Mi título de hoy habla por sí sólo. Ingrid Vila no renunció, fue forzada a
hacerlo protocolariamente porque la verdadera razón de su salida es
inconfesable para el Gobernador, y ella, elegante como es, le permitió la
mentira de que le aceptó la renuncia que, supuestamente voluntariamente ella
iniciara.
La significación
de esa renuncia es enorme en su simbolismo político, y costosa para una administración
pública digna y racional. Todo el País
debiera saber, como todos los medios de comunicación ya saben, que el
Gobernador actuó, al prescindir de los servicios de la señora Vila, a
instancias del gobernador de facto, su hermano mayor Antonio García Padilla, de tan funesta recordación en
la Universidad.
¿Por
qué? Porque estorbaba con su
rectitud a los procuradores de contratos y prebendas auspiciados por el
hermano, por quien nadie votó en Puerto Rico.
¿A
quién más estorbaba la rectitud de la señora Vila? A los políticos del PPD, a los alcaldes chanchulleros que
negocian su protagonismo local a cambio de prebendas y concesiones que sólo
Fortaleza puede conceder, pero que eran ajenos al concepto de servicio público
de la señora Vila.
Todo lo
anterior significa una sola cosa:
en menos de dos años y faltando más de dos años para el cambio de
gobierno, Alejandro García Padilla ha cambiado de rumbo y de agenda. De una obligación de gobierno serio,
racional y centrado en las necesidades objetivas del pueblo, a un enfoque
electorero, partidista, por los próximos dos años y pico. Se trata de un cambio de rumbo y de
compromiso: en vez de servirle al País
a lo Ingrid Vila, servirle al partido para volver a ganar. Y uno se pregunta: ¿ganar para qué? ¿Para hacer lo mismo
el próximo cuatrienio?
Repito
una idea cuya realización impediría en el futuro virazones tan dañinas como la
que hoy comento: el gobernador de
un sólo término de 6 años, porque la reelección es la madre de esta negación de
servicio al pueblo como única justificación del poder que ese pueblo le
confiere. De esa forma el objetivo
electorero a mitad de camino no se traga el compromiso de servicio sobre todas
las otras consideraciones.
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