martes, 15 de abril de 2014

La “Suprema” Debilidad ante la “Suprema” Perversidad


Asombra la debilidad de actitudes con que el gobierno de Puerto Rico --- el Ejecutivo y el Legislativo --- han reaccionado ante la fechoría politiquera de la ganga de los seis en el Tribunal Supremo.  No se trata de que se hagan ataques de riposta del mismo tono abusivo de la ganga.  Se trata de poner --- el Gobernador y los líderes legislativos --- las cosas en su sitio.  Porque es evidente que la anulación por el Tribunal de la Ley 160 es arbitraria, mezquina, y sólo persigue el caos financiero, en la esperanza de que este produzca el caos social y la venganza política del electorado como reacción, a falta de comprensión de la verdadera naturaleza del caos heredado y de su empeoramiento a manos del Tribunal.

¿Por qué validó el Tribunal la Ley 3 sobre las pensiones de los empleados públicos, cuyas disposiciones son equivalentes en su alcance a las de la Ley 160?  Para despistar.  Después de invalidar la ley de  pensiones de la Rama Judicial --- porque los chavos y los privilegios de los jueces quedaban afectados, y para que no dijéramos que era una faena política partidista, había que dar la impresión de racionalidad.  Ya cuando les llega la Ley 160 sus chavos están asegurados y pueden volver a ser irresponsables.

El fallo no resiste análisis.  No indican, porque no pueden, hacer referencia a disposición alguna de la Constitución que invocan, excepto una vaga referencia a una racionalidad que no poseen.  Anulan incluso algunas disposiciones favorables a los maestros, pues estaban dando palos a ciegas, talando con mocho boto.  ¿Racionalidad, hablando de esos seis pejes partidistas?  ¿Profesionalismo que no tienen?  Ese es el efecto de los rayos gama sobre los contratistas y empleados en el establo político de Rivera Schatz.

Ante esta fechoría perversa y maliciosa, la reacción del Gobernador ha sido débil, timorata, blandengue.

“!Pobre pueblo, donde mi pobre gente se morirá de nada!” decía nuestro bardo guayamés en 1936.

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