jueves, 6 de noviembre de 2014

Elecciones Congresionales: Ganó la Avaricia Oligárquica y Perdió el Bien Común


Desde antiguo, los análisis y teorías políticas más intelectualmente respetables --- Aristóteles, Kant, John Locke y los Padres de la República Norteamericana --- se fundaron en la justicia como la gran virtud cívica.  Sus antípodas buscaban esos fundamentos en el poder y  el dinero, es decir, la acumulación de la riqueza o propiedad.

En los Estados Unidos de hoy, la sociedad más desigual del planeta, durante los últimos diez años --- años diz que de crisis económica --- se ha duplicado el número de multibillonarios.  Desde ese punto de mira, la sociedad no es una comunidad de valores, intereses y aspiraciones de justicia, sino una compañía de inversiones, una especie de plaza de mercado o bolsa de valores entregada al cambio y la especulación.

En las elecciones congresionales del pasado martes dominó la oligarquía:  menos contribuciones sobre el ingreso y el capital, menos reglamentos limitantes de la especulación y corrupción corporativa, y menos legislación social reparadora de las grandes desigualdades, mas una ceguera patológica de los 40 millones de pobres en la nación más rica del mundo.  El obrero, el estudiante, el inmigrante, el joven y la mujer, los salarios decentes, el ambiente y la infraestructura física que sirva a todos, todo eso --- dicen los republicanos --- puede esperar a que de la riqueza de los ricos se filtre algo hacia las clases menesterosas de una acción positiva del estado.

El Senado elegido por una tercera parte de los votantes americanos que se presentaron a las urnas el martes representa esa filosofía de gula oligárquica.  Barak Obama representa la banda democrática mayoritaria que perdió el martes ante la demonización que los republicanos hicieron  contra él, pero mucho más a causa de la inermidad del Presidente para defenderse, y mucho más para tomar la ofensiva contra la avaricia republicana.

Los entes asesores de la Casa Blanca fallaron en preparar a Obama para una operación parecida a la que realizó Harry S. Truman en 1948.  Rodeado desde afuera y desde adentro, solo, decidió encarar con la verdad las mentiras de Tomas Dewey y la prensa reaccionaria americana.  Preparó un tren, desde cuya plataforma trasera pronunció miles de pequeños discursos bajo la consigna de “give the republicans hell”.  El pueblo sencillo le contestaba a coro: “give them hell, Harry, give them hell”.  Y eso hizo, y rompió en pedazos la maquinaria oligárquica de los cavernarios republicanos y sus billones en propaganda mendaz.

Desgraciadamente Obama prefiere los preciosismos de su oratoria intelectualista y carece de la voluntad de pelea cuerpo a cuerpo y a bayoneta calada.  Perdió teniendo la razón.  Porque en política a la razón hay que ponerle coraje y voluntad.

1 comentario:

  1. Poderoso caballero de Don Dinero. Además, ¿Desde cuando la profundidad del pensamiento político ilustrado ya no se expresa en el Congreso Norteamericano. Desde que dejamos de leer los clásicos y los cambiamos por google.

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