Hablamos
de la democracia como sistema electoral que honra limpiamente la voluntad del
pueblo, sea en primarias o en elecciones.
Que a más de un mes de celebradas las primarias del PNP no se le haya
podido informar al País lo ocurrido --- especialmente en lo del fraude masivo
dirigido por Héctor O’Neill en el distrito 6 de Guaynabo City --- con la policía
municipal y otros funcionarios públicos de ese municipio, desdice mucho del
carácter y la ética de Luis Fortuño, lo que el llama “los valores”, sus valores
en este caso. En vez de asumir el
liderato en la investigación del fraude, reúne al Directorio de PNP para atacar
la labor escrupulosa del Juez Conty, que quiere ir a la raíz de esa corrupción política
del alcalde y del PNP, y pide “Silencio” y “Prisa” --- ¡que acaben ya!, de tal
manera que el pueblo no se entere a fondo de la dimensión del fraude que ahora
Fortuño quiere tapar, como el gato la porquería.
El
gobernador se ha desnudado a cuerpo entero como consentidor de ese fraude, abandonando
la función ética de dirigir moralmente su gobierno. ¡Lo que natura non da, Salamanca non presta!
Al otro
lado de esta corruptela política --- ¡Puerto Rico lo Hace Mejor! El robo, el fraude electoral, el
desprecio a la voluntad del pueblo --- en la AEE y en todas las agencias
corrompidas por este simulacro de gobernador.
Guaynabo
City --- ¡pobre ciudadanía!
Insegura, con una policía y un alcalde corruptos, y desconfiada de sus
motivos y de su hambre insaciable de dinero y de poder. Expropia a los pobres y se arrodilla
ante los ricos. Destruye las
comunidades especiales y le hace adornos de muñeca a los potentados de Garden
Hills, Ramírez de Arellano y Torrimar.
En
defensa cerrada de O’Neill han comparecido los alcaldes locuaces de Yauco y Toa
Baja: los marrulleros de oficio en
defensa de la corrupción de robo de agua, luz y primarias.
Un sólo
recurso tiene el pueblo para despojarse de esta pandilla mafiosa: el voto. Que lo concentre para asegurarse que pone fin a esta
pesadilla. Que no lo bote en
partiditos ilusorios, que sólo conseguirían, si alguien sigue sus quiméricas fantasías,
re-elegir a Fortuño y a Rivera Schatz.
¿Se
puede ser tan ingenuo, o tan bruto?
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