De 1774
a esta parte la Gran Bretaña y los Estados Unidos han mantenido una relación
especial --- en la guerra y en la paz, como aliados y como adversarios --- que
no tiene paralelo en el mundo moderno.
De 1607
a 1774 esa relación --- colonización, guerra de independencia, alianzas
militares de 1914 a 1941 --- ha sido amigable o adversaria, pero siempre
especial; ya que las instituciones de la libertad y el gobierno democrático
representativo heredado de las trece colonias en adelante arrancó de la Magna
Carta de 1200, matriz de todas las libertades anglosajonas.
Desde
siempre --- en la guerra y en la paz --- ha privado entre estos dos pueblos lo
que vino a llamarse, durante y después de la Segunda Guerra Mundial, “una relación
especial” de amistad y coincidencia libertaria. El momento más dramático y decisivo de esa relación, para
salvar del nihilismo hitleriano la Civilización Occidental, ocurrió en medio y
a fines de esa Segunda Guerra Mundial, cuando Inglaterra recibió el impacto
brutal de la aviación alemana, y el peligro de una invasión aplanadora. Winston Churchill clamaba por la
entrada al conflicto de Roosevelt y los Estados Unidos, pero estos se tomaron
su tiempo para entrar en combate.
La traición japonesa de Pearl Harbor forzó la decisión de los Estados
Unidos no sólo para su defensa en Oriente, sino para invadir, precisamente
desde Inglaterra, al continente que ya Hitler consideraba suyo. El resto es historia. Inglaterra resistió y la alianza, bajo
el signo de la “relación especial” por la democracia y la libertad escribió la
página gloriosa de sacar a Hitler de carrera, y reducirlo a un suicidio cobarde
en un sótano pocilga de sus cuarteles.
Hoy,
cuando Oriente Medio y la Civilización Occidental se ven otra vez amenazados
por la barbarie islámica del Isis, y por las huestes bárbaras de Putin en
Ucrania, esa relación especial de las dos democracias más viejas del mundo se
reactiva contra el salvajismo Isis y la duplicidad de la nueva versión del
stalinismo soviético.
El
Primer Ministro Cameron de Inglaterra y el Presidente Obama han dicho presente
cogidos de la mano contra la nueva barbarie en Oriente Medio y en el Este de Europa, para liderear, como
en tantas otras ocasiones anteriores, la vigencia de la Civilización
Occidental.
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