miércoles, 29 de julio de 2015

Jonathan Pollard y Oscar López Cintrón


Oscar López Cintrón, un independentista puertorriqueño que se expresó conforme a sus ideas, pero que no cometió crímenes de sangre contra ningún norteamericano hace más de treinta años, está pagando en las cárceles de Barack Obama por el terrible crimen por el que mataron a Sócrates hace 25 siglos, por pensar de otra manera, contraria a la política de otra sociedad, Atenas ayer, Estados Unidos hoy.

Jonathan Pollard es un delincuente judío que como espía de Israel robó secretos de la inteligencia norteamericana, poniendo en claro peligro la seguridad nacional, sobre la que preside hoy Barak Obama.  Y ayer fue excarcelado, cumpliendo sólo 14 de los 40 años de su sentencia.

Compare el lector la magnitud y alcance de ambos delitos: en un caso la seguridad nacional, en el otro una diferencia de pensamiento sobre la relación imperio-colonia que se le ha impuesto a Puerto Rico desde 1898.

Por eso he dicho que tenemos como Presidente de los Estados Unidos un hombre que sólo ve para un lado, y es ciego para el otro.  En otras palabras, un Presidente moralmente tuerto.

Un lector de este espacio me escribió diciéndome que mi caracterización de Obama como tuerto era muy fuerte aunque estuvo de acuerdo con el argumento.  Por eso le hice una rebaja, que repito hoy.  Si no es tuerto cabal, ciertamente es bizco, o turnio, como decimos en el campo.

domingo, 26 de julio de 2015

El Estado, la Administración, y la Política


En toda sociedad organizada se establece una estructura de poderes y procedimientos, jurídicos y políticos --- porque representan la “polis”--- conforme a los cuales los oficiales que a nombre del pueblo ejercen el poder organizan el gobierno.  No importa la índole del Estado, ya sea totalitario, liberal representativo o tradicional hereditario, el Estado siempre es el mismo --- es el poder del pueblo organizado políticamente.

Una cosa muy diferente al Estado es el gobierno, que consiste un esquema de instituciones operacionales que emanan del Estado mientras ambos --- Estado y gobierno --- sólo se legitiman por el pueblo, ya sea racionalmente o representativamente y, como realidad evanescente en el presente, tradicionalmente, como es el caso de los Emiratos Árabes y Arabia Saudita.

El Estado autoriza, el gobierno administra, y el pueblo legitima a ambos, mediante la autorización electoral explícita o mediante el consentimiento pasivo, incluyendo a los abstenidos.

La confusión o la ignorancia sobre estos tres niveles del discurso político lleva a algunos, desde la derecha y desde la izquierda --- independentistas de todos los géneros y estadistas que profesan la ignorancia invencible --- a culpar al Estado puertorriqueño, el Estado Libre Asociado, de la crisis situacional --- de tipo fiscal --- que nos agobia en los días que corren.  Una precisión histórica debe aclarar tan ostensible error en el análisis.  Porque Puerto Rico --- el Estado Puertorriqueño --- el Estado Libre Asociado, nos cobija constitucionalmente desde 1952, --- en esos 53 años el mismo status ha amparado buenos gobiernos y sufrido malos gobiernos.  Los defectos o insuficiencias de poderes que hoy se le señalan --- con el dramatismo que la crisis fiscal facilita --- han existido desde siempre, tales como la ausencia del poder de quiebra y la libertad de cabotaje.  Eso no fue obstáculo en el pasado para que un liderato honesto y competente --- de 1941 a 1968 --- le asegurara a Puerto Rico un crecimiento económico continuo y una administración pública honesta, competente y responsable.

La llorona del status con relación a la crisis fiscal acusa ignorancia y oportunismo verbal y político si no tuerto, por lo menos bizco.  Con esas cegueras parciales se interesa entrar en una campaña política --- el tercer nivel de nuestra vida de pueblo, de todo pueblo democrático --- con una visión distorsionada sobre las causas de nuestra zozobra.  Porque si no es el Estado el responsable de ella, debe ser el gobierno, los gobiernos que padecimos y padecemos.  Su falta de racionalidad, funcionalidad, productividad.  No hay que desmontar el gobierno y los servicios que presta, sino racionalizarlos, y transferir sus demagogias clientelistas al crecimiento económico.  “Its the economy, stupid”; dijo Bill Clinton hace 20 años, y le dio a su país el mejor gobierno del último cuarto de siglo.

