La política
democrática es competitiva en su naturaleza. Se trata de la pugna por el poder --- supuestamente para
realizar el Bien Común --- de partidos, facciones, intereses, pasiones y
virtudes. De antemano nadie sabe
quien tiene la verdad y la motivación sana. Porque el Bien Común no está dado y conocido de antemano,
sino que se construye en el debate y la competencia. Muchas veces resulta de un acomodo, de un compromiso en que
ninguna de las partes puede hablar por el todo, sino que por distintas razones
conviene a todas las partes exigir por un lado y conceder por el otro, de tal
manera que el organismo político, el Estado como comisario del pueblo pueda
actuar y producir soluciones que convengan a todos por diferentes razones.
Esa es
la idea democrática, desde Aristóteles en la antigüedad hasta John Dewey a
mediados del siglo pasado.
Todo lo
anterior supone que el Estado, así concebido bajo la idea democrática, funcione
legítimamente con el consenso de las partes que lo constituyen y con los medios
materiales que el mismo pueblo le provee.
Sin lo último no se da lo primero.
Pero a veces ocurre que la estructura económica que provee los medios
materiales para el funcionamiento del Estado se tranca, y entran los estados en
crisis, cuyos extremos pueden significar el naufragio del estado por enfermedad
crítica de la sociedad que lo sostiene.
En ese caso no se le proveen los medios ni se le presta el respaldo a
sus gestiones por hostilidad ideológica que lo considera como enemigo. Entonces, con el naufragio de los medios
se destruyen los fines que sólo son posibles con el concurso de las
partes. En ese caso lo marinos ---
los oficiales del Estado y las facciones políticas y otros grupos no encuentran
terreno común para la acción concertada, consensuada --- se amotinan y ejercen
sus ímpetus en forma contraria y la nave naufraga.
Lo que
llevo dicho significa que en el momento del naufragio inminente, como vivimos
hoy subsistencia viable, o perecemos todos. en Puerto Rico, o remamos juntos en
la dirección de la supervivencia civilizada, y la subsistencia viable, o
perecemos todos.
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