Las dos
designaciones ocurridas en términos de semanas para dirigir la planta de radio
y televisión del Pueblo de Puerto Rico acusan una superficialidad rampante en
las alturas del poder oficial de Puerto Rico.
Primero
se nombró a una persona familiarizada con esa institución, pero estaba envuelta
en pleitos y demandas precisamente contra la institución que se supone
dirigiera. ¿No sabía eso la Junta
Nominadora? Si sí, se trató de un
huevo; si no, se trató de incapacidad.
Escoja el lector.
Fracasada
la primera designación, vamos a la segunda. La joven Cecilia Blondet no es desconocida: estuvo a cargo de la oficina de prensa
del hermano del gobernador, Antonio García Padilla, de ingrata recordación en
la Universidad, debido a sus estilos de gastos alegres y su estilo manipulativo
para concentrar en sí mismo todos los poderes universitarios. No se necesitaba gran enjundia cultural
para esa función. Además, es esposa
del director de campaña --- de varias campañas --- del Partido Popular. Nada malo en eso, pero la WIPR es una
institución de naturaleza cultural que requiere un profesionalismo intelectual
y técnico que el nombramiento no cumple.
Si una
planta supuestamente educativa no educa, sino que se dedica a imitar a las plantas
comerciales --- cuya vulgaridad y banalidad agreden el espíritu --- mejor es
dedicar su presupuesto a fines más productivos para el País.
Este
nombramiento significa más de lo mismo, política, partidista e inculturalmente.
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