Sobre el nivel político electoral, no hay que preocuparse mucho.  Ese tiene sus reglas, siempre las mismas, lo que hay que velar es que mientras se le entiende y se le tolera, no dañe la administración racional ni destruya la economía.  De lo contrario, habremos de repetir, con Luis Muñoz Rivera, ¡“nulla est redemptio”!

Constantes y Variables en Nuestra Crisis Fiscal


Pregúntese el lector si los cambios en la capacidad fiscal de cualquier docena de países de Occidente:  España, Alemania, Francia, Chile, Argentina, Uruguay, y docenas de otros, son remitibles a su status político constitucional, o a los comportamientos administrativos de sus gobiernos, buenos o malos.  El status constitucional de Chile es el mismo, bajo la presidencia de la señora Bachelet que lo que fue bajo el funesto Pinochet.  ¿Dónde está la clave entonces que explica los tiempos de bonanza y los tiempos de crisis?

Para los que ajoran los espejismos ideológicos, asimilistas o separatistas, tiene que ser incómodo enfrentarse a las variaciones de la salud económica y fiscal --- o su crisis --- dentro del mismo esquema constitucional de status.

Puerto Rico dio los pasos más dramáticos de buen gobierno y economía creciente durante los años de 1941 al 1952, que marcaron el rumbo ascendente que vivimos de 1953 al 1968.  Durante el primer periodo, la colonia cruda; durante el segundo, durante y por medio del Estado Libre Asociado.  ¿Veta común de ambos periodos de crecimiento?  Buen gobierno, honesto y competente.

Suponer ahora, en medio de una crisis fiscal apabullante, que la culpa es de la colonia, o del Estado Libre Asociado, que para sus detractores lo explica todo, representa una falacia patética.  ¿Fue el progreso sostenido de 1941 al 1968 producto de la colonia, o del ELA?  ¿O lo fue de una clase política de motivaciones patrióticas de servicio al pueblo y al País?

En épocas de crecimiento económico y buen gobierno, parecería que el status constituye la explicación causal.  Pero no es así, cualquier status --- como constante a través de varios gobiernos, representa un marco jurídico y constitucional que tolera buenos y malos gobiernos, bonanzas y crisis.  Los malos gobiernos --- las administraciones corruptas e incompetentes, dañan y echan sombras sobre cualquier status.

La calentura no está en la sábana, sino en el organismo.  No en el status, sino en las administraciones.  Aunque en el futuro puede y debe haber reformas al status, el problema puertorriqueño es de moralidad política y de capacidad administrativa.

A la constante del ELA --- a través de épocas de creatividad y moralidad pública --- hay que atribuirle la facilitación del progreso económico mediante el buen gobierno.  Las variables de la corrupción y la irresponsabilidad de nuestros gobiernos, de 1973 al 2015 deben responder --- porque sólo ellas explican --- por el presente descalabro, dentro del mismo status.

De 1952 al 2015, dentro del ELA, ha habido buenos y malos gobiernos.  La causa de la crisis no es el ELA --- sino los malos gobiernos.

miércoles, 22 de julio de 2015

Grecia, Cuba, Puerto Rico a la Luz de los Estados Unidos


Han sobrado en días recientes, a partir de la crisis financiera y fiscal de Grecia, las falsas analogías que las apariencias convocan en situaciones complejas.

Para los ideólogos antiamericanos usuales, se trata, en el caso de Grecia, de otra fechoría del imperialismo capitalista, de marca europea o de marca norteamericana.  La realidad es otra, pues tanto Grecia como Puerto Rico pagan por las irresponsabilidades acumuladas de sus gobiernos, por el precio de la corrupción y demagogia populista, clientelista, de su clase política avara e incompetente.

Hasta la fecha la ventaja de Grecia para resistir y lidiar con la crisis es doble:  por un lado la Unión Europea es un organismo racional y responsable, aunque su principio de gravitación política es --- en cada país --- su estabilidad y progreso económico.  No están en el negocio de la caridad.  Por el otro lado, Grecia está dando la pelea tras un liderato joven, responsable y capaz.  Hasta la fecha va logrando el respeto y el respaldo de la Unión Europea, mientras pugna por educar a su pueblo sobre las consecuencias del venga más, dame más, y el que venga atrás que arregle.  La razón griega va terciando en la crisis, mientras apura los aprendizajes de hasta dónde estirar los pies más allá de la sábana.

Ambos, Europa y Grecia son viejos en estas lides, y más sabe el diablo por viejo que por diablo.

