Entre
la literatura más retante del siglo veinte, se encuentra la que cultivó la angustia. Soren Kirkegaard, el danés precursor de
toda la producción nihilista del siglo, marcó rumbos a Martín Heidegger, Karl
Jaspers, y a nuestro Miguel de Unamuno.
Jean Paul Sartre cultivó esa filosofía de la desesperación, y la selló
en su drama titulado NO EXIT --- no hay salida. La vida humana es breve, tortuosa, y para más maldad, consciente
de su brevedad. Por eso hablaba
Unamuno de Sentimiento Trágico de la vida.
El
drama humano sellado de finitud se actualiza cada vez que nos encontramos
rodeados de improntas aparentemente insolubles. Así está, colectivamente hablando, este personaje tan
querido nuestro --- Puerto Rico , en los albores apenas del siglo 21. Con tanto que ha progresado y crecido
en tantas dimensiones, parece perdido como el personaje de la Divina Comedia de
Dante. “En medio del camino de la
vida, turbado me encontré por selva oscura, en que la recta vía era perdida”. Puerto Rico, 2014.
La
clase política, tecnológicamente apta, es gerencialmente incompetente, y lo es
por la razón misma de lo que es, escueta y mezquinamente política. Subordina, contrario a la generación
del 40, la felicidad pública a su felicidad privada de ostentación,
protagonismo fofo, y gradas contentas, aunque las conduzcan al cadalso.
Las
salidas nominales, ostensibles, representan otras tantas maneras de
perderse. El PPD es un partido
timorato, oportunista y superficial en su diagnóstico de los problemas y en sus
explicaciones al pueblo. Sin
mentir, no dice la verdad. Tiende
y quiere parecerse al otro para sumar unos votos más. No educa, porque no se atreve.
El otro
partido deseduca, se atreve, pero es corrupto hasta la médula, y mendaz hasta
las entrañas.
Para
mayor tragedia e ironía, la solución --- la salida --- debiera ser
generacional. Pero la nueva generación
política, la del PPD, que es la única visible y activa, ha cogido el rumbo de
la irrelevancia. Con tan cundido de problemas como está
esta sociedad --- económicos, sociales, de salud, de educación y de seguridad,
ha tomado un rumbo ideológico retórico, de espaldas a esos urgentes
problemas. Porque la soberanía es
su curalotodo. La emoción patriótica
nacionalista en el vacío, sin tracción en el carácter político del pueblo ni la
idiosincrasia conservadora del Congreso de los Estados Unidos. Esos jóvenes constituyen en el Partido
Popular un problema sin programa. Pérdida total. ¿Por dónde
es la salida? ¿Por donde fue en 1940?
Si Puerto Rico pide la incorporación, entramos.
ResponderEliminarA Don Young se le abrieron los ojos cuando yo le dije que estaba a favor de la incorporación.
La incorporación de Puerto Rico los republicanos no la ven como una amenaza.
Ningún republicano les va a pedir a los puertorriqueños que recemos en inglés antes de tener el privilegio de pagar contribuciones federales.
La incorporación de Puerto Rico es un golpe mortal a las 100 familias y el primer paso a la estadidad.
Pero Rosselló y Romero se opusieron a ella en el 1998 por el peso de las 100 familias.
Oponerse a la incorporación es decir que Puerto Rico no es viable económicamente como estado.
Ese ha sido el argumento de los populares toda la vida. Hay que esperar hasta que Puerto Rico llegue a los niveles económicos de los Estados Unidos para entonces pedir la estadidad.
Too late. La exención contributiva y la política económica socialista de los populares han llevado a la crisis económica de Puerto Rico mucho antes de que la crisis financiera explotara en el mundo.
Pero Hernández Colón no tiene otra solución que no sea volver a traer las 936 y Pierluisi, que está financiado por la misma gente que financió a Fortuño, no tiene los pantalones para decir que eso no sirve.
Las 100 familias están todas unidas en una cosa: el que ataque la exención contributiva no va a salir electo.
Por eso Ricky vuela bajito.
Ricky es sospechoso. A ese lo tienen velao’. Bastantes problemas tuvieron con el padre como para darle una segunda oportunidad al hijo.
La estadidad no tiene un glass ceiling.
La estadidad tiene dos glass ceilings. Primero los estadistas tienen que pasar por el ceiling de las 100 familias y segundo por el ceiling del congreso.
Mi argumento es que la incorporación es la condición necesaria para el desarrollo económico, pero las 100 familias han desarrollado toda una industria en Puerto Rico basado en la exención contributiva donde no hay un economista que diga lo contrario.
Los únicos que se acercan son Carlos Colón de Armas y Jaime Benson. Pero muy débilmente porque se están enfrentando a toda una industria incluyendo al Vocero que vive de eso.
Como Galileo en el siglo XVII, que se pone a decirle al Papa que Aristóteles estaba equivocado, que no es el sol el que la da la vuelta a la Tierra sino al revés. Entonces el Papa lo manda a arrestar.
http://en.wikipedia.org/wiki/Galileo_affair
De modo que como en el PNP no hay manera de entrarles a las 100 familias, tal parece que la única alternativa son los chavistas porque se ve claro que las 100 familias no quieren perder la seguridad que les confiere la ciudadanía americana.
Insistir en no pagar contribuciones es llamar al caos. Y como decía Hobbes, la monarquía absoluta es preferible a la anarquía.
Tal parece que lo único va obligar a las 100 familias a pagar las contribuciones federales es la promesa de más caos de los chavistas.