martes, 2 de septiembre de 2014

La Vieja Guardia y los Jóvenes Turcos en el PPD


La juventud --- madura, que no infantil --- que en el Partido Popular agita la relumbrosa enseña de la soberanía, me despiertan dos recuerdos.  En el mundo de la ficción el primero, el del drama de Henrik Ibsen, Seis Personajes en Busca de Autor.  El segundo, el capítulo político que escribimos en la realidad del PPD en 1964, conocido como el Movimiento de los 22.  Se trataba de un programa de renovación total en las posturas y actividades del PPD, dominado en sus cuadros dirigentes, excepto Muñoz, Fernós y Jorge Font Saldaña, por una generación anquilosada programáticamente.  Cuando Muñoz les retiró el respaldo cayeron como guanábanas maduras.  ¿Frente a qué y quiénes cayeron?  No ante personas, lideres jóvenes y articulados.  Cayeron frente a una explícita formulación programática, empezando por un sistema de primarias garantizadas, un retiro de los ya ancianos legisladores de Cámara y Senado, una vuelta a la justicia social y a un concepto económico de desarrollo integral y no meramente de crecimiento, y una Reforma Universitaria.

Por lo pronto, en 1964, cuatro legisladores jóvenes --- pintados, si no maduros --- llegamos a la Legislatura, tres a la Cámara y este servidor al Senado:  Luis Camacho, Severo Colberg, Pedro Roberto Rodríguez y este servidor, respectivamente.

Esta experiencia podría resultar aleccionadora a los jóvenes que hoy agitan sus ideas ante la alta dirección del PPD.  Excepto que su planteo no es programático, ni arranca de las necesidades del pueblo --- empleo, salud, educación, seguridad, y la competencia y honestidad gubernamental necesarias para responder a ellas. 

En vez de planteos referentes a la democracia del partido, la honestidad del gobierno, la relevancia de las respuestas, esta generación de jóvenes ha optado por las poses ideológicas altisonantes que se resumen en la soberanía.  En vez de enjuiciar el quietismo y la morosidad del PPD en sus posturas programáticas, han optado por las galimatías jurídicas de la quimérica --- en términos electorales democráticos ---  soberanía, que por ser claramente incompatible con la ciudadanía americana, lanzará a esta pilada de juventud --- de otra manera valiosa --- a la irrelevancia y a la frustración.

Los “jóvenes turcos” que en 1923 ayudaron a Kemal Pasha a modernizar y secularizar a Turquía, no andaban con juridicidades, sino con realidades:  modernización, democracia y economía.

Si esta juventud vital e inteligente enfrentara a la vieja guardia con una modernización de sus programas y su desempeño, tendrían futuro.  Con lo otro, ni que lo piensen.  Por eso la vieja guardia del PPD se saldrá con la suya.  Ya tiró al ruedo la ciudadanía americana, como raya en la arena, que los soberanistas no podrán cruzar.

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