Cuando pasamos a nuestros pueblos adolescentes, Cuba, Puerto Rico y Estados Unidos, hay lecciones duras que aprender todavía.  La decisión de Obama de reintegrar a Cuba el ámbito americano e interamericano es una señal de madurez política, del mismo tipo que llevó a Michael Gorbachev a romperle el espinazo a la Unión Soviética, y que llevó a Richard Nixon a visitar y abrir ambos sistemas --- el comunista y el capitalista --- a una especie de injerto modernizador, hacia un comunismo capitalista en China, y en Estados Unidos una ideología democrática realista sobre intereses económicos que hoy le abren la puerta al modelo marxista-leninista fracasado en Cuba.

Hay problemas, decía Don José Ortega y Gasset, que no se resuelven, sino que se disuelven.  Los intereses económicos que ablandaron a China ablandarán a Cuba:  la libertad y la afluencia económica son los mejores disolventes del totalitarismo, sea soviético, chino o cubano.

¿Puerto Rico?  En estos días se ha manifestado en todo su desparpajo lo que en 1979 le dije a un alto oficial de la Casa Blanca de Jimmy Carter:  “Nosotros actuamos como si Puerto Rico fuera un Estado Libre Asociado, y ustedes actúan como si fuéramos una maldita colonia”.

Esta semana, por fin, empiezan a darse señales de que tomen conciencia de su irresponsabilidad y maltrato para Puerto Rico.  Padecemos de un Presidente tuerto; ni mira ni ve para el lado de acá.

jueves, 16 de julio de 2015

Barack Obama ante el Sadismo Carcelario


En su bien diseñado programa de vindicación presidencial frente al término de su mandato al cabo de año y medio, el Presidente Obama anda en busca --- hasta ahora exitosa --- de un legado que perpetúe su memoria para la historia.  En ello lleva un buen paso:  el Obama-Care, el tratado contra las potenciales armas nucleares de Irán, su perdón ejecutivo a 46 narcodelincuentes que cumplían sentencias exageradas e irrazonables, y finalmente, ayer, su condena del encarcelamiento excesivo, económicamente costoso, contrario a la rehabilitación, que lo llevó a visitar una prisión federal de máxima seguridad, donde presos condenados a la miseria y postración  moral languidecen  --- a un costo económico irracional --- sin ninguna relación racional con sus delitos, sencillamente a pudrirse a un alto costo económico y moral para la sociedad norteamericana, supuestamente civilizada y libertaria.

Se trata de una pasión --- en el mejor sentido de la palabra --- por la justicia y por la humanidad del hombre para con el otro hombre.  Esa pasión llevó a Obama a evocar emotivamente la memoria de la gesta de Martin Luther King y de Nelson Mandela --- el primero profeta moral, el segundo revolucionario humanista y nacionalista --- como arquetipos de la emancipación contra el racismo y contra un Estado opresivo.

Todo eso es muy encomiable en un Presidente de los Estados Unidos.  Pero trágicamente, patéticamente, Obama resulta ser en relación con un caso que tiene frente a sus narices, el de Oscar López, un Presidente moralmente tuerto.

Su caso me recuerda un famoso ensayo del filósofo norteamericano de fines del siglo 19 y principios del 20, William James, donde hablaba de “ciertas cegueras de los seres humanos”. 

miércoles, 15 de julio de 2015

Puerto Rico en las Entrañas Financieras del Imperio


La crisis económica que aflige a Puerto Rico, producto de la irresponsabilidad politiquera de su clase política, de 1973 hasta el día de hoy --- Romero, Rafael, Rosselló, Sila, Aníbal y Fortuño --- unos más y otros también, ha enviado al País a jugarse su destino fiscal a las entrañas mismas del imperio.  Mientras tanto, los responsables, aunque no son todos, disfrutan cínicamente de sus pensiones, fundaciones, escoltas y fuerza de cara.

El hombre al mando de esta nave averiada, Alejandro García Padilla, asiste a la convención de los buitres especuladores de Nueva York a plantear la situación precaria de las finanzas del País en busca de alguna racionalidad que le permita a Puerto Rico pagar su gigantesca deuda, pero a la medida de sus posibilidades.

El centro del argumento puertorriqueño en Nueva York tiene que ser doble:  el liderato político previo le falló a Puerto Rico al endeudarlo irracionalmente, por un lado; pero por el otro, “it takes two to tango”.  La avaricia de los prestamistas, los buitres de la especulación, los llevó a explotar la debilidad financiera de Puerto Rico hasta límites irracionales de gula insaciable.  Ahora, como Shylock, el personaje de “El Mercader de Venecia” de Shakespeare, quiere cobrar entera su libra de carne.  Falta un juez que les diga, “Sí, pero sin una gota de sangre, porque eso no estaba incluido en el contrato”.  Por eso el planteo de Alejandro tiene que ser:  “Ustedes erraron en su avaricia”, y por lo tanto nosotros pagaremos cuando podamos”.

