Con la
confirmación como Secretario de Salud convoyado con el desconcierto del proceso
presupuestal, como se convoyó la espuria reforma legislativa con el proyecto
238 que reconocía derechos a los grupos gays --- pero creaba el ruido estentóreo
de los divinos pastores --- la mayoría popular en la Legislatura ha ejecutado
dos entregas que le resultarán muy costosas para noviembre del 2016.
No me
cabe duda de que el cálculo electoral PPD confía en que el merecido descrédito
del PNP como un partido intrínsecamente corrupto, porque cree que el gobierno
es para robar y enriquecerse, le asegura una repetición en el 2016
sencillamente por ausencia de alternativas decentes para excusarlos del poder.
Más allá
de la ineptitud y la flojera de voluntad, más allá de las medias mentiras y las
mentiras completas --- Aeropuerto, Reforma Legislativa, y entrega de los dineros
del pueblo para la salud pública al negocio de las aseguradoras --- la actitud
del liderato PPD, de que al pueblo se le puede prometer cualquier cosa y que
después --- como a los niños --- se le conforma con cualquiera otra, se ha
vuelto endémica en los cinco meses y medio de esta administración.
La confirmación
por el Senado de un agente activo y empedernido de las aseguradoras --- que
Pedro Rosselló impuso al País contra los intereses de su salud --- confirma una
cosa muy triste: que donde hay
dinero fácil envuelto, el mismo dinero del pueblo reciclado a través de estos
emporios de lucro implacables contra los pacientes cuando se trata de engordar
sus ganancias, el PPD y sus líderes han resultado tan mandases y tan
negociantes como Pedro Rosselló y Luis Fortuño. Ni Sila María Calderón ni Aníbal Acevedo Vilá tocaron esos
intereses, a los que ordeñaron para sus campañas. Recuérdese a Triple S y Miguel Vázquez Deynes, y a ACODESE,
y sus trasteos financieros, confesados en la Corte Federal, a cambio de la
salud del pueblo.
Ahora
la Triple S envía a su administrador de luxe, el doctor Francisco Joglar, a dirigir el
Departamento de Salud para asegurarse la perpetuación de su tumbe multimillonario.
Alejandro
García Padilla ha hecho lo que hicieron sus predecesores: criticar a Rosselló y Fortuño por sus
entregas --- o intercambio del presupuesto de salud a los depredadores de la
salud del pueblo ---, para hacer exactamente lo mismo y llamarle de otra
manera, pues confía en que ya
llegará el momento --- verano del 2016 --- en que las agencias de publicidad,
con dinero público y la devolución de parte del dinero que fue a las
aseguradoras, emborujen otra vez al pueblo, con promesas nuevas…
Los
senadores y representantes que hablaban de un plan de salud universal con
pagador único, perdieron la lengua, se la comieron los ratones --- o las ratas
---, y optaron por entregarse a “la realidad”, sí, la realidad de la mentira y
el engaño, a cambio de dinero.
Como
dijo la muchachita humilde en la única línea que le asignaron en el drama de
Navidad: ¡La esperanza murió, tu la
matates!
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