Visualice
el lector la faena frustrante de una ama de casa dedicada al orden y la
limpieza, que con una poderosa escoba barre las cucarachas, las ratas y demás
sabandijas de la sala de sus casa para ver --- al voltearse de su faena higiénica
--- que esas ratas y comparsa han reentrado por la puerta de atrás.
Eso es
lo que ha pasado en Puerto Rico durante el pasado mes y medio: el pueblo, con sus votos limpios y
honestos, limpió la Fortaleza y la Legislatura de los roedores del tesoro público
--- ratas y cucarachas de nuestra vida pública --- para ver con tristeza e
indignación cómo Luis Fortuño ha enarbolado sus verdaderos colores de rata
mayor que preside la exaltación de la podredumbre que ha sido su saqueo del País
durante los últimos cuatro años.
Faltan
palabras para describir esa traición a la buena fe ingenua del País que lo eligió.
No hay
remedio: en virtud de las actuaciones
de Luis Fortuño, no sólo durante sus cuatro años de gobernación, sino durante
el último mes y medio, podemos decir, a contrapelo de nuestros deseos de
expresión civilizada, que Luis Fortuño no ha sido otra cosa que la actuación de
un embustero, una rata, un obsceno farsante que, en el campo en que yo me crié,
los jíbaros llamaban tusa --- la mazorca de maíz, sin el grano, que se usaba
para lavar la parte sur de los caballos que caminaban hacia el norte.
Abusar
de la ley, de los hábitos públicos civilizados que heredó de administraciones
anteriores --- PPD y PNP --- e insultar al pueblo que lo derrotó imponiéndole
las cacatúas que le rodean como un fardo que derrote la voluntad expresada por
ese pueblo, cualifica a Fortuño como una vergüenza en nuestra historia. No hay palabras. La carita de monaguillo encubría un
farsante que se las tira de listo, de jaiba, cuando lo único que es realmente
es un fresco.
Se dice
que el pueblo es olvidadizo. Eso
es parcialmente cierto. Pero la dimensión
de la desfachatez de Luis Fortuño y sus esclavos legislativos lo hacen
inolvidable.
¿Podrá
alguien hablarle a esta País en el futuro de una alternativa PNP para sus
males? ¿Qué piensa Pedro
Pierluisi, producto de Rosselló y Fortuño, de estas obscenidades? ¿Será Pierluisi el próximo muchachito
bueno que produzca el PNP para rescatar al País y traicionarlo después? ¿Con la
compañía en que anda? ¿Cuántas
veces morderá el pueblo ese anzuelo venenoso?
Hace
unos meses, en uno de los primeros escritos de este espacio afirmé que en mi
memoria de 74 años observando campañas políticas, la que dirigió Fortuño contra
Alejandro García Padilla ha sido la más sucia de nuestra historia. Así lo confirman los visitantes a ese
espacio. Sin embargo, ese adjetivo
se queda pálido ante la inmundicia fortuñista del pasado mes y medio. Pasó de la peste al origen de la
peste. ¡Así le consta al pueblo!
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