En los
comienzos del siglo pasado, a partir de la invasión norteamericana hasta 1940,
el republicanismo puertorriqueño --- hoy PNP --- escenificó en nuestro cuerpo político
la conducta más despreciable de nuestra historia: la violencia y la compra de
votos a falta de respaldo público para el asimilismo político y las
consecutivas derrotas, de 1904 a 1932.
El cáncer
de aquella organización política --- republicanos de Barbosa, y luego de Rafael
Martínez Nadal --- desde 1904, se manifestó en la violencia organizada y la
compra de votos. Luis Muñoz
Rivera, el líder del autonomismo y de Puerto Rico en la última década del siglo
19, y durante década y media del siglo 20, tuvo que abandonar el País,
amenazada su vida por los republicanos de Barbosa. Le destruyeron su imprenta de la Democracia, y a falta de
votos aterrorizaron el País con lo que vino a llamarse “las turbas
republicanas”, que se extendieron
hasta 1940.
Hoy, en
pleno siglo 21, esas turbas y esa mentalidad de turbas, están de regreso en
Puerto Rico. Las representan, en
Fajardo, Aníbal Meléndez, el alcalde y cacique y dueño del poblado de Fajardo,
cuna del gentil y honorable líder del liberalismo puertorriqueño del siglo 20,
Don Antonio R. Barceló.
Ha expresado
el cacique Meléndez que sus opositores políticos, los populares, lo que merecen
es ser atacados físicamente y escupidos, y que eso es lo que él haría.
Ahora
bien, la violencia republicana de las turbas del siglo pasado no se limitan a
la violencia física. Esta venía
acompañada de una violencia institucional contra el sistema democrático
electoral, consistente en la compra del voto y el fraude electoral. Esta segunda dimensión de las turbas la
representa hoy Héctor O’Neill, el alcalde y diz que dueño del municipio de
Guaynabo, mediante un masivo fraude electoral en las pasadas primarias de ese
municipio. Siete empleados suyos,
de la máxima confianza, perpetraron ese fraude, y se les ha determinado causa
probable. Otros trece están en la
misma ruta judicial. Tienen que
escoger, o van presos o dicen la verdad sobre el fraude organizado por el
alcalde.
Violencia
física, discurso violento, robo electoral --- he ahí la encarnación de las
turbas republicanas, en Fajardo y Guaynabo. Compañeros estos de Marcos Rodríguez Pujada y Tomas Rivera
Shatz. Eso es el liderato vociferante
del PNP hoy, para desgracia de la democracia y la paciencia del pueblo de
Puerto Rico, que observa.
¡Turbas! Ese es el DNA político que aflora,
desde las profundidades del siglo 20, en Aníbal Meléndez y Héctor O’Neill.
Excelente como siempre Don Jose Arsenio excelente
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