La amenaza que ofrecerán los bonistas será la de las cortes federales.  Pues que vengan los tarugos de las cortes federales a embargar al País.  La respuesta de Alejandro tiene que ser la desobediencia.  Que vengan los tarugos del Imperio y le pongan las esposas, y a sus sucesores también, y a todo el poder del ELA.  Que repitan los jueces de Rivera Schatz la infamia del juez republicano Marcelino Romany de octubre de 1944, cuando encarceló a todo el Gabinete del Gobernador Tugwell por autorizar unos fondos contra el desempleo.  Les reventó en la cara la jugada, en las urnas de noviembre.  El País reaccionó y le dio la victoria más grande al PPD en toda su historia.

El pueblo necesita héroes civiles dispuestos a defender su dignidad.  Ante la displicencia de Obama, ante la servidumbre penepeísta de nuestras cortes, ante el colonialismo de las federales, el País necesita en sus líderes la altivez y la dignidad que dramatice el patrón de atropello imperial.

Esta es la oportunidad de Alejandro, ante su pueblo y ante el otro.

martes, 14 de julio de 2015

“Nuestros” Presidentes: De Mckinley a Obama


Existe en nuestra historia del siglo 20, irrumpiendo inalterada en lo que va del 21, una leyenda ideológica, voceada por los elementos liberales del País --- de Luis Muñoz Rivera a Alejandro Garcia Padilla --- en el sentido de que a Puerto Rico le va mejor con los presidentes demócratas o sencillamente liberales, que con los republicanos o conservadores.

Pienso, por experiencia y por estudios de ese fenómeno, que el trato --- el maltrato --- hacia Puerto Rico ha sido unánime desde la Casa Blanca, con la posible excepción de Harry S. Truman, que facilitó nuestro primer gobernador puertorriqueño, primero por nombramiento y luego por elección bajo el ELA.

McKinley, Taft, Teodoro Roosevelt, Coolidge y Herbert Hoover fueron todos implacables negadores de los derechos más elementales de nuestro pueblo.  La ciudadanía americana fue impuesta en 1917 para reclutar, con visos de legalidad, soldados --- carne de cañón para sus guerras, empezando en 1917-18.

El panegírico positivo a Franklin D. Roosevelt no tiene ancla alguna en la realidad:  mandó unos cupones para acá, a nombre del Nuevo Trato y después de miles de ruegos de Luis Muñoz Marín. Mandó a Puerto Rico a los peores gobernadores de nuestra historia, a Blanton Winship, por ejemplo.  Todos esos Presidentes, desde Teodoro Roosevelt hasta Jimmy Carter --- estoy refiriéndome solamente a los llamados “liberales” --- fueron imperiales e irresponsables con Puerto Rico.  El mejorcito, Carter, nos endilgó miles de negros haitianos que no quiso admitir a territorio continental, como a un campo de concentración de indeseables.  Mientras tanto, la Marina y el Ejército se adueñaron de las mejores tierras y puertos del País, por la casa, y ahora se largaron y no quieren limpiar la porquería que dejaron tras un siglo y cuarto de conducta imperial.

El supuesto “liberal” más tongoneado en Puerto Rico fue Jack Kennedy.  Explotó todo lo que pudo, con Muñoz, Teodoro Moscoso y Arturo Morales Carrión en America Latina, y ¿cómo pagó esos servicios?  Con una traición:  la derrota, por órdenes de Casa Blanca, de la propuesta de Muñoz Marín para la culminación, el desarrollo del ELA en 1963.

Podemos saltar sobre Carter y llegar a Bill Clinton.  La misma historia: zalamerías verbales y traiciones reales.  ¿A quién nombró en la Casa Blanca para orientarlo sobre los asuntos de Puerto Rico?  A un buscón de Islas Vírgenes, un tal Jeffrey Farrow --- que terminó por convertirse en contratista cabildero y fotuto a sueldo del PNP.  Además, fue el Presidente que nos negó las 936.

