jueves, 20 de junio de 2013

La Hora en que Los Cocodrilos Lloran

El gobernador de Puerto Rico lleva cinco meses y medioescuchando, discutiendo con su equipo económico y con los legisladores los diferentes enfoques y decisiones posibles a la crisis presupuestaria y fiscal del gobierno.  Lo mismo ha hecho en las casas de corretaje que compran o evalúan nuestra deuda pública.  Parejamente ha analizado y discutido con todas las formas de la empresa privada y con los profesionales relacionados, sobre como encarar la crisis, con fecha límite de una semana adicional, en cuanto a su efecto presupuestario.

Todos, grande, medianos y pequeños comerciantes han participado en esas discusiones a nivel ejecutivo y legislativo.  El cabildeo de los intereses privados ha sido intenso y extenso.  Pero llega un día en que hay que decidir, sobre la base de tres principios: que la imposición de nuevas cargas contributivas sea suficiente, que sea rápida, y que sea justa entre todos los componentes del sistema económico.  Lágrimas aparte, el país va primero.  Los cocodrilos pataletearán, pero tienen que pagar porque ellos han sido los principales beneficiarios del crecimiento económico de Puerto Rico en sus años buenos, y tienen la correspondiente y justa responsabilidad en los años malos.

Predeciblemente, y bochornosamente, han optado por una actitud de "que pague el otro, yo no."  O lo que es igual, "si me cobran de mis ganancias, o de mis ingresos personales, se hunde el mundo."  Ya se hundió, el asunto es si el barco, en que estamos todos, puede volver a puerto para que ellos sigan haciendo dinero.

El espectáculo que están montando estos grandes intereses — cuando interrumpen su juego de golf en los grandes y caros hoteles de la oligarquía engreída — en la prensa comercial, radio y televisión, retrata su patetismo moral.  Lo que pretenden es que otros, los más débiles, rescaten el País para ellos seguir la fiesta de la riqueza, intocada.

Su sufrimiento por el país no convence.  ¡Lágrimas de cocodrilo por la patria que naufraga, y ellos secos en la orilla!​​

1 comentario:

  1. "Después de los españoles (93%) –que son 707,000 en Estados Unidos–. los puertorriqueños son el grupo hispano que más domina el idioma inglés (82%), un porcentaje que es casi a la inversa de la realidad de los boricuas de la Isla." Endi


    ¿Por qué los puertorriqueños de Nueva York hablan inglés y los de Puerto Rico no?

    Las 100 familias tanto del PPD como del PNP no le dan importancia al inglés. Sólo se preocupan porque sus hijos aprendan inglés. Los demás son campesinos y agregados
    por los que no nos tenemos que preocupar.

    Ellos son el baluarte y la fortaleza de la cultura puertorriqueña, which is a code word for tax exemption. Mantengamos la pureza del idioma, es decir mantengamos la integridad de la exención contributiva. Ya veremos qué le pasa a la escuela bilingüe de San Juan.

    Con un modelo económico que se basa en mantener a las clases pobres en la ignorancia,
    difícil es que podamos constituir la economía del conocimiento de que tanto se cacarea.

    Hay que pagar los impuestos federales, para que el concepto de la productividad haga mella en Puerto Rico.

    Pero los administradores de la colonia seguirán en su empeño de preservar la exención contributiva a rajatabla. No lo dude usted.

    Quizás de aquí a 50 años cuando la población de Puerto Rico se reduzca a 2 millones será más fácil ser estado pues la representación en el Congreso se habrá reducido por la mitad.

    La gente va a trabajar, one way or another, porque el endeudamiento tiene límites reales y yéndose para los Estados Unidos es una manera de aumentar la productividad. A medida que los puertorriqueños se mudan y trabajan en los Estados Unidos, el peso de la dependencia de Puerto Rico para los Estados Unidos va disminuyendo. Son menos los cupones y es menos la sección 8 que hay que pagar en Puerto Rico. Esos mismos puertorriqueños que pagan impuestos federales en el continente ayudarán a pagar la carga de los que se quedan. Si los republicanos logran cortar el PAN y reducir las transferencias a Puerto Rico, estimularán aún más la emigración de puertorriqueños hacia el continente donde tendrán más opciones de trabajo.

    Las clases altas a su vez van sacando su capital de Puerto Rico y diversificándolo en los Estados Unidos. No es prudente tener todo el capital de uno en un lugar. Hay que diversificarlo no sólo a través de los Estados Unidos, sino del mundo. Así las 100 familias les venden sus propiedades a los mexicanos y usan el dinero para invertir en Wall Street. Diversificando las inversiones, se reduce el riesgo de grandes pérdidas. El mismo principio aplica para los mexicanos.

    Así se llega a un nuevo equilibrio y se mantiene la exención contributiva para las multinacionales como las farmacéuticas y las compañías de computadoras.

    Mientras tanto, el pueblo seguirá de fanático peleando una pelea ficticia entre la estadidad y el estado libre asociado inconsciente de que tanto el liderato del PPD como del PNP todos están a favor de la exención contributiva, de la autonomía fiscal y del Estado Libre Asociado.


    Todo parece indicar que en el 2052 celebraremos el centenario del Estado Libre Asociado.


    En esa fecha memorable los hijos de Fortuño y de Hernández Mayoral hablarán en la celebración del día de la constitución, mientras que los hijos de otros supuestamente más avispados estarán reunidos con el comité de los 24 de las Naciones Unidas denunciando el colonialismo de los Estados Unidos en Puerto Rico. La misma película de siempre para las nuevas generaciones que se yerguen en la segunda mitad del siglo XXI y que no la han visto.

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