Víctor
Fajardo anda libre por las calles del País. Asegúrense los ciudadanos de que sus bienes no estén a su
alcance. El delincuente más burdo
y vulgar de la historia del Pais, que sirvió de mampara protectora a su jefe
corrupto Pedro Rosselló, no bien ha puesto pie en la calle y ya tiene un
contrato con una corporación privada que no quiere dar su nombre al País. Los corruptos en la sombra protegiendo
a los corruptos conocidos. Gracias
todo ello a una Junta de Libertad Bajo Palabra apalabrada para proteger los de
la casa, los de la feligresía PNP.
Nada de
lo que aquí ocurrido sorprende. El
PNP le debe a Fajardo por el silencio sobre los ladrones que no fueron
enjuiciados gracias al juez Laffite y al fiscal Guillermo Gil, que concertaron,
en un receso del Tribunal Federal, culpar a Fajardo por no atenerse
estrictamente a su compromiso de decirlo todo, y en un receso de 5 minutos
chanchullaron meterlo para adentro y excusar el testimonio de por lo menos diez
ladrones que estaban en turno para ser inculpados. Laffite y Gil se combinaron para detener la hemorragia de la
corruptela de Pedro Rosselló. Así,
Fajardo a la cárcel y los 10 ladrones a la calle. En otras palabras, se impuso la parábola de la corrupción política
y judicial: empieza por lo bajo,
va escalando las alturas del robo, y entonces desciende: comienza en un chanchullo de
Laffite y Gil, sube por el proceso
judicial contra Fajardo como chivo expiatorio y “punching bag”, y baja y
culmina en el otro chanchullo de la todavía administración PNP de la Junta de
Libertad Bajo Palabra, liberando a Fajardo, no sea que siga hablando y diga lo
que Laffite y Gil no le permitieron decir.
A pesar
de todo lo anterior, y a los 9 meses del nuevo gobierno, el viejo gobierno
sigue gobernando, y el pueblo votó en vano. Eso, y suspender las elecciones, da lo mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario