lunes, 23 de septiembre de 2013

Víctor Fajardo: La Parábola de los Chanchullos


Víctor Fajardo anda libre por las calles del País.  Asegúrense los ciudadanos de que sus bienes no estén a su alcance.  El delincuente más burdo y vulgar de la historia del Pais, que sirvió de mampara protectora a su jefe corrupto Pedro Rosselló, no bien ha puesto pie en la calle y ya tiene un contrato con una corporación privada que no quiere dar su nombre al País.  Los corruptos en la sombra protegiendo a los corruptos conocidos.  Gracias todo ello a una Junta de Libertad Bajo Palabra apalabrada para proteger los de la casa, los de la feligresía PNP.

Nada de lo que aquí ocurrido sorprende.  El PNP le debe a Fajardo por el silencio sobre los ladrones que no fueron enjuiciados gracias al juez Laffite y al fiscal Guillermo Gil, que concertaron, en un receso del Tribunal Federal, culpar a Fajardo por no atenerse estrictamente a su compromiso de decirlo todo, y en un receso de 5 minutos chanchullaron meterlo para adentro y excusar el testimonio de por lo menos diez ladrones que estaban en turno para ser inculpados.  Laffite y Gil se combinaron para detener la hemorragia de la corruptela de Pedro Rosselló.  Así, Fajardo a la cárcel y los 10 ladrones a la calle.  En otras palabras, se impuso la parábola de la corrupción política y judicial:  empieza por lo bajo, va escalando las alturas del robo, y entonces desciende:  comienza en un chanchullo de Laffite y Gil, sube por el proceso judicial contra Fajardo como chivo expiatorio y “punching bag”, y baja y culmina en el otro chanchullo de la todavía administración PNP de la Junta de Libertad Bajo Palabra, liberando a Fajardo, no sea que siga hablando y diga lo que Laffite y Gil no le permitieron decir.

A pesar de todo lo anterior, y a los 9 meses del nuevo gobierno, el viejo gobierno sigue gobernando, y el pueblo votó en vano.  Eso, y suspender las elecciones, da lo mismo.

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