lunes, 12 de agosto de 2013

La Xenofobia y el Clientelismo: Dos Caras de la Antidemocracia


La crisis desatada por el Presidente del PPD, al violentar el proceso democrático en su partido en aras de una candidata particular, plantea la fragilidad moral de ese partido, en este caso en la selección de una legisladora que completaría el cuadro de 78 que constituyen nuestra Asamblea Legislativa.

Todos los candidatos a llenar la vacante tienen un claro historial de servicios al partido y al País, en posiciones de diversa jerarquía y visibilidad.  Despreciar esos servicios a la hora de la selección, en aras de una candidata particular constituye un atropello a los derechos de todos.  Opacar los méritos de la favorecida, al señalarla él mismo como extranjera es convocar al rechazo xenofóbico de parte del pueblo enojado por la arbitrariedad, cuando en situaciones normales nadie recordaría su país de origen, ya que es puertorriqueña de formación, profesión y afectos.  De una candidatura meritoria en buena lid el gobernador ha creado un issue de puertorriqueñidad y extranjerismo donde no existía.

¿Qué mueve al gobernador a cometer este secuestro de la democracia y la lucha política limpia?  Lo mueve la otra cara de la xenofobia --- odio al extranjero, no por su carácter y conducta, sino por extranjero --, que es el clientelismo: una agencia o una posición para cada grupo de votos persuadibles o comprables, para sumarlos el día de las elecciones no importa que --- como en este caso --- se envenene el clima de concordia entre todos los ciudadanos o intereses sociales.  Los gobernantes están para unir, no para dividir en aras de pingües ganancias futuras en el colegio de votación.  El precio moral es muy alto, y puede convertirse en costo político para una administración que ha disipado todo su carisma pre-eleccionario del 2012.

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