Mi título
se queda corto. Porque el crimen político
que aún hoy practican Barack Obama y Eric Holder --- no es sólo contra nuestro
patriota Oscar López, es contra la justicia como vínculo solidario de toda
sociedad civilizada. Y es, sobre
todo y por principio, un crimen contra la humanidad de todo hombre o mujer.
¿Y quiénes
son Barack Obama y Eric Holder? Son
dos prominentes negros norteamericanos a quienes sus compueblanos blancos han
honrado con las más altas magistraturas de su País, y que han sufrido en carne
propia el escarnio perpetrado contra su raza. Testigos de excepción, piensa uno, de los macabros crímenes
cometidos contra distinguidísimas figuras de su historia reciente. Tiene uno que asombrarse del hecho de
que hoy están lidiando, a través del mundo entero, con los genocidios y
violaciones de derechos humanos, desde Palestina a Irak y Siria.
¿Cómo
es entonces que no ven, frente a sus propias narices, el crimen que cometen
contra Oscar López y su condolida familia? Estos dos prominentes negros indultan anualmente a docena de
criminales de verdad, autores de hechos de sangre contra víctimas inocentes,
pero no ven la tortura que realizan contra un ciudadano americano y
puertorriqueño que no ha matado ni tan siquiera herido a ningún otro ser
humano. Sólo ha expresado,
individualmente y solidariamente con otros, el derecho y la deseabilidad de ver
a su patria libre, esté uno de acuerdo o no con sus expresiones o acciones.
Leo en
la prensa de hoy que 33 funcionarias de gobierno demostraron ayer, en el Puente
Dos Hermanos, su entereza moral por la liberación de Oscar López de la tortura
a que lo someten Obama y Holder, mientras se prenden laureles de humanitarios
en las lejanías del Oriente Medio, diz que en protesta contra los crímenes de
sus terroristas. La paja en el ojo
ajeno, y la viga en el propio.
Cuan
propio sería que la Legislatura de Puerto Rico tomara una página del libro de
esas 33 mujeres valerosas y las imitaran con una Resolución Conjunta, dirigida
al Presidente Obama y al Secretario Holder para que reingresen al género humano
y excarcelen a su preso político.
¿O eso es mucho pedir en nuestra triste ínsula?
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