Las primeras
cinco estrellas de mi título de hoy aluden al reconocimiento --- las notas que
confiere un viejo maestro --- a cinco escritos, lúcidos, sagaces, con que cinco
analistas de nuestra vida pública han regalado sensatez a plenitud sobre los
problemas que nos aquejan como pueblo.
Es decir, que echo por delante el placer que me causa la inteligencia y
la cultura bien utilizadas en pro de la ilustración pública.
Las
segundas cinco estrellas van dirigidas a los autores que con estas líneas
premio con mi admiración, a colegas escritores que me acompañan regularmente
--- con sus respectivas columnas en El Nuevo Día --- en el intento de descifrar
el laberinto puertorriqueño que hoy más que nunca vivimos, padecemos. Se trata de los escritos regulares ---
por lo menos semanales --- de cinco cabezas claras, cultas y cívicamente
patriotas: el economista Sergio
Marxuach, la escritora Carmen Dolores Hernández, el doctor Efrén Rivera, la
escritora Mayra Montero, y el periodista-analista Benjamín Torres Gotay. No los conozco personalmente, aunque quizás
ellos me reconozcan a mí por haberme requedado tanto tiempo sirviéndole a mi País. Pero ni falta que hace: los conozco por sus frutos.
Me
emociona saber que, entre otros, por lo menos estos cinco sirven de atalayas de
claridad y sensatez, en la función que Albert Camus llamaba “testigos de la
ciudad”.
Los artículos
a los que aludo son --- en el caso de Sergio Marxuach --- del domingo 24 de
noviembre, donde recuerda a los políticos y burócratas de la educación la
finalidad de “educare” --- la capacitación reflexiva y crítica de la
inteligencia como condición posibilitante de todas las otras y eventuales usos
de esta para la vida cívica y económica.
En esa
misma edición de El Nuevo Dia, la escritora Carmen Dolores Hernández analiza el
proceso de selección del Presidente de la UPR, a modo de concurso mediático: sin sustancia, sin responsabilidad a la
luz de la alta encomienda del agraciado, de espaldas a la naturaleza del saber y la cultura universitaria y en más que
segura garantía de mediocridad, como si los pasados diez años no hubiesen
agotado esa desvalorización de lo que fue una vez la Universidad de Puerto
Rico.
El
pasado 30 de noviembre, en el mismo periódico, el doctor Efrén Rivera, Catedrático
de Derecho, nos regaló un enjundioso análisis, filosófico y político, de la
pena de muerte, y de la obsesión de Fiscalía Federal en busca de una víctima
para asesinarlo con la pena capital, en dirección absolutamente contraria a la
Europa y la América civilizada --- en parte. Mientras Estados Unidos hace arreglos con los países
civilizados que abolieron la pena de muerte, en la Corte Federal de Puerto Rico
están buscando --- como los perros de Pavlov al sonido de la campana --- un
acusado para matarlo, en nombre de la justicia.
En
torno a estos tres ensayos de vanguardia intelectual y ética, Mayra Montero y
Benjamín Torres Gotay se unen semanalmente y suben a la torre de la vigilancia cívica
--- atalayas también --- contra la corrupción, la ignorancia y la
incompetencia.
Ahora
sí que digo yo, ¡qué nos haríamos si no los tuviéramos!
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