El
Gobernador García Padilla ha convocado al liderato del País a conversar, a
analizar juntos la condición fiscal del País y la crisis de recursos y
servicios de todo tipo que depende de la salud económica del Estado. El martes pasado le tocó --- en esa
pasarela patética de los responsables de la crisis --- a los exgobernadores y
expresidentes del Partido Popular, como grupo, y a otros miembros de la
oposición individualmente. Pero de
todo ese desfile sobresalen, por su reiterada conducta cínica acerca de sus
actuaciones oficiales del pasado y su conocida avaricia por el dinero público,
los dos hermanitos siameses, Rafael Hernández Colón y Carlos Romero.
En el
conjunto de los exgobernadores populares sobresalió la esfinge cara de lata del
Narciso de Ponce. Entre los demás,
el “maravilloso” Carlos Romero.
Ambos, ante la tragedia moral que vive el País a causa en gran medida de
sus actuaciones, reclaman para sus privilegios la categoría de “derechos
adquiridos” como fundamento de su insolidaridad con el proceso de dramático
empobrecimiento del pueblo. Trate
el lector, si puede, de imaginarse a un Luis Muñoz Marín, un Roberto Sánchez
Vilella, un Antonio Fernós Isern, entre muchos otros de la generación ejemplar
de los años 40 al 70, reclamando derechos a la chupadera, tipo sanguijuela, de
un fisco en quiebra y un pueblo golpeado por las contribuciones que tiene que
pagar para mantener a flote al Estado Puertorriqueño.
Los
convidados de piedra tipo cara de lata representan un vómito moral que denigra
la clase política del País, ellos que tan bien la representan.
Normalmente
este tipo de político cree que esta actuando “para la historia”. Bien, que se ocupen nuestros
historiadores de verdad, que se aseguren, dejarle dicho a las futuras
generaciones el tipo de calaña fenicia de estos chupópteros insaciables,
mientras el pueblo gime y financia su avaricia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario