Conozco
y quiero compartir con mis lectores una experiencia de primera mano en el
Doctor’s Center Hospital de Santurce.
De primera mano porque mi esposa fue testigo e interlocutora de un
terrible abuso de poder médico y hospitalario durante el día de hoy, de seis de
la mañana a seis de la tarde.
Se
trata de una amiga y vecina citada para una operación ambulatoria a las seis de
la mañana, una de quince pacientes citados todos para la misma hora. Confrontado el cirujano sobre este abuso,
contestó que se trataba de reglas del hospital, citar a todo el mundo para la
misma hora. Es obvio que de tal
manera el hospital asegura de que la caja registradora suene todo el día, sin
perder el médico y el hospital ni un centavo de su cálculo monetario. Porque, en segundo lugar argumentaron
que --- retóricamente --- que no se podían arriesgar a que faltara un
cliente. Todo esto dicho, según me
relata mi señora, con una cara de lata que justificaba su avaricia e
insensibilidad para los pacientes desesperados, por la espera y por el abuso
evidente en sus actitudes. Una
sala de espera en un sexto piso sin sillas ni espacio suficiente, y un baño
sólo disponible en el primer piso.
Añádase a esto una total falta de comunicación con los acompañantes de
los pacientes, a tal grado que la esposa de un paciente que se estaba operando
nunca se enteró de que habían trasladado a su esposo a su habitación.
Esa es
la otra crisis de salud que sufre el pueblo enfermo. No se trata de virus A o B --- ni de la negligencia e
incompetencia del Secretario de Salud, ni del negocio del gobierno con las
aseguradoras asignándole el dinero del pueblo a cambio del dinero político para las campañas: se trata del sufrimiento cotidiano de
los pacientes y sus familias a manos de los colmillús insensibles de los
hospitales y los médicos dedicados al estricto principio del lucro. Claro, no todos, pero suficientes para
conformar una crisis moral que degrada el profesionalismo que reclama la clase médica
y los inversionistas hospitalarios.
¿Qué dirán
sobre esto --- este hecho particular que hoy denuncio --- los dirigentes de la
clase médica y los dueños del emporio hospitalario?
Seguramente
dirán que se trata de casos aislados.
Pero lo aislado aquí es la ética médica, con su hipócrita sonsonete de
“el paciente primero”.
El
Doctor’s Hospital no es un hospital para seres humanos. Es una sala de torturas que todo se
explica por la avaricia.
Señor Torres:
ResponderEliminarMuy atinada su columna. Los que frecuentemente llevamos a familiares a recibir servicios médicos en Puerto Rico nos identificamos mucho con su experiencia. A veces pienso que las largas horas de espera afectan más a los pacientes que las enfermedades en si.