La mayoría
de los sistemas mecánicos que ha inventado el hombre, hidrológicos, de rotación
mediante la fricción que produce resistencias, y estas a su vez producen
movimiento, son por todo ello imperfectos. Un sistema perfecto sería uno en que el insumo --- el
“input” de los economistas --- es exactamente igual al producto o
“output”.
Hasta 1993 no se había inventado en el mundo un sistema, y menos en el área social y política, de intercambio perfecto de valores económicos en que lo que se cosecha --- en dólares, que es el idioma en que se expresa esa innovación --- es exactamente la misma cantidad que se invierte.
No
estoy hablando de física, ni de mecánica de diques o de grúas. Hablo del cambalache perfecto entre el
gobierno de Puerto Rico , los políticos y las aseguradoras de salud. El cambio consiste en entregar el
dinero del pueblo destinado a la salud, en cantidades billonarias, a unas
corporaciones con fines de lucro, para que se encarguen de realizar la función
que el gobierno se niega a realizar.
¿A cambio de qué? A cambio del
mismo dinero, una parte de él, devuelto a los políticos para hacer campañas.
El
sistema lo estableció Pedro Rosselló y lo continuó Sila María Calderón, tanto
como Aníbal Acevedo Vilá. Con Luis
Fortuño el sistema alcanzó su óptimo nivel de perversión. Contra todo eso tronaron Alejandro
García Padilla y el Partido Popular en la ultima campaña. Es obvio, sin embargo, que lejos de
suprimir ese robo legalizado al pueblo, lo están perfeccionando.
En el
caso federal contra Acevedo Vilá se confesó todo eso. La evidencia que desfiló contra la Triple S de Miguel Vázquez
Deynes y la ACODESE de Daisy Barbosa como representante del gremio, está
escondida en alguna gaveta del Secretario de Justicia --- cuatro de ellos --- a
menos que se haya triturado para que su presencia no les cree mala conciencia.
En
estos días de lucha frenética, errática, por cientos de millones para cuadrar
un presupuesto deshonesto, ¿no cree el pueblo que las ganancias excesivas e
innecesarias que los gobiernos le mandan a sus amigotes de las aseguradoras da
y sobra para el cuadre? El dinero
esta ahí, si no se lo entregan al colmillú de la salud recortada y escamoteada
al pueblo.
El
Gobernador de Puerto Rico está preso, es rehén de esa inmoralidad. Los procuradores en Palacio de esa
monstruosidad moral actúan desde la familia misma del Gobernador.
El
cambalache es nítido y el sistema es perfecto: “Yo te doy los dineros que deben ir directamente a la salud
del pueblo, para que tu decidas cuánta y cómo, y llegada la campaña electoral
tu me devuelves parte para mi campaña.
Es un sistema perfecto, sin fricción. Y vergonzoso. Es cierto que está basado en un engaño
al pueblo, pero de aquí a noviembre del 2016 se le habrá olvidado. Además, las agencias de publicidad le impondrán
las imágenes fabricadas a la conciencia popular, en ambos sentidos de la
palabra. ¡Qué listos somos!
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