y encabezar su papeleta municipal en 2016, representa un triunfo más del dinero sobre el carácter en las preferencias políticas novoprogresistas.

El poder numismático de Leo Díaz resultó abrumador a la luz de la debilidad monetaria de Miguel Romero.  Si a eso se le suma la fisonomía plácida de Romero frente a la energía histérica de Leo Díaz, el resultado no debe sorprender a nadie.  Hurgando, sin embargo, en las primeras causas de esa bonanza económica de Leo Díaz, no hay que ir muy lejos:  esas causas se llaman “contratos, contratos y más contratos”, que constituyen el cáncer de la corrupción política y administrativa que padecemos, desde el Faro de Punta Tuna en Maunabo al Faro de Cabo Rojo, desde la playa de Ponce hasta la Caleta de San Juan.

El tesoro victorioso de Leo Díaz en San Juan es el producto directo del saqueo del tesoro municipal de Toa Baja, que le auspició el locario alcalde de ese pueblo --- en cientos de miles de dólares en contratos fatulos, cortesía de Aníbal Vega Borges, dinero que no remitía ni al Seguro Social ni a Hacienda, ni a Retiro, todo ello con total impunidad.

Esa fiebre adquisitiva, más la mayoría obtenida en la pre-primaria de hoy, harán que Leo se desvele soñando con el Presupuesto de San Juan. ¡A ese precio se alquila la casa!

miércoles, 4 de junio de 2014

AGP: Dos Principios y una Agenda Inconclusa


En toda la presentación política de Alejandro García Padilla desde 2011, campaña y gobernación, afirmó hasta el cansancio, como promesa política a “la gente”, dos principios rectores de su ética política:  el primero afirmaba que ante la abismática crisis económica y fiscal del País “la soga no podía partir siempre por lo más finito”, mientras el segundo, ya desde las entrañas mismas de la crisis fiscal, prometía un enfoque de solidaridad que exigía que “todos tenemos que contribuir a la solución, y no sólo los menos pudientes”.  Eso es historia.  Si es de la buena o de la mala todavía no sabemos.

Esos dos principios exigen, perentoriamente una agenda que los instrumente.  El Gobernador ciertamente se ha enfrentado con honestidad y buena voluntad a la crisis, hasta el punto de declararla emergencia de sustentabilidad, que requiere sacrificios extraordinarios de todos los componentes de la sociedad.  Pero el ámbito de esa agenda se ha quedado corto.  Faltan cinco ingredientes sustantivos que contribuirían significativamente al reequilibrio del fisco, al corto y largo plazo.

En primer lugar, la corrección del escándalo moral de las escoltas y oficinas y dinero para las fundaciones de cuatro señoritos narcisistas que piensan que el País les debe la opulencia privada por unos servicios públicos mediocres rendidos desde la gobernación. 

Esa servidumbre digna de emires árabes --- sin precedentes en el mundo democrático y civilizado --- es un insulto cotidiano a los servidores públicos verdaderos, de tan escasos medios, en los empleos o fuera de ellos, mientras  esos cuatro depredadores del raquítico tesoro público se miran sus ombligos y los encuentran maravillosos.  Son en realidad roedores del Bien Común, insaciables depredadores del escaso haber del pueblo.  Son, a decir de los sabios del campo en que me crié, unos afrentaos, unos frescos.

Que Alejandro García Padilla y la Legislatura protejan a estos chupópteros, es traicionar la agenda convenida con el pueblo.

De igual naturaleza es la pleitesía supina a las iglesias y sus empresas:  sin ningún fin público demostrable en el regalo de dineros públicos, contra la letra de nuestra Constitución.  Es cobardía moral o tajureo politiquero.

En tercer lugar, sostener a precio de decenas de millones una entelequia inerte e inservible como el Ombudsman, cuya práctica ha desacreditado la idea original que la inspiró, es botar dinero y negarse a aprender por la experiencia.

En cuarto lugar, los subsidios a los municipios para financiar --- con la tarifa de la luz que pagamos todos --- las empresas lucrativas de los municipios, los hoteles y otros hermanos del muerto, sin orden, disciplina o responsabilidad.

Finalmente, por hoy, el escándalo de la Comisión Estatal de Elecciones, el más costoso batatal de vagos y vividores que en unas cosas y otras --- tres ejércitos de cadres políticos sin función --- se chupan más de cien millones de dólares.  Pero en vez de enfrentarse a ese escándalo, se pretende expropiar a COSSEC de sus haberes, con tanto trabajo producidos.

