Enfrentados
con seriedad y con inteligencia a la crisis total por la que atraviesa nuestro
pueblo, no me queda duda de que su carácter comprehensivo demanda un análisis y
una respuesta total, completa, integrada.
Nadie
puede dudar de la buena voluntad y la motivación del gobernador Alejandro García
Padilla para remediar por lo menos, si no conjurar totalmente la crisis
heredada de la administración Fortuño.
De lo que puede dudarse es de la viabilidad y la eficacia de su enfoque
parcial, a pedazos, uno hoy y otro mañana a una realidad que es total,
envolvente, que demanda una radiografía --- un CT Scan total --- del organismo político
administrativo que es Puerto Rico.
Ya
tenemos evidencia palpable de que su enfoque atomicista --- uno a uno de los
numerosos problemas que nos aquejan como gobierno y como pueblo, no funciona,
no es efectivo, no es entendible, no es relevante a la magnitud de la crisis,
ni a las penurias del pueblo. Todo
lo contrario, los enfoques parciales suscitan protestas, inconformidades y un
sentido de injusticia.
No cabe
duda de la gravedad de la crisis fiscal y financiera que la pesadilla de
Fortuño dejó como herencia. Pero
es extraño e increíble que Alejandro actúe como si la ejecutoria de Fotruño no
hubiera ocurrido y que, por el contrario, hay que continuarla, de tal manera
que a los cuatro meses de las elecciones el equipo administrativo de Fortuño
está todavía gobernando, a ciencia y paciencia del gobernador, como si
compartiera su filosofía con lo que fue la perversidad del derrotado. Porque, ¿para qué compareció el pueblo
al colegio electoral? A cuatro
meses no hay una respuesta a esa pregunta.
Vamos a
lo específico. Retiro es la rueda
de molino que puede llevarse al País al fondo del mar, y hay que
reestructurarlo actuarialmente.
Uno puede o no discrepar de las propuestas específicas del gobernador, pero de que hay que
reestructurar el sistema no puede haber duda. Y como se trata de una virtual quiebra, los remedios van a
doler. Pero duelen más porque se
presentan las propuestas de solución aisladamente, alterando los ingresos de
los pobres y los medianos, mientras que dejan intocados los de los ricos dentro
del sistema.
¿Cómo
es posible que se hable de reducir las míseras pensiones de la mayoría de los
retirados --- actuales o futuros --- mientras las pensiones escandalosas e inmorales
de los jueces se quedan intocadas?
¿Cómo es posible además que se queden intocadas las pensiones y escoltas
de los exgobernadores millonarios --- que cuestan millones --- mientras se recortarían
la de los maestros, policías y otros servidores públicos de clase media y
baja? Además, ¿cómo es posible que
se financien al son de millones, las Fundaciones de los exgobernadores,
dirigidas a inflar sus egos, sin nada productivo aportado a la cultura del País? ¿Pirámides de dinero para Faraones de
papel en este rincón del trópico?
Todo ello a la vez que se suspenden los pagos por enfermedad a los policías? ¿En qué País vivimos? ¿En un Wall Street grande de 100 x 35?
Todo
esto sin mencionar la pasividad hasta la fecha del gobierno de García Padilla
sobre la evasión contributiva de la plutocracia económica del País y de los
profesionales que cobran en efectivo sin dejar rastro aparente para Hacienda,
excepto el contraste entre lo que informan como ingresos y la opulencia de sus
vidas. Todo esto es investigable y
adjudicable si se tiene voluntad para ello. A esto es que llamo un enfoque integral. Lo demás es lo que el pueblo se
sospecha: la soga partirá por lo
más finito. Ese no es el Partido
Popular ni de Luis Muñoz Marín ni de Roberto Sánchez Vilella.
Se está
ventilando la idea de una amnistía contributiva, propuesta por el
representante Hernández. Se trata de intereses, recargos y
penalidades. Hoy la Secretaria de
Hacienda endosa la idea a mitad, limitándola a los comerciantes que no envían
el IVU a Hacienda. Otra vez aquí
se favorecería a los negocios y corporaciones y se deja a pie al ciudadano
pobre y medio que le debe a Hacienda porque no puede pagarle. Es decir, se premiaría al que se queda
con el dinero ya pagado por el consumidor, y se castigaría al contribuyente
honesto que sencillamente no ha podido pagar porque no tiene con qué. ¿Qué clase de escala de valores es esa?
Confío
que en su trabajo legislativo los representantes de ese pueblo pobre y mediano
corrijan ese desbalance moral en la amnistía propuesta.
En su
enfoque parte por parte el gobernador corre el riesgo de enojar grupos parte
por parte. Un enfoque completo,
integral, mediante el cual cada sector sepa que los otros sectores están
contribuyendo también a conjurar la crisis, podría convocar a una solidaridad
que sea producto de encontrarnos todos remando en la misma dirección, en el
mismo bote. Podríamos descubrir también
que tenemos un líder.
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