Puerto
Rico padece hoy una doble crisis nacional. Internamente su economía, sus finanzas públicas y su
estructura política --- de índole crasamente partidista --- no andan a la
altura de sus compromisos y necesidades.
Vivimos por mucho tiempo, por lo menos de 1984 hacia acá, una ilusión
fantasmal que supuso que de alguna manera se había abolido la aritmética, que
nuestros gobernadores nunca reconocieron la existencia del interés compuesto, y
mientras fueron exitosamente jaibas y listos para defender y aumentar sus capitales
privados, en la gerencia pública actuaron como analfabetos y como
irresponsables, sin reconocer que habría algún día un juicio histórico de
realidad, que ahora nos agobia.
El
iniciador de esa política pública irracional no fue otro que Rafael Hernández
Colón, con la colaboración de Miguel Hernández Agosto como Presidente del
Senado. Se lamentó, como excusa
para sus políticas deficitarias de que Puerto Rico sufría de gigantismo burocrático
--- “el monstruo de la burocracia”, lo llamó --- mientras procedió a crear
decenas de agencias nuevas, para complacer a cada clientela a la que pedía el
voto y los dineros de campaña. Hoy
guarda un silencio cínico ante la culminación subsiguiente de sus políticas,
sobando sus pensiones, escoltas y fundaciones trililí.
Los que
le siguieron, lo siguieron, culminando en Luis Fortuño, cuya perversidad como
gobernador no tiene precedentes ni paralelo. Y todo esto a contrapelo de las advertencias expertas que le
dijeron a RHC que tenía que desmantelar las pirámides de las clientelas
partidistas en beneficio del crecimiento económico, porque sin crecimiento económico
no hay margen prestatario. Pero
las elecciones eran más importantes que el País, por lo que el Informe Tobin,
Premio Nobel de Economía, fue a parar al canasto.
Esa es
la primera desolación que sufre el País, la de orden interno. Pero si se mira a las relaciones
externas de Puerto Rico --- su relación de dependencia económica y de inermidad
política --- entonces no sólo estamos desolados como pueblo, en la angustia de
la impotencia, sino que estamos solos, porque los Estados Unidos, el imperio, actúa
como si no existiéramos.
En
1963, en las vistas sobre el primer proyecto de culminación del ELA en el Comité
O’Brien de la Cámara de Representantes de E.E. U. U. --- a las que asistí como
ponente --- el Presidente Kennedy envió a su Secretario del Tesoro, un tal Mr.
Seidman, a decirle al Comité que el ELA no podía ser permanente, y allí murió
aquella alternativa, una de las primeras muertes de esa idea, de 1952 al día de
hoy. Precisamente, al día de hoy
--- hace unos días --- el Presidente Obama manda otra vez a su Secretario del
Tesoro, Mr. Lew, a decirnos que nuestra crisis es cosa nuestra y que para allá
no miremos. A Puerto Rico que
resuelva solo. Por tanto, a la
soledad se añade la desolación.
No
tenemos recursos naturales --- riqueza --- para superar esa desolación. No tenemos temple revolucionario ni
capacidad militar para rebelarnos.
Aun así, ¿dónde está la dignidad moral que impugne el menosprecio
imperial de Obama y el Congreso hacia Puerto Rico? Puerto Rico demanda una respuesta moral ante el abuso del
poder norteamericano sobre Puerto Rico, a los 115 años de haberse comprometido
en París a resolver los derechos del pueblo y los ciudadanos de Puerto Rico.
La teoría económica dice que la deuda no se puede pagar. Las leyes y la constitución son otra cosa. Si obligan al gobierno de Puerto Rico a pagar, la contracción económica va a empeorar y el éxodo a incrementar (razón por la cual reducir el salario mínimo es cuesta arriba.)
ResponderEliminarClaro, a los bonistas no les importa que la economía se contraiga siempre y cuando a ellos les paguen. Ellos también van a pedir la luna para asegurase de que recobran lo más que puedan. Según ellos, el Informe Krueger es risible.
La crítica que yo le hago al Informe Krueger es que suponen el ELA como permanente y claro si los populares te están dando $400,000 para que hagas un estudio, no te vas a poner ahora a hacer un estudio que termine con las recomendaciones de Don Young. Eso se entiende.
Pero va a llegar un momento en que el gobierno estará obligado a decidir si le paga a los pensionados o a los bonistas. ¿Quién tiene mayor reclamo moral?
Ya montones de pensionados en los Estados Unidos vendieron sus bonos porque las regulaciones federales no les permiten tener ese tipo de bonos en los fondos mutuos una vez son degradados. Gran parte de la deuda está en manos de especuladores.
¿Tú me quieres decir que van a tirar a los maestros retirados a los lobos para pagarles a los fondos buitres exentos como los de John Paulson?
Si eligieran a Fortuño, he would gladly do it for a nice commission.
Pero hay límites. ¿Quién le va a meter mano a la Universidad? ¿Para pagarles a los hedge funds?
Como dice Don Young. Va a haber una revolución y los hedge funds no van a encontrar mucha simpatía.
Como político el interés principal de García Padilla es ganar las elecciones. Luce como que los bonistas se la van a hacer difícil.
"Los fondos existen, pero se necesitan para otras cosas." Es decir, para las elecciones.
Puerto Rico necesita fondos (granted que tiene que cortar) para detener la espiral hacia abajo.
¿Qué es lo que Puerto Rico puede dar a cambio de esos fondos?
Tiene que dar algo porque eso de que el gobierno federal lo subsidie eternamente no va a ocurrir tampoco.
Tiene que restructurar la economía y para ello tiene que restructurar el modelo político porque a la oligarquía de Puerto Rico lo único que le interesa del ELA es la exención contributiva. Mientras la exención contributiva exista, Puerto Rico podrá ser un arrabal, for all they care.
De modo que volvemos a la república asociada o a la incorporación.
Puerto Rico, como Grecia, tiene que decidir si se sale o si se incorpora. Porque como está ya no va a poder vivir. Los alemanes, a cambio del rescate, le están pidiendo a Grecia la soberanía fiscal. Lo mismo con Puerto Rico. La alternativas son Grexit and Prexit.