viernes, 22 de marzo de 2013

Dos Sopetazos Federales: Anybody Home?


En términos de menos de una semana, dos agencias federales le han propinado a Puerto Rico dos sopetazos o bofetadas contra la medula misma de su economía y su salud.  La primera bofetada --- un insulto a la inteligencia promedio del puertorriqueño --- tuvo que ver con Vieques y la herencia venenosa que allí dejó la Marina de los Estados Unidos después de siglos de abusos y contaminación de su tierra, aire, y agua.  Claramente no perdona esa parte del Pentágono la conducta cívica, viril y de coraje moral que finalmente los expulsó de allí, respondiendo a la unidad del pueblo puertorriqueño contra el genocidio que practicaron por décadas.  Para el caso de Vieques hubo pueblo, pueblo unido, de la calle a Fortaleza.

Ahora viene la venganza, ahora viene una agencia federal que contrató a unos sicarios del ambiente a decir que la incidencia de cáncer y otras enfermedades en Vieques --- escandalosamente superior a las de la Isla Grande, --- no tiene nada que ver con los envenenamientos de la Marina.  ¡A otro perro con ese hueso!  Y, ¿qué ha hecho el gobierno frente a esa afrenta a la verdad y a la experiencia?  Nada.  “There is nobody home”.  El pueblo está solo, indefenso frente al ataque brutal a la gente y a la verdad.

Sólo transcurrieron unos días para que el Imperio --- nuevo protagonista de la Pax Romana, la paz de Augusto --- nos asestara otro golpe a nombre de su poder para hacerlo. 

Esta vez por voz del GAO --- el General Accounting Office ---, brazo técnico estadístico del Congreso para alimentar o desbancar iniciativas congresionales o presidenciales.  ¿Qué ha dicho esta vez?  Pues ha contestado la petición congresional para un estudio profesional sobre la viabilidad y conveniencia de excluir al Estado Libre Asociado de la cláusula mercantil que obliga a los Estados y territorios a transportar mercancías --- hacia o desde los Estados Unidos --- en barcos de exclusiva matrícula norteamericana, los más caros del mundo, que nos cuestan cientos de millones de dólares al año.  ¿Y que concluyó GAO?  Pues concluyó que la cláusula de cabotaje como está es intocable porque sirve bien a los intereses económicos de los Estados Unidos, aunque resulta onerosa, explotativa contra nuestra economía, por lo que resulta intocable.

Nada de lo anterior nos sorprende.  Eso es historia, eso es el imperialismo.  Lo que nos sorprende es la reacción supina, endeble, francamente entreguista del gobernador ante un fracaso tan palpable.  Pretender convertir ese fracaso en principio de un éxito palpable andando el tiempo es sencillamente patético.

¡There is nobody home!  

1 comentario:

  1. ¿Por qué degradan el crédito de Puerto Rico?

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