Nuestra
Constitución estableció la Oficina del Contralor de Puerto Rico como una
defensa contra la corrupción.
Nuestro primer contralor, Don Rafael de J. Cordero honró y cimentó esa función
con prestancia, rigurosidad y juego limpio también para los oficiales públicos
objeto de su atención. Estableció,
con un sentido romano del honor y la justicia, un modelo a seguir por los
Contralores que le sucedieron, sin mucho éxito.
Los
peores casos en ese proceso de degradación profesional y moral de esa función
--- gracias a su incapacidad para desvestirse de su lealtad partidista --- han
sido los últimos dos contralores:
Manuel Díaz Saldaña como amanuense de Pedro Rosselló y la actual
incumbente, Doña Yazmín Valdivieso, importada del estado de Florida para esos
fines. ¿ Y cuáles eran esos fines
de Fortuño? Darle largas a la
corrupción de los oficiales de gobierno PNP. Donde Díaz Saldaña practicaba el partidismo crudo en la
selección de sus investigaciones, doña Yazmín es suave: se hace de la vista larga hasta que el
pueblo ni se acuerda. En el caso
de Carlos López Nieves se trata de su función de Ombudsman en el 2008 y 2009
--- cinco años atrás: denuncia y
absolución de hecho a nombre del olvido.
Vista
en su función saneadora de la administración pública, a quien beneficia esa
institución, además de al pueblo, es al gobernante de turno, al Gobernador y la
Legislatura, porque si se cumple fiel y cabalmente la función controladora de
la corrupción, ese flanco de posible impugnación política quedaría atendido a
priori, de antemano, preventivamente.
Pero la miopía de los políticos es clarísima, prefieren que se encubra a
los suyos a cualquier precio, inclusive el honor de la contralora o contralor y
del propio gobierno.
Se
pregunta el público por qué la señora Valdivieso no refirió a Justicia sus
informes sobre Carlos López Nieves, y yo también. Pero eso tiene un remedio fácil y directo: la Legislatura debe hacer eses referido
a la mayor brevedad. Ese es su
derecho y su responsabilidad. ¿Les
interesa hacerlo? Debe ser automático,
pero en caso negativo, ¿por qué no?
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