Eso es mucho decir,
con la experiencia reciente del “rossellato” corrupto de 1993-200l.
Aparte del espectáculo
caníbal de los PNP’s entre sí, y de la conducta corrupta de parte de los tres
poderes del Estado --- Legislativo, Ejecutivo, y últimamente el Judicial, donde
Fortuño ha extendido su mano muerta --- y de sus alcaldes más conspicuos, el
portazo político más fuerte, en plena cara de Fortuño, se lo va dando la expresión
masiva del pueblo a su trampa plebiscitaria. Urdió la trampa para acabar con el ELA y adelantar la
estadidad, como mampara, toalla y cubrefaltas de su administración incompetente
y corrupta, y el pueblo le ha dicho, como el jíbaro sabio del poema de Llorens,
¡Unju!
El pueblo sabe que no
se puede desbancar al ELA --- pájaro en mano --- por el albur fantasioso de dos
quimeras equivalentes en el futuro impredecible. Porque hasta los monos saben que no pueden tirarse al vacío
desde el gancho en que están seguros, si el próximo gancho no se ve, no es
seguro.
Además, acaba de
descubrir Fortuño lo que muchos sabíamos desde siempre: sus guaynabitos, sus amigotes, los
financistas de su familia, adoran demasiado el dinero como para acogerse a las
contribuciones federales --- si evaden las estatales, de aquí, ¿les gustaría
pagar doble, y más, como son las federales? El IRS no es Hacienda.
Las clases medias no
pueden darse el lujo de una doble contribución, a nombre de nada, o de
beneficios especulativos. “¡Cuán largo me lo fiáis!”, decía el Tenorio. Lo que el pueblo le ha dicho a Fortuño,
a través de la encuesta de El Nuevo Día, es sencillamente: “!no te vistas que
no vas!”. Los rasputines políticos
que le aconsejaron esa tirada al electorado --- los Ángel Cintrón --- deben ser
despedidos.
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