jueves, 29 de marzo de 2012

La Crisis de los “Valores” de Fortuño

El desbordamiento del pozo muro del PNP --- en la Comisión Estatal de Elecciones, en el Departamento de Justicia, en el traqueteo de las primarias --- pone al día un dicho luminoso del viejo Aristóteles: “la amistad entre los delincuentes habituales no dura”, porque sus motivaciones son egoístas o criminales.  Esa es la predecible realidad que hoy vive el PNP.

La explosión de la corruptela PNP también pone al día el dicho certero del Fiscal Federal Gil Bonar cuando lidiaba con los 40 corruptos de Pedro Rosselló:  “la corrupción en Puerto Rico tiene nombre y apellido… se llama Partido Nuevo Progresista”.

Mientras escribo estas líneas leo en la prensa de hoy jueves sobre las dos últimas adiciones al “roster” de esa corrupción:  el representante Waldemar Quiles --- curtido en la corrupción por más de 40 años --- como “galán” vetusto del harem de empleadas del Fondo del Seguro del Estado en Utuado.

La otra aportación a ese vertedero moral --- ¿los valores que predica Fortuño? --- es el nuevo alcalde de Vega Baja, digno discípulo y sucesor de Edgar Santana, pero evidentemente más bruto que su mentor:  amenazas a sus empleados municipales que si no violan la ley de “los servicios públicos honestos” para servirle a el personalmente, los bota.

Estos son los pejes “micro” de la corrupción PNP.  Los tiburones grandes están en San Juan: en la burocracia política PNP, en Justicia, en la Comisión Estatal de Elecciones, en el Senado, y en las redes de amigotes y contratistas del “rey Luis Fortuño Midas”, dentro del pozo muro, protegidos por Fortaleza y el PNP. La cosa no se notaba mucho, y el encubrimiento sistemático de Fortuño y el Secretario de Justicia tapaban algo.  Pero fuera del pozo muro --- desbordada la porquería PNP --- ya no es tapable.

Recuerden los lectores más maduritos: 1938, la corrupción coalicionista; 2012, corrupción de amigotes y mandaderos.  Ante todo ello, Don Luis Muñoz Marín diría hoy lo que no se cansaba de repetir hasta su muerte:  ¡Son los mismos!  Pero se presentan con un ropaje moralmente brilloso.

Esos son los “Valores” de Fortuño.  Esos son, no las palabras e imágenes pagadas con dinero público para engatusar ingenuos.

¡El “rey” está desnudo, y se le nota!

Porque una cosa es la realidad que sufre el pueblo en carne viva y muy otra es la publicidad de frasecitas huecas, sananas y amaneradas.

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