Así recalamos en Obama.  Esta semana ha roto el record de la infamia presidencial con respecto a Puerto Rico: concede perdón ejecutivo a 46 narcodelincuentes --- que quizás se lo merecían --- pero no puede indultar a un hombre cabal, digno residente por más de 30 años de sus cárceles políticas.  ¿Dónde está el liberal? Si además se traslada esta callosidad al problema de nuestra deuda pública, su indiferencia es irresponsable, está más que justificado pensar lo que escribí en este espacio el pasado día 12 de julio:  Estamos Solos y Desolados.  ¿Cómo debe responder nuestro gobierno ante esa irresponsabilidad moral del Presidente Obama, a los 117 años de la invasión de Puerto Rico, cuando se hicieron unos compromisos hasta hoy incumplidos?  Ahora bien, si eso es lo que hace el Presidente Obama, ¿qué van a hacer los líderes que nuestro pueblo eligió para defenderlo?

lunes, 13 de julio de 2015

De Una Virtud Aparente a Un Vicio Real


La herencia económica y administrativa que encontró Alejandro García Padilla al amanecer del 2 de enero del 2013 no tiene otro nombre que no sea el de desastre:  la corrupción en las agencias y departamentos del gobierno por un lado, y por el otro una deuda pública descomunal, producto de cinco gobernadores irresponsables, empezando por Rafael Hernández Colón y culminando en Luis Fortuño, de menor a mayor.

Frente a esa herencia al amanecer del día 2 de enero del 2013, Alejandro optó por la actitud del caballero: no culpar al pasado, sino enfrentar el presente y el futuro con ánimo de triunfador.  El pasado no resuelve nada, porque agua pasada no mueve molinos.  Como actitud moral, eso era encomiable, pero como realidad que había que enfrentar, resultó un error fatal de comunicación pública.

La persona de Alejandro, afectivo, amigable, honesto, positivo en actitudes, entusiasta aún ante las peores circunstancias, optó por una estrategia de comunicación con el pueblo que yo llamé bien temprano “optimismo metodológico”.  Frente a la herencia de corrupción masiva --- con sede y desde la Fortaleza de Luis Fortuño y sus señora, que optaron por hacerse millonarios, multimillonarios más bien, antes de servir al pueblo en sus múltiples necesidades y carencias --- Alejandro optó por el optimismo retórico, mientras el País caía en la parálisis económica y la quiebra fiscal.  Lo anterior explica el título de estas líneas, lo que parecía en enero del 2013 una virtud pública y personal --- no quejarse, no atacar al adversario derrotado, sonar positivo --- se ha convertido en un vicio costoso:  la quiebra fiscal del País, sin que el pueblo haya  sido educado sobre sus orígenes y sus causas.

Ahora, como el salmón, hay que repechar corriente arriba contra la adversidad.  Hoy lo ubicamos en Nueva York enfrentándose, sin armas apenas, a los buitres financieros del universo, en defensa de un Puerto Rico desolado porque el Presidente Obama, ni las cortes federales, ni el Congreso, muestran el más mínimo interés por ayudar ni entender, excepto cuando vienen a Puerto Rico a recoger dinero para sus campañas, y los puertorriqueños mamaos los tongonen a cambio de nada.

Alejandro tiene en estos días una oportunidad dorada para demostrarle a los buitres de Wall Street y al Presidente Obama que este pueblo tiene vergüenza y altivez de la que hablaban Luis Muñoz Rivera y José de Diego.

Sobre eso, una sugerencia, que guardo para mañana.

domingo, 12 de julio de 2015

Puerto Rico 2015: Solo y Desolado


Puerto Rico padece hoy una doble crisis nacional.  Internamente su economía, sus finanzas públicas y su estructura política --- de índole crasamente partidista --- no andan a la altura de sus compromisos y necesidades.  Vivimos por mucho tiempo, por lo menos de 1984 hacia acá, una ilusión fantasmal que supuso que de alguna manera se había abolido la aritmética, que nuestros gobernadores nunca reconocieron la existencia del interés compuesto, y mientras fueron exitosamente jaibas y listos para defender y aumentar sus capitales privados, en la gerencia pública actuaron como analfabetos y como irresponsables, sin reconocer que habría algún día un juicio histórico de realidad, que ahora nos agobia.

El iniciador de esa política pública irracional no fue otro que Rafael Hernández Colón, con la colaboración de Miguel Hernández Agosto como Presidente del Senado.  Se lamentó, como excusa para sus políticas deficitarias de que Puerto Rico sufría de gigantismo burocrático --- “el monstruo de la burocracia”, lo llamó --- mientras procedió a crear decenas de agencias nuevas, para complacer a cada clientela a la que pedía el voto y los dineros de campaña.  Hoy guarda un silencio cínico ante la culminación subsiguiente de sus políticas, sobando sus pensiones, escoltas y fundaciones trililí.

