jueves, 5 de diciembre de 2013

Chismes, Garatas y Confrontaciones Legislativas


La Legislatura de Puerto Rico, a falta de oficio, nos entretiene con la insulsa chismografía de bajo mundo, sobre quién presentó un proyecto primero, cuántos empleados tiene cada legislador, y quién agarra primero una idea flotante en la opinión pública para producir un escarceo personalista de protagonismo bobo.

Pero eso, lo anterior, no tiene importancia.  Lo otro, las garatas por oficinas y presupuestos, por reclamos de prioridades en la radicación de legislación, tampoco vale el tiempo ni el espacio que se le dedica en los medios.  Son garatas, reclamos, afirmaciones egocéntricas, que no pasan de ser episodios temperamentales e idiosincráticos.  Mucho ruido y pocas nueces.

Existen, sin embargo, en el trajín legislativo, confrontaciones de ideas, de propuestas, cuyas consecuencias incidirían de una manera importante en la vida del País.  Porque se trata de ideas y de enfoques altenativos, que de actuarse sobre ellas implicarían cursos de acción que marcarían una diferencia en nuestra vida colectiva.

Tómese como ejemplo de lo anterior la confrontación entre los senadores Bhatia y Cirilo Tirado sobre el rumbo, la estructura y la modalidad propietaria que debe tomar la Autoridad de Energía Eléctrica.  Porque si el problema es importante, el costo y la inversión considerable, y el producto es esencial para el pueblo de Puerto Rico, bien vale una misa, es decir, esa confrontación resulta llevadera a la luz de lo que le va y le viene al País en el curso de acción que se tome.

A mí no me asustan las confrontaciones de ideas y de personas cuando se trata del Bien Común de todos los puertorriqueños, como es el caso de la energía eléctrica en Puerto Rico.

En este asunto, como en muchos otros, valdría la pena para los interesados o preocupados por esas confrontaciones, repasar las enseñanzas de los padres de la Constitución americana: Madison, Hamilton y Jay, que en los ensayos de El Federalista defendieron estas confrontaciones como útiles y necesarias para esclarecer y determinar el curso futuro del País.  En los Artículos 10, 49 y 51 de ese documento se analiza el problema de las confrontaciones políticas como materia prima de los consensos construidos a partir de diferencias tajantes.  Porque a fin de cuentas, la ambición personal de los protagonistas se combina en la práctica con la función constitucional de las posiciones que ocupan, y producen --- construyen --- las avenencias indispensables para cuajar legislativamente el Bien Común.

Chismes, changüerias, hay que darlas por sentado.  Garatas y ruido, producto de valores y ambiciones diferentes constituyen la materia prima del consenso.  Confrontaciones reales de valores y cursos de acción, de eso se trata específicamente el método de la democracia.

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