miércoles, 16 de mayo de 2012

Crimen y Castigo: Liderazgo y Demagogia

No es justo para un líder de una sociedad altamente criminalizada tener que responder en forma clara, luminosa y consistente, a las alternativas de confrontación efectiva con criminales empedernidos, como si fuesen jóvenes desorientados que caen en la tentación del asesinato brutal, masivo, insensible, en la negación de todo rastro de humanidad.

Pero ese es el predicamento a que se ha enfrentado Alejandro García Padilla con relación a la propuesta enmienda a la Constitución para permitir que a ciertos asesinos profesionales --- después de toda la discusión fiscal y de jueces a cargo de los casos --- se les niegue automáticamente, absolutamente, el derecho a la fianza, esto es, a la liberación inmediata y automática, sin que medie un estudio a fondo y documental sobre la índole de su crimen, en protección de la sociedad, como ocurre en los Estados Unidos y en la mayor parte del mundo civilizado.

Suponer que un líder político, jefe político de un partido y candidato a dirigir el País no tenga la opción de rectificar juicios previos, que tiene que ser ejecutor mecánico de juicios de la masa de su partido, es ignorar lo que significa el concepto mismo de liderato democrático.

En la democracia, el líder va al frente.  A veces lo siguen y a veces no.  Pero en ningún momento ese liderato se acredita sacando cuenta de cuántos lo van a seguir o no.

En el caso del respaldo de Alejandro García Padilla a la negación de fianza a criminales empedernidos, se trata de preferir el bien común al bien particular.

En todo caso, el que debiera explicar su hipocresía es Luis Fortuño.  Porque si es sincera su convicción de que la enmienda ayuda a resolver el problema de la criminalidad, debió citar una conferencia de prensa para celebrar que los dos líderes políticos del País --- gobierno y oposición --- estaban de acuerdo en defensa del pueblo contra los asesinos.  Pero aún en este caso es politiquero hipócrita y mendaz.  Ataca a García Padilla porque García Padilla está de acuerdo con él.  Lo cual prueba que su propuesta enmienda no es honesta, es politiquear, y que si el pueblo la aprueba será a pesar de él.

Yo votaré por esa enmienda constitucional.  Y al otro día de su aprobación, Alejandro García Padilla celebrará la corrección de su intuición moral.  Fortuño lo celebrará en forma desabrida, porque se le negó el argumento demagógico contra García Padilla.  De cualquier manera, Alejandro y el pueblo saldremos ganando.

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