Los que le siguieron, lo siguieron, culminando en Luis Fortuño, cuya perversidad como gobernador no tiene precedentes ni paralelo.  Y todo esto a contrapelo de las advertencias expertas que le dijeron a RHC que tenía que desmantelar las pirámides de las clientelas partidistas en beneficio del crecimiento económico, porque sin crecimiento económico no hay margen prestatario.  Pero las elecciones eran más importantes que el País, por lo que el Informe Tobin, Premio Nobel de Economía, fue a parar al canasto.

Esa es la primera desolación que sufre el País, la de orden interno.  Pero si se mira a las relaciones externas de Puerto Rico --- su relación de dependencia económica y de inermidad política --- entonces no sólo estamos desolados como pueblo, en la angustia de la impotencia, sino que estamos solos, porque los Estados Unidos, el imperio, actúa como si no existiéramos.

En 1963, en las vistas sobre el primer proyecto de culminación del ELA en el Comité O’Brien de la Cámara de Representantes de E.E. U. U. --- a las que asistí como ponente --- el Presidente Kennedy envió a su Secretario del Tesoro, un tal Mr. Seidman, a decirle al Comité que el ELA no podía ser permanente, y allí murió aquella alternativa, una de las primeras muertes de esa idea, de 1952 al día de hoy.  Precisamente, al día de hoy --- hace unos días --- el Presidente Obama manda otra vez a su Secretario del Tesoro, Mr. Lew, a decirnos que nuestra crisis es cosa nuestra y que para allá no miremos.  A Puerto Rico que resuelva solo.  Por tanto, a la soledad se añade la desolación.

No tenemos recursos naturales --- riqueza --- para superar esa desolación.  No tenemos temple revolucionario ni capacidad militar para rebelarnos.  Aun así, ¿dónde está la dignidad moral que impugne el menosprecio imperial de Obama y el Congreso hacia Puerto Rico?  Puerto Rico demanda una respuesta moral ante el abuso del poder norteamericano sobre Puerto Rico, a los 115 años de haberse comprometido en París a resolver los derechos del pueblo y los ciudadanos de Puerto Rico.

miércoles, 8 de julio de 2015

El Imperio Contraataca: Una Semana Funesta


Durante el año de 1960-1961, mediante una beca Postdoctoral en la Escuela de Economía de Londres, me dediqué exclusiva e intensantemente al estudio de las circunstancias y los términos en que se realizó la revolución anticolonial en Asia, África y algunos países del Oriente Medio.

Vertí el producto de aquel internado académico en dos extensos artículos publicados en enero de 1961 y enero de 1962 en las revistas especializadas de más prestigio en esas materias:  la Ethics --- una revista internacional de filosofía y ética política, publicada por la Universidad de Chicago, titulada “El Componente Ideológico del Desarrollo de la India, y luego, en 1962, otro largo artículo publicado en la revista “Review of Politics”, de la Universidad de Notre Dame, titulado “La Ideología Política de la Democracia Dirigida”.

En esa historia, y en esa literatura académica, se encuentran los motivos y los reclamos de libertad nacional, o de autonomía consentida, del mundo que para entonces --- amparado en la filosofía soberanista de las Naciones Unidas --- había tolerado la opresión imperial europea y las políticas extractivas de sus imperios --- Bélgica, Holanda, Francia, Alemania e Inglaterra --- para enriquecer al imperio y explotar las hasta entonces colonias.

Ese mundo colonial se liberó “a sangre y fuego”, en la famosa frase de Otto Von Bismark.  Muchos de sus líderes --- por ejemplo Kwameh Nkrumah, de Ghana --- salieron de las prisiones para ocupar las presidencias de sus países.

Estados Unidos, con relación a Puerto Rico, ha burlado el mandato internacional, con su desprecio tipo “patito feo” --- y lo hace porque tiene poder para hacerlo.  No derecho, pero sí poder y la Isla dócil se lo permite. ¿Hasta cuándo? Eso es lo que está planteado por los acontecimientos de esta semana.

lunes, 6 de julio de 2015

El NO de los Griegos: Un SÍ para Grecia


La Unión Europea, dirigida financieramente por el Fondo Monetario Internacional --- su banco inversionista --- acaba de recibir una lección a manos de una pequeña nación  que fue cuna de la Civilización Occidental desde mucho antes del notorio Siglo V de su florecimiento bajo la dirección magistral de Pericles, a su vez sucesor de la pléyades de grandes patriotas como Clístenes, Solón y Temístocles.

