domingo, 25 de marzo de 2012

"Manual para la Toma Fascista de un País Democrático --- por Luis Fortuño (Primera Edición)"

Si se quiere en un país democrático destruir el “propósito público” de servicio a las necesidades de su población, hay que seguir un orden estricto de procedimiento:

Primero:  Declarar una emergencia económica que le permita al mini-caudillo destruir el servicio público.  Bote a docenas de miles de servidores y traslade el dinero que se ahorra a los amigotes de la oligarquía privada, y a sus propios alcahuetes políticos, en forma de millonarios contratos, sin subasta, y sin cualificaciones profesionales para rendir servicios reales.

Segundo:  Acompañe esa ley draconiana, de jefe de Junta Militar --- Mussolini, Hitler, Franco, Stalin, Pinochet, Fidel Castro --- con otra declaración, de emergencia energética, para rajar al País en dos, de Sur a Norte, con el Tubo de la Muerte, en un salvaje ataque a la naturaleza de una pequeña Isla --- y llámele al proyecto, cínicamente, Vía Verde.  Mientras el pueblo rechaza el proyecto, y las agencias federales lo soban, reparta cientos de millones de dinero público a amigotes de la misma oligarquía que lo hizo rico a él y a su esposa, antes de que el País se entere de la tirada.

Tercero:  Como el partido de gobierno no está solo en ese soberao democrático, y se le pueden enfrentar objeciones constitucionales y legales, identifique quiénes son los objetores usuales a nombre del derecho --- como el Colegio de Abogados --- y destrúyalo de un plumazo legislativo y firma instantánea del mini-caudillo.

Cuarto:  Si aun así la sociedad civil, creyendo aún que vive en una democracia, insistiera en acudir a los árbitros establecidos por la Constitución para defender los derechos del pueblo --- el Tribunal Supremo --- destruya su independencia judicial rellenándolo de alcahuetes partidistas aunque no tengan prestigio jurídico, ni méritos profesionales ni moral personal que nuestros jíbaros de antes llamaban honor y vergüenza --- de manera que el pueblo no tenga donde acudir en reclamo de justicia.  El propio Tribunal Supremo ha declarado mayoritariamente, y por voz del líder del caucus PNP --- el Juez Martínez --- que las decisiones del Tribunal tienen que acogerse al resultado de las elecciones.  Ese cerdo se capó a sí mismo.

Quinto:  Si la autonomía universitaria estorba, la inteligencia discrepante molesta al tiranuelo, y la energía moral de la juventud irrita, porque el saber y la cultura superior ponen en evidencia la ignorancia del jefecillo de Fortaleza y su ganga, hay que aplastar la inteligencia libre, como recomendaba Francisco Franco, para sentirse cómodo en la ignorancia y la cultura de Walmart de la “primera familia”.

Sexto:  Si la cultura puertorriqueña y la naturaleza de la pequeña Isla son fuentes de orgullo y resistencia, que se venda la naturaleza al mejor postor, a sus sostenedores económicos, y que se reniegue, ignore y debilite el orgullo cultural que es identificación espiritual del pueblo.

Séptimo:  Hay que expropiar a los servidores públicos de su Asociación, porque hay que erradicar todo aquello que el Estado Libre Asociado ha creado, como institución, para adelantar los intereses del servidor público.  Todo el poder a Fortaleza, a Luis Fortuño, aunque él nunca asume responsabilidad por sus fechorías de corte fascista.  La paradoja no puede ser más evidente:  el máximo responsable, como no responde, es el máximo irresponsable.  Los fascistas europeos y los tiranos latinoamericanos, por el contrario, asumían sus responsabilidades y  las defendían.  Este pichoncito de fascista se refugia en el “yo no fui”, y “yo no sabia”, etc., etc.

A este manual pedestre de cínico mini-caudillo, Hitler le llamaría “Mi Lucha”... Fortuño le llama “El Cambio Prometido”. 

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