La
pregunta se cae de la mata. El más
grande ladrón de fondos públicos en la historia del País, mediante un arreglo
muy especial de sus paisanos PNP en la Junta de Libertad Bajo Palabra, sale a
la libre comunidad a beneficiarse de unos contratos de asesoría para clientes
anónimos.
¿Por
qué anónimos, si se trata de firmas bona FIDE a cambio de servicios
profesionales? ¿Qué profesión, se
preguntará el pueblo? ¿La de
ladrón a escala multimillonaria, junto a favorecidos expertos en el soborno? ¿Por qué no puede saberse el nombre de
esas firmas?
Ofrezco
una hipótesis en respuesta a mi pregunta:
se trata de los viejos contratistas a los que hizo ricos mientras el se
enriquecía también. ¿Qué puede
pensar el cliente que va a hacer decisiones económicas en base al asesoramiento
de Fajardo? ¿Sobre qué será el
asesoramiento? ¿Sabe cómo mentir,
robar, y traicionar la fe pública de tantos padres, maestros y estudiantes? ¿Qué más sabe realmente?
El
abogado que más allá de la excarcelación del ladrón le gestionó contratos es un
aliado del crimen de su cliente, no acusa conciencia moral alguna frente a este
pueblo, y contribuye, por dinero, a la prostitución de su profesión. Una cosa es defender derechos de un
acusado, y muy otra es servir de tutor para rehabilitarlo económicamente.
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