miércoles, 27 de febrero de 2013

Política y Crisis: Enfoque Integral y Enfoque Concretista


Si algún sicólogo o siquiatra me hace el honor de analizar esta líneas, sabrá de sobra a que se refiere el título que las preside.  Porque hay capacidades mentales que se enfrentan a los problemas de una manera integral, esto es, conceptualizan, y organizan los problemas en sus interacciones causales, mientras otras se concentran y atienden los componentes de un problema complejo, uno a uno, aisladamente, y no ven las conexiones de unos problemas con otros, y menos son capaces de ofrecerle soluciones completas.

En política y administración democrática, donde hay que justificar las decisiones de una manera integral, porque todo se relaciona con todo en la vida colectiva, el líder como educador de las masas, como guía de su pueblo, no puede darse el lujo de decisiones "ad hoc" y de explicaciones parciales a problemas de profundas consecuencias en el todo social.

Lo que se va proyectando en las primeras decisiones del gobernador García Padilla es la impresión de que no tiene concepto de la interacción e intercausalidad de los problemas económicos y financieros que nos agobian, y que por tanto no puede ser pedagogo de la complejidad ante un pueblo sufrido, ávido de razones y justificaciones para entender y respaldar las decisiones de su líder.

Objetivamente, la administración de Luis Fortuño, tras cuatro años de corrupción rampante y descarada, le legó a Alejandro García Padilla un cuadro fiscal, financiero y administrativo desastroso.  Pero a juzgar por la actitud y las expresiones de García Padilla, aquí no ha pasado nada y hay que proceder en continuidad con lo heredado, sin molestar ni herir sensibilidades de los malhechores, en lo que los americanos llaman “business as usual”.

Lo anterior conduce a una política de elementos y partes concretas de la crisis total:  hoy el Aeropuerto, mañana las pensiones, sin que el pueblo sepa de qué cuadro mayor o integral son esas piezas importantes.

Por ejemplo, habían diferentes maneras alternas para enfrentarse a la entrega por Luis Fortuño, del Aeropuerto Luis Muñoz Marín a unos intereses foráneos mejicano-americanos.  Una era la que en efecto se adoptó, entregarse a Fortuño y a los mejicanos.  Otra hubiese sido la de presentarle al País el cuadro completo, integral, de la herencia infame de Luis Fortuño y de los cuatro gobernadores anteriores, populares y novoprogresistas, usando como texto el Informe de Transición de Fortuño a García Padilla.  ¿Por qué no se hizo?  Porque esa información --- y la conducta de García Padilla como gobernador popular y no novoprogresista --- hubiese alertado al pueblo sobre la quiebra total que fue el legado de Fortuño, y hubiese además preparado al pueblo para asimilar los sacrificios de todos para salir del abismo.  Pero sacrificar el Aeropuerto sin una explicación convincente de la falta de alternativas, y la indeseabilidad de sacrificar otros renglones de la penuria social con tal de retener el Aeropuerto, representó sencillamente una incapacidad de ver el todo y refugiarse en el concretismo de las partes.

A la vista está: las propuestas del gobierno que he escuchado esta tarde sobre el Sistema de Retiro parecerían razonables y necesarias, pero no en sí mismas --- otra vez el concretismo --- sino a la luz de otras propuestas, tales como el ataque a la descarada y masiva evasión contributiva de los ricos, los profesionales independientes y las corporaciones cuyas planillas están sobadas por abogados y contadores hasta que parecen confesiones de hermanitas de la caridad.  Mientras tanto Hacienda persigue implacablemente a los trabajadores y la clase media baja y media hasta arrancarle el último suspiro.

Esa evasión de por lo menos tres mil millones de dólares le quita toda fuerza moral a todo intento de exprimir a los pobres, los pensionados, y los trabajadores.

