Según nos vamos
reconociendo accidentalmente por calles y establecimientos--- públicos y
privados --- se reenacta en nuestros espíritus una memoria vivificante del
saber y la enseñanza en aquellos casos, la mayoría, en que mis ex-discípulos
agradecen aquella relación fortuita, pero formativa para ambas parte.
A la luz de los
famélicos sueldos que entonces pagaba la Universidad, ese recuerdo y reconocimiento
constituyen un ingreso síquico que compensa---no importa lo tardío--- la anemia
económica de profesor universitario.
Llevo en la cabeza
nombres y profesionales de excelencia que hoy sirven al País, sin contar los
prematuramente fallecidos.
En esa lista puedo
destacar nombres de HONOR --- servidores públicos y profesionales privados---
de una sola pieza. Son
ex-discípulos que honran al País y a sus maestros. Una breve lista de ellos incluirán a Carlos Vizcarrondo, ex
-”Speaker” de la Cámara y hoy respetado juez del Tribunal Apelativo y al Doctor
Iván González Cancel, eminente cirujano cardiovascular, hoy perseguido por Luis
Fortuño, aunque no le llega ni a la planta del pie, como persona y como
profesional, por el pecado de aspirar--- en su derecho democrático --- a una
primaria dentro de su partido.
Incluye también, alta en la lista, a la juez Consuelo Vargas de Cerezo,
cuya integridad e inteligencia compensan la mediocridad moral e intelectual del
Tribunal Federal de Puerto Rico.
En el mundo político práctico tengo que destacar al licenciado Irving
Faccio, prominente jurista y administrador de campañas.
La lista seria
inagotable, y en general distinguida, moral e intelectualmente. Pero como en
la Viña del Señor, hay de todo, y resaltan los que componen la otra lista, la
lista del DESHONOR. Esta lista la
preside, para vergüenza retroactiva de su maestro, el licenciado Ángel Cintrón,
procurador de corrupciones, difamador en jefe, aprovechado sin limites de la
golosina del poder accidental que ostenta.
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