Dos
eventos dramáticos han sacudido durante los últimos dos días la fibra sicológica
y moral del País. Un joven
publicista de Caguas es vilmente secuestrado y asesinado por cuatro jóvenes
para quitarle 500 dólares. Eso por
un lado, el lado de abajo. Por el
lado de arriba, por las altas curules del gobierno de Puerto Rico, desacreditado,
saliente, derrotado por el pueblo, se establecen récords de desfachatez, de
carencia total de vergüenza personal y administrativa, cuando los directores de
las dos agencias más vandalizadas por las ratas roedoras de Fortuño y el PNP se
aferran ilegalmente --- de la inmoralidad ni se diga --- para seguir ordeñando
vilmente los haberes públicos en la AEE y en la AAA --- luz y agua --- por unos
personajes de cara de lata, José Ortiz y Josué Colón, aferrados con “crazy
glue” a sus puestos, y aumentándoselos, cuando el pueblo acaba de
despedirlos. No tienen tan
siquiera la vergüenza de reunirse y deliberar, sino que por teléfono obtienen
el voto de algunos --- uno no sabe si de los sobrios o de los alcoholizados ---
para un nombramiento ilegal de Director Ejecutivo de la AEE de Josué Colón, a
los fines de aumentarle la pensión.
¡Ratas en las sombras de la noche!
El otro
personaje siniestro de esta comedia --- porque sus personajes no cualifican
para tragedia --- es el polifacético --- de muchas caras --- José Ortiz: cínico,
oportunista, altanero y buscón de puestos públicos fingiendo con cada partido
ser de los suyos. Engañó a Aníbal
Acevedo Vilá, cuando ganó Fortuño se desenmascaró, alegando que ahora sí, que
se habían alineado los planetas.
Es un cafre, e insiste en probarlo cada día que pasa. No vale la pena analizar su record de
embustes y fracasos, porque al hombre le falta lo que nuestros jíbaros aun
llaman “calor en la cara”.
El
nuevo gobierno se encargará de estos desperdicios sólidos desde el 2 de enero próximo. ¡Dejad que los muertos entierren a sus
muertos!
El otro
drama humano que destaco hoy se refiere al asesinato de un joven publicista de
Caguas, por cuatro jóvenes, dos varones y dos mujeres. Aquí hay dos dramas, el de la muerte
vil y sadista de José Enrique Gómez y el de la conducta ejemplarizante de la
madre de uno de los asesinos, que asumiendo su responsabilidad de madre y ciudadano,
opto por la justicia en vez del encubrimiento.
¡Qué
ejemplo para Luis Fortuño, quien ha roto todos los records de mendacidad para
encubrir el vertedero moral y legal que fue su administración!
¡Valores! ¿Quién dijo valores? ¿Cuáles?
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