Esto es tan así, que pienso que la justificación que pueda tener el gobernador para salvar el Sistema de Retiro apretando a los retirados, actuales o futuros, cae de bruces ante el rechazo masivo del pueblo a la entrega, mediante argumentos falaces y deshonestos, del Aeropuerto Luis Muñoz Marín.  El rechazo a esto último le quita posibilidad de respaldo a la razonabilidad de lo otro.  La razón es sencilla:  no hay plan sobre el todo.  Si lo hubiera, el pueblo estaría dispuesto a escuchar, y a sacrificarse por el todo.  Pero no pedazo a pedazo, clientela a clientela, contra los de abajo y los medianos, sin tocar la oligarquía de arriba, que Alejandro comparte con Fortuño. 

¡No fue por eso que votó el pueblo!

1 comentario:

  1. En el partido popular hay muchos estadistas a la larga cuyo interés supremo es no pagar contribuciones federales. Cuando la cosa se vuelve estadidad o independencia saltan a la estadidad. El problema es que la oligarquía puertorriqueña que ahora ocupa el puesto que los comerciantes españoles ocupaban en los tiempos de José Julián Acosta y Baldorioty de Castro controla los dos partidos y lo que quiere es posponer los impuestos federales hasta el infinito. El resultado es una evasión contributiva masiva que le ha quitado al gobierno de Puerto Rico la capacidad de hacer las inversiones necesarias en infraestructura y de educación. El resultado es un deterioro en las compañías públicas, los servicios de salud, el sistema educativo etc.

    En un Puerto Rico incorporado el 80 por ciento de la población estaría exento de pagar impuestos federales y la mayoría seria elegible para el federal earned income credit. Lo que la unión fiscal con los Estados Unidos supondría, sería una transferencia de ingresos de las clases altas de Puerto Rico hacia las clases bajas. Pues en adición a lo que pagarían las clases altas en contribuciones federales mil millones de dólares regresarían a las clases bajas por concepto del federal earned income credit. Eso explica por qué el partido nuevo progresista jamás hará nada significativo ni por incorporar a Puerto Rico no por lograr la estadidad. Es todo una farsa para ganar elecciones y luego saquear el erario público.

    Si en Puerto Rico la evasión contributiva es de 3 mil millones de dólares, se cae el argumento de que Puerto Rico no tiene la capacidad económica para ser estado.

    Los intelectuales de Puerto Rico como el Papa tienen las cosas al reves. No hay que esperar a que Puerto Rico se desarrolle para pagar los impuestos federales. Es pagando los impuestos federales que Puerto Rico se desarrolla. Y si vemos el análisis de Eugenio Fernández Méndez, él nos informa que Puerto Rico vivió su siglo de oro en el XIX. ¿Pero no fue el siglo XIX el siglo en que Puerto Rico perdió el situado mexicano y comenzó a generar los ingresos para sostener la administración pública?

    La sustitución del crédito al capital que la 936 representa por el crédito al trabajo (el federal earned income credit) es la próxima transformación para lo una economía sustentable. Esa sustitución es la base de una economía que fomenta el trabajo y no la dependencia. Una vez la economía comience a mejorar y suban los ingresos aumentaría el número de personas que tendría que impuestos federales (lo que es justo) pero para ese época también podremos argumentar que no es justo que paguemos impuestos federales y no tengamos representación en el Congreso ni derecho al voto para el presidente. Después de eso no pasará mucho tiempo antes de que Puerto Rico sea estado.

    El problema de Puerto Rico es la oligarquía criolla que les da dinero a los congresistas para que paren la estadidad. Tenemos que empujar la independencia.


    Dejemos que los colonialistas voten por cualquiera de los dos partidos coloniales. Los estadistas de verdad debemos votar por el PIP y después en el plebiscito votamos por la estadidad. Nada dura para siempre y el Estado Libre Asociado cumplió su función histórica de comenzar el proceso de desarrollo de Puerto Rico. Ese proceso se atoró en 1968 y desde allá para acá lo único que ha habido es declive. El pueblo no puede ser protagonista de su historia cuando no tiene acceso al centro del poder que hace tiempo dejo de ser la personalidad del gobernador.

    ResponderEliminar