O los principios que expliqué al principio son puros aguajes, o no hay agenda rectificadora de los cinco escándalos que señalo.

¿Derrota? ¿Qué Derrota? ¿Ética? ¿Qué Ética?


¿Recuerda el lector?  Romero la noche de las elecciones en 1984; y Zulma Rosario en la prensa radial y escrita durante todo el día de ayer.  Romero no podía creer en su derrota.  Zulma Rosario no puede creer que sus chanchullos politiqueros en la Oficina de Ética Gubernamental le sean patentes a gran parte de nuestro pueblo inmunizado contra la corrupción.

Me pica la curiosidad.  ¿Será mucho pedir que cuando la señora se apee de la tribuna histérica que ha montado para encubrir su corrupción politiquera nos diga qué ética es la que está aplicando? ---cuando defiende los conflictos de intereses descarados de Luis Fortuño, Jesús Méndez y Guillermo Somoza Colombani, en sus roles de aprovecharse de las funciones que debieron ejercer honrosamente, y no lo hicieron, gracias a la protección de la señora Rosario.

¿Qué ética es la que ella aplica?  La de la Ética de Aristóteles, o la de Kant, o la Ética More  Geométrica de Spinoza, o las más recientes de John Dewey o Eugenio María de Hostos?  Que no me conteste.  La señora es éticamente analfabeta, además de moralmente torpe.  Y es que su ética es la de Tomás Rivera Schatz, el padrino de todos los nombramientos del reinado de Luis Fortuño.  ¿Qué se puede esperar?

lunes, 2 de junio de 2014

El PNP: La Corrupción como Política Pública


El próximo domingo el PNP celebra primarias para la presidencia del partido en San Juan, equivalente a la candidatura a la alcaldía de la ciudad en 2016.  ¡Dios nos coja confesados!, como dicen los ingenuos creyentes de la Santa Madre.

Más tarde veremos la primaria y candidatura a la gobernación.  Da lo mismo.  Se trata del PNP, del PNP de Pedro Rosselló a esta parte, porque tengo que admitir que --- en términos generales --- aunque la corrupción empezó bajo la administración de Luis Ferré, él personalmente no era corrupto y Carlos Romero no permitió la corrupción en su gobierno.  Ello quiere decir que la putrefacción PNP dio comienzo --- agresiva como los cánceres --- en la administración de Pedro Rosselló.  Se robó, mediante Álvaro Cifuentes como mensajero y Víctor Fajardo como pillete con corbata, los dineros  de los niños y los maestros del Departamento de Educación, además de robarse personalmente una pensión abultada a la cual no tenía derecho, gracias a la corrupción judicial que, por voz de media docena de jueces no vieron en los documentos lo que todo el País vio cristalinamente.

Esos fueron dos comienzos siniestros de lo que más tarde entronizó Luis Fortuño con perversidad y planificación descarada.  Compró un trabajo en un bufete de Washington mediante el cambalache de 24 millones en contratos a sus futuros empleadores, y aquí no ha pasado nada.

Lo mismo ha hecho Guillermo Somoza desde que era Secretario de Justicia.  Concedió contratos al bufete que ahora lo emplea, al estilo de su maestro Fortuño.  Se trata de sólo dos casos escandalosos, que presiden la retahíla de corruptos a quienes Fortuño le regaló el dinero del pueblo.

Pero Fortuño fue más lejos.  En vez de que su señora  realizara la función de Primera Dama mediante iniciativas de servicio al pueblo, se gastó un caudal en Fortaleza, en comodidades, escoltas y demás emolumentos --- como si en verdad fuera Primera Dama ---para aceptar contratos de notaría millonarios, firmando escrituras que trabajaban otros, a la vez que los bancos se beneficiaban con la legislación y concesión de millones de dineros públicos, que les daba Fortuño.

En un País que no haya perdido la vergüenza, el asco a esa corrupción y esos corruptos, debiera producir un rechazo permanente al PNP.  Pero por ahí andan, buscando el poder de nuevo.  Se trata del mayor peligro que amenaza la justicia y la dignidad que el pueblo merece y que a veces no sabe como obtenerlas.

Ante todo este estercolero moral --- rossellista y fortuñista --- la Oficina de Ética Gubernamental es una comisaría de permisos para delinquir.  Y ante todo ello, parece que no tenemos Legislatura ni Secretaría de Justicia.  Muñoz Marín tenía una palabra para dedignar esa vagancia moral y política en el Partido Popular:  ¡Son unos mofolongos!  Yo les digo pendangos.