miércoles, 23 de enero de 2013

Economía y Sociedad: Parte III – Soplan Vientos Fríos en la Reforma de Salud


Escribí anoche sobre mis preocupaciones con respecto a los compromisos contraídos con el pueblo sobre la reforma de salud, cuyos términos fueron harto sencillos y obvios, en contraste a las engañifas de “Pedro Fortuño y Luis Rosselló”.

Contra ese atraco, que consistió en transferirle billones de dólares a aseguradoras que sólo sirven al lucro, tronó el PPD en su campaña, proponiendo una rectificación correspondiente:  un sistema de acceso universal, a la europea, y un pagador único donde los billones que desgarran las compañías de seguro regresen al Estado para rendir servicios directos al pueblo.

La salud, junto a la seguridad, tratan sobre la vida --- el valor fundamental.  Lo importante, dice el vulgo,  es estar vivo.  Y en efecto, así es.  Pero no vivo como quiera, sino saludable, y en la seguridad de que puede obtener servicios médicos a la hora de la crisis --- porque tenga los médicos privados suficientes, o porque el Estado usa sus contribuciones para asegurarle acceso a los medios, médicos y farmacéuticos, para asegurarle un nivel decente de calidad de vida.

Así que salud es vida, y seguridad, frente a la muerte violenta.  También es compromiso del Estado para garantizarlas.

La campaña electoral exhibió una frondosa actividad prometedora de esa vida:  salud y seguridad.  Pero los primeros barruntos de gobierno sobre esos dos compromisos, tanto como con la Reforma Legislativa, preocupan ya al pueblo que votó por unas cosas, está viendo otras, o no ve nada parecido a su esperanza.

Pedro Fortuño --- y Luis Rosselló, da lo mismo --- le entregaron a las compañías de seguros los dineros del pueblo antes dedicados a los servicios de salud.  Aníbal Acevedo Vilá hizo lo mismo, después que Sila María Calderón vetó el proyecto de Servicios Universales de Salud aprobado por la Legislatura Popular.  Para Luis Rosselló --- o Pedro Fortuño, da lo mismo --- fue muy fácil llevar aquella debilidad a la entrega total.

Ahí estábamos hasta la semana pasada.  Ahí estamos ahora, y ahí parece que estaremos durante cuatro años que corren, porque como ocurrió con la Reforma Legislativa, el PPD se ha amantequillado con el lance duro de las reformas.

El estilo burdo del PNP --- Romero, Rosselló y Fortuño --- tenía una ventaja:  uno sabía por dónde venían, a lo que venían, de frente, “in your face” como dice el americano.  Contra eso se puede combatir, de frente también.  Lo que no se puede combatir es la gelatina, porque uno se embarra con ella y a fin de cuentas no tienes nada sólido que defender o combatir.  Se trata de la diferencia entre la audacia a lo matapuerco de los primeros y timidez paralizante de los otros.  Quizás se trata de que, a fin de cuentas, se deben a las mismas clientelas.

A la vista está: para el Departamento de Salud un emisario de la Triple S; para la Administración de Seguros de Salud, un emisario de COSVI; y para la política operacional de salud una Junta Reguladora sin poderes administrativos, otro club de discusión sin poderes de decisión.

Por eso dicen los franceses que “mientras más cambian las cosas, más siguen siendo la misma cosa”.

1 comentario:

  1. "Quizás se trata de que, a fin de cuentas, se deben a las mismas clientelas." Creo que ese es el problema verdadero. El gobierno
    está "capturado" por una elite poderosa que en Estados Unidos es el sector financiero.

    http://www.theatlantic.com/magazine/archive/2009/05/the-quiet-coup/307364/

    ResponderEliminar