domingo, 2 de diciembre de 2012

Los Palestinos son los Judíos de Nuestro Tiempo


A los 13 años, cuando me asomaba a la historia universal, el pueblo judío andaba por la “Diáspora” --- principalmente por Europa y Estados Unidos.  Palestina, que es el nombre histórico correcto de las tierras hoy en disputa, era de los palestinos.  De 1918 en adelante, apoyados por Inglaterra, “la pérfida Albión” imperial de aquel mundo del Oriente Medio, y los Estados Unidos después, se convirtieron en los padrinos del Sionismo, una ideología religiosa y política que supuso la represión del pueblo palestino a favor de los sionistas que fundaron a sangre y fuego --- a lo Otto Von Bismarck --- el actual estado de Israel.

De 1947 hacia acá, de una Palestina de los palestinos, se ha creado, a bombazo limpio, un estado judío intolerante, expansivo, y genocida contra lo que queda del pueblo palestino en la ribera oriental y Jordania y el pequeño estrecho de Gaza.  Israel sigue expandiendo su población, a tiro limpio, a costa de los indefensos palestinos.

La paradoja brutal que esta opresión representa reside en el hecho de que las víctimas del genocidio de Hitler y Stalin son ahora los victimarios.  Aprendieron la lección al revés, y para realizarla cuentan con el respaldo incondicional de los Estados Unidos, ya que aunque conforman sólo el 2 o 3 por ciento de la población norteamericana, dominan las alturas estratégicas de su economía en la banca, la industria y el comercio.

Recientemente el Primer Ministro de Israel, Netanyahu, pretendió dictarle la política exterior a Obama, antes de la elecciones, sobre Irán.  Obama, para su mérito como líder, resistió el chantaje.  Pero Estados Unidos financia el aparato militar judío y después pretende sorprenderse de que lo usen genocidamente contra los palestinos.

¿Puede Estados Unidos ser mediador honesto para la paz en Palestina?  Usted amigo lector, sabe la respuesta. Esa es la tragedia del pueblo palestino.  La víctimas del “holocausto” aprendieron demasiado de sus victimarios.  Su razón es la fuerza, y los Estados Unidos, la más grande potencia militar de la historia, se conforma con ser rehén de los derechistas judíos.

No se sorprenda el lector si los profesionales del sionismo llaman a estas ideas “antisemitas” --- conocemos de sobra el mensaje y nos resbala.

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