Un pueblo relativamente pequeño a la altura del siglo XXI, con once millones de aguerridos luchadores de la civilización y la democracia --- con Atenas como “la escuela de Grecia” en su tiempo y la fundadora de Europa y de la Civilización Occidental por su impacto político y cultural,--- se enfrenta hoy a los bonistas del mundo, que quieren succionar su economía para beneficio del Fondo Monetario Internacional.

No se trata de que los gobiernos griegos no hayan incurrido en excesos demagógicos con la riqueza del pueblo, ni que no deba cumplir con sus compromisos financieros asumidos por administraciones anteriores.  Se trata de la realidad fiscal y económica de Grecia, que a la vez que quiere cumplir sus compromisos, no quiere y no puede, y no debe comerle las entrañas a su pueblo para pagar los excesos y afrentamientos de sus gobiernos anteriores y de los buitres internacionales de la especulación.

Ante esa pretensión, la respuesta griega no podría ser otra: ¡NO! Ese no a los banqueros de Europa es un SÍ sonoro al pueblo trabajador griego.

Grecia y Puerto Rico son muy diferentes, pero se parecen.  ¿Dónde está el NO nuestro? Y ¿qué forma tomará?.  ¡Me temo que la entereza griega no ha llegado a nuestras playas!

Los Signos de Nuestra Crisis: Peligro y Oportunidad


Si ante nuestra crisis fiscal y política optásemos por lamentar el pasado y ajusticiar a los responsables de crearla, quizás sentiríamos un alivio emocional pasajero.  Pero la crisis quedaría intacta, retándonos primero a entenderla y luego a superarla.

Yo he criticado al Gobernador, al principio de su gestión, por no explicarle al pueblo los contornos del desbarajuste heredado, pero la utilidad de ese enfoque claramente está agotada.  El problema ahora no es el pasado sino el futuro.  Como ha dicho el reputado periodista del New York Times Thomas Friedman, en una densa obra --- La Tierra es Plana --- el asunto ante los políticos y analistas de la crisis mundial de la guerra y la paz, del crecimiento económico y la justicia --- norteamericana y mundial --- es uno de sueños y no de recuerdos.  Los recuerdos no resuelven nada, los sueños --- visión y voluntad --- han sido siempre la entrada a un futuro mejor.

La discusión partidista y las actitudes y actuaciones con vistas al foro del pueblo son necesarias e inevitables en la democracia.  El asunto es que no se puede sujetar la gobernación a la exigencias de la inmediatez partidista, porque donde no hay visión clara y voluntad firme de futuro el pueblo perece.

Por lo anterior pienso que todo análisis y defensa del Gobernador en términos partidistas, lo que hace, lo que proyecta y lo que manipula en términos visiblemente electoreros, no tiene importancia, pues es inevitable y esencia de la democracia misma.  Lo importante es lo que produzca --- los sueños --- mediante las acciones dirigidas a conjurar la crisis.  Lo otro carece de importancia, excepto para sus defensores o detractores.  Porque eso es la política partidista.  La acción está en otro  lado:  en el proyecto de gobernanza, en su visión, su estrategia, su programa con carácter de juramento, y las acciones necesarias para instrumentarlo.

El pasado ya no importa.  Es puro recuerdo.  Lo importante es el proyecto de futuro, pero para eso hay que renunciar a Satanás y a todos sus secuaces, que son el narcisismo, el protagonismo y el juego de las apariencias.

viernes, 3 de julio de 2015

Los Convidados de Piedra a la Hora del Sacrificio


El Gobernador García Padilla ha convocado al liderato del País a conversar, a analizar juntos la condición fiscal del País y la crisis de recursos y servicios de todo tipo que depende de la salud económica del Estado.  El martes pasado le tocó --- en esa pasarela patética de los responsables de la crisis --- a los exgobernadores y expresidentes del Partido Popular, como grupo, y a otros miembros de la oposición individualmente.  Pero de todo ese desfile sobresalen, por su reiterada conducta cínica acerca de sus actuaciones oficiales del pasado y su conocida avaricia por el dinero público, los dos hermanitos siameses, Rafael Hernández Colón y Carlos Romero.

En el conjunto de los exgobernadores populares sobresalió la esfinge cara de lata del Narciso de Ponce.  Entre los demás, el “maravilloso” Carlos Romero.  Ambos, ante la tragedia moral que vive el País a causa en gran medida de sus actuaciones, reclaman para sus privilegios la categoría de “derechos adquiridos” como fundamento de su insolidaridad con el proceso de dramático empobrecimiento del pueblo.  Trate el lector, si puede, de imaginarse a un Luis Muñoz Marín, un Roberto Sánchez Vilella, un Antonio Fernós Isern, entre muchos otros de la generación ejemplar de los años 40 al 70, reclamando derechos a la chupadera, tipo sanguijuela, de un fisco en quiebra y un pueblo golpeado por las contribuciones que tiene que pagar para mantener a flote al Estado Puertorriqueño.

Los convidados de piedra tipo cara de lata representan un vómito moral que denigra la clase política del País, ellos que tan bien la representan.

Normalmente este tipo de político cree que esta actuando “para la historia”.  Bien, que se ocupen nuestros historiadores de verdad, que se aseguren, dejarle dicho a las futuras generaciones el tipo de calaña fenicia de estos chupópteros insaciables, mientras el pueblo gime y financia su avaricia.

jueves, 2 de julio de 2015

El Mensaje: Mejor Tarde que Nunca


Sobre las cosas deseables y convenientes no puede haber dudas: es mejor tarde que nunca.  Pero en asuntos en los que le va la vida al pueblo, que no es directamente responsable de las fechorías politiqueras de sus gobiernos, aunque de buena fe los elige en la medida de sus luces, no hay duda de que es mejor tarde que nunca. Por eso el pueblo no puede gobernar directamente, y lo hace --- bien o mal --- a través de su clase política, en el caso que nos ocupa desde Luis Ferré y Carlos Romero a Rafael Hernández Colón y Aníbal Acevedo Vilá y Sila Calderón.  Luego de ellos, los perversos Pedro Rosselló y Luis Fortuño.

¡Aquellos polvos traen estos lodos!  Por fin Alejandro García Padilla le ha dicho la verdad al pueblo, verdad que sabía y encubrió desde la primera semana de su incumbencia:  que este País está económica y fiscalmente quebrado.  El gobernador buena gente no quería sonar áspero y negativo ante los que destruyeron las finanzas del País, ni personal ni institucionalmente.  Llamé a esa actitud, bien temprano, una de “optimismo metodológico”, una receta de inevitable fracaso.  A los dos años y medio de lapachero aritmético y fiscal, el hombre confiesa.  ¿Cuándo se dio cuenta del desastre?

Su mensaje fue elocuente, realista.  Por primera vez, transmitió a su pueblo una fibra emocional y moral, y le puso fin, uno espera, al gobierno publicitario de su pequeño gabinete de familia y aduladores de Palacio.

Es hora de que todos respondamos a su llamado de colaboración patriótica.  Lo otro sería destruir al pueblo con tal de vilipendiar políticamente al Gobernador.  Despreciable actitud de parte de los principales responsables del desastre heredado.

Luego hablaremos de la receta para el futuro.

La Semana de Obama


A principios de esta semana la Corte Suprema de los Estados Unidos reafirmó la constitucionalidad del Obamacare, ese odiosa símbolo anticristo de la rancia derecha republicana, patrones de las aseguradoras de salud, de los consorcios de hospitales y laboratorios, al servicio de la oligarquía médica que ven en la salud de los ciudadanos una fruta de lucro asequible con sólo estirar la mano muerta de los monopolios y los oligopolios de la salud.

Resulta irónico que fuera el Juez Presidente Roberts quien asegurara la mayoría de la Corte para los pacientes pobres y de clase media esquilmados por la oligarquía de la salud.  Una histórica victoria de Barack Obama, que siembra esa decisión como legado del liberalismo social norteamericano iniciado por Franklin D. Roosevelt en 1933, y continuado por Harry Truman, Lyndon Johnson, Jack Kennedy, Jimmy Carter y Bill Clinton.  Se trata de una victoria transformadora de la estructura social americana en lo referente a la salud del pueblo, difícilmente reversible en un futuro predecible.

Ahora bien, no bien se hubo secado la tinta en esa decisión cuando el Juez Presidente Roberts presidió, afirmativamente, sobre otra dramática decisión transformadora de la urdimbre valorativa de la nación: la validación constitucional del matrimonio entre personas del mismo sexo, como un derecho fundamental garantizado por la Enmienda XIV, constitutivo del derecho humano previo al Estado.  Un poder y un derecho no delegado al Estado por el contrato constitucional.  Con ello se pone fin en los Estados Unidos a la tiranía de la ignorancia, de la musaraña moral, y a la dictadura insostenible de curas y pastores sobre una humanidad indefensa intelectualmente ante los chanchullos de las religiones y los tiranos, desde los días del Emperador Constantino.