La
democracia como experiencia cotidiana de lucha por el poder y como choque de múltiples
intereses --- en su mayoría legítimos --- tiene dos componentes. Por arriba, podríamos decir, el sistema
contempla un compromiso irrenunciable de adelantar el Bien Común. Por lo bajo, en la calle, en la cotidianeidad,
la democracia es choque de intereses.
Estas dos dimensiones de la democracia chocan frecuentemente, si no
cotidianamente, en camino a procurar construir un consenso aceptable a
dirigentes y dirigidos, de tal manera que se realice en lo posible el Bien Común
sin anular los intereses particulares.
En
nuestra versión puertorriqueña de la democracia, el Gobernador representa el
compromiso con todo el pueblo --- seguidores y adversarios --- para realizar
ese Bien Común, lo que no necesariamente anula todos los intereses
particulares. Eso es lo que le da
autoridad moral y poder político especial al gobernador. Algunos gobernadores en nuestra
historia, conscientes de su responsabilidad para con todo el pueblo, han usado
ese poder para imponer disciplina y lealtad a los legisladores sobre los
compromisos contraídos, mientras que otros --- el actual gobernador, por
ejemplo --- adoptan la actitud y el método de la rogativa ante sus subalternos políticos
para que, por favor, le hagan lucir bien sobre sus compromisos con el
pueblo. Eso hemos visto en el día
de hoy en la comparecencia de Alejandro García Padilla ante el caucus popular
de la Cámara para rogarle que no le hagan quedar mal. De la rogativa ante el
Superintendente de la Policía pasó a la de Puerta de Tierra. Pero los legisladores, como el clásico
Shylock de El Mercader de Venecia, exigieron la libra de carne del usurero, y
le obligaron a alterar --- desnaturalizar --- el proyecto 238 contra el
discrimen contra los homosexuales y lesbianas en el trabajo, la vivienda pública,
etc., mediante la restricción de los alcances del proyecto reparador
estrictamente a la relación laboral.
Es decir, sobre todo lo demás en la vida de estos ciudadanos, el
discrimen está bien, porque el Estado mirará para el otro lado, para complacer
a los “divinos pastores”.
Todo lo
anterior indica que la rogativa del Gobernador ante sus legisladores fracasó, y
que la claudicación continúa.
Para
ese resultado tan flaco no había que esperar tanto tiempo. Pero el funesto precedente está
establecido. En el futuro, cada
vez que el Gobernador interese una legislación de justicia, que choque con la
mentalidad pedestre de sus legisladores, que vaya al Capitolio a rogar como
buen cristiano, a ver si sus solones se dignan escucharle. Mal, funesto precedente.
Profesor:
ResponderEliminarLo que no se está tomando en cuenta, y sobre lo que usted definitivamente debe opinar, porque hará una diferencia, son sobre los colmillús en el mismo PPD que EMPEZARON el cuatrenio velando el cadáver de García Padilla, que ya llegaba con un ojo negro por aquello de su posición sobre la fianza. Y es ESO lo que está haciéndole fácil a los 'comevelas' y pandereteros de toldillo tener poder sobre el asunto de la no-discriminación (ley 238).
Tírese una columnilla sobre todos esos cangrimanes, que se aprovechan de la tontera natural de Agapito, de su flojera, para obligarlo a ir a Canosa. Háblenos de eso, que al fin y al cabo son los que se creen que pueden ser gobernadores después de García Padilla, dentro del mismo PPD, los que están creando el